AGOST. Un paso más para conservar la canterería tradicional (oficio de hacer cántaros) de Agost. La Dirección General de Patrimonio Cultural (dependiente de la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura y Deporte) ha incoado expediente para que el legado cerámico de Agost sea considerado como Bien Inmaterial de Relevancia Local, brindándole así esta calificación de protección patrimonial para que la cerámica, en general, y la canterería, en particular, no desaparezcan definitivamente.
La canterería tradicional de Agost es una seña de identidad de la cerámica, oficio del que se tiene constancia desde el siglo XIII y se conserva generacionalmente de forma ininterrumpida desde el siglo XV. Según apoya la documentación publicada en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), el vínculo y el legado cerámico es una "parte indisoluble de la identidad local" que se tiene que salvaguardar y promover.
Con los informes técnicos favorables para el inicio del expediente, se pretende proteger con medidas como realizar labores de identificación, descripción, investigación, estudio y documentación con criterios científicos; incorporar los medios disponibles en apoyos materiales para que garanticen la protección y preservación, y velar por el normal desarrollo y la pervivencia de esta manifestación cultural, así como tutelar la conservación de sus valores tradicionales y su transmisión a las generaciones futuras.
Por su parte, el Ayuntamiento de Agost asegura ser consciente de que el patrimonio ligado a la artesanía ha sufrido un "deterioro muy acusado" en las últimas décadas, lo que hace peligrar su perduración y conservación de cara a las nuevas generaciones. Es por ello que el consistorio garantiza su apoyo a los artesanos de la localidad, tratando de contribuir al mantenimiento de la artesanía y del saber que acumulan quienes conocen el "rico patrimonio inmaterial" vinculado a la canterería tradicional de Agost.
Como pinceladas históricas relevantes, se debe subrayar que la primera menciona escrita a la existencia de la alfarería en Agost data de 1277 y se encuentra en el Libro de la Corte de Justicia de Cocentaina. Por su parte, fue en la primera mitad del siglo XX cuando la actividad pasó de la artesanía a la producción industrial, ya que las nuevas fábricas permitían una mayor producción, puesto que había más turnos y, por tanto, más alfareros trabajando al mismo tiempo, personal auxiliar, mayor capacidad de almacenamiento y uno o dos hornos.
La producción en serie de productos de alfarería fue la actividad económica principal de Agost durante la primera mitad del siglo XX, estimándose la producción anual en unas 400.000 piezas. En 1911 se fundó la Unión Alfarera, pues los talleres locales se agruparon en una primera asociación que, según la documentación disponible, posiblemente se disolvió a comienzos de la guerra civil española. A pesar de que la posguerra dejó una situación complicada, no provocó el cierre de un gran número de talleres. De hecho, según se lee, "después de unos años de carestía, la alfarería de Agost remontó, manteniendo un buen nivel de producción".
Las complicaciones vinieron en la segunda mitad del siglo XX, cuando a partir de la década de 1960 se inició una "profunda crisis" que afectó a la artesanía e industria cerámica de España. Esto se explica con situaciones como el incremento que vivió la industria de la construcción, optando algunos talleres de alfarería por cerrar y reorientar su producción hacia la elaboración de baldosas y tejas, además de la llegada del agua potable en la década de los 60 a muchas localidades, lo que hizo caer la demanda de cántaros, "quedándose la alfarería de Agost sin uno de sus productos más preciados". Durante esta mitad del siglo, la cerámica viró hacia su parte más artística. Rozando ya el siglo XXI, el número de talleres fue cayendo.
En Agost destacan la alfarería de Emili Boix, Serverino Boix, La Navà, Roque Martínez ceramista, Juan Pedro Mollà 'Perito', Tomás Román, Jordi, 'Gazpacho', Cerámicas Conchi, Mira y Decora y Alfarería Boix 'Boixet', aunque la realidad es que solo cinco están abiertos al público. El Ayuntamiento de Agost se mantiene esperanzado por el futuro de la alfarería gracias a las redes sociales que aportan visibilidad, los nuevos modelos de consumo sostenibles y el cambio en la mentalidad de la sociedad. Sin embargo, también es consciente de que la alfarería es un oficio "en peligro de extinción" por la carencia de relevo generacional, el trasvase de mano de obra a la cerámica de la construcción y el descenso en la demanda de productos de alfarería.