ELCHE. ¿Cuáles son las condiciones mínimas para que una startup sea invertible?, ¿Cómo hacer que mi compañía resulte atractiva?, ¿Cuáles son los aspectos más relevantes para el inversor a la hora de invertir? Son algunas de las preguntas a las que respondió Ángel García, socio fundador de Lanta Capital, en la jornada '¿Cómo saber si tu startup es invertible?', recientemente en el Parque Científico de la UMH.
García está licenciado en Economía y Administración de Empresas y ha realizado un Programa Ejecutivo de la Universidad de Stanford. Actualmente es socio fundador de Lanta Capital, un fondo europeo de capital de riesgo en fase inicial que invierte en empresas innovadoras y ocasionalmente imparte sesiones sobre emprendimiento en diferentes escuelas de negocios. Ángel cuenta con una amplia experiencia de más de 20 años actuando en entornos internacionales, tanto en Asia como en Estados Unidos, desarrollando proyectos de startups e invirtiendo en proyectos de emprendimiento tecnológico en sectores tales como la inteligencia artificial, la tecnología de datos o el software empresarial.
Entre los consejos de este experto en inversión de firmas en fases tempranas, diferenció entre las figuras del Bussiness Angel y los fondos de inversión como formas de financiación. Mientras que la primera es una persona que no está obligada a invertir, la segunda es una figura que sí lo está. "El Business Angel tiene más libertad para actuar, para bien o para mal", apuntó García. Y es que, asegura, nunca ha sido tan fácil como ahora el hecho de validar ideas, pero eso es algo que no debe hacer quien crea la startup, si no quien será un potencial inversor.
Además, otro de los consejos aportados por el fundador de Lanta Capital es que hay que diferenciar entre una buena idea y que esa idea se pueda colocar en el mercado. En este sentido, apuntó a la necesidad de trabajar en ese punto y no tratar de "colocar" una idea a toda costa. "Se suele decir que los emprendedores son grandes expertos en buscar soluciones a problemas que no existen", apunto García en su exposición. Lo interesante es no forzar el concepto de negocio.
En este aspecto, García fue claro: dinero. Y entonces desgranó el modo de proceder para convencer a inversores. En primer lugar, consideró importante que el creador de la startup apueste por su Plan de Negocio y que lo defienda ante la persona que va a invertir porque es uno de sus seguros. Asimismo, apeló a la humildad del creador ante quien va a invertir dinero en su potencial negocio.
El modo en el que piensan los inversores es que necesitan multiplicar el dinero invertido por una cantidad clave para conseguir ganancias. Porque invertir en una startup es arriesgado y, en a práctica, entre un 80% y un 90% acaba muriendo. Por eso, García expuso que el retorno para que sea invertible debe ser multiplicado por diez veces el dinero puesto por un Business Angel. Suelen tener más tiempo de margen para conseguirlo.
En el caso de los fondos de inversión se actuaría de forma diferente. Para los fondos es muy complicado levantarlos y tratan de conseguir vender la compañía, lo antes posible al mejor precio posible. Pero necesitan resultados pronto En cuatro o cinco años ya necesitan beneficios suficientes.
Debe ser, en primer lugar, viable; que haya un mercado grande interesante para el que la idea sea atractiva. Y buscar el mercado específico, no el mercado en general. Además, ese mercado tiene que tener la voluntad de comprar el producto. Hay que estudiarlo a conciencia. Otro punto importante es la escabilidad del producto para que sea invertible y "dar algo, aportar algo a quien invierte".
Además, el negocio debe ser factible, con un equipo ideal de al menos tres personas, multidisciplinar y con un líder definido, donde cada cual tenga sus roles claros y, sobre todo, un pacto con cláusulas para guardarse las espaldas en el tema financiero o de venta de la startup. Que haya acuerdo y condiciones previas ya pensadas.
Asimismo, recordó que el hecho de que una idea no sea invertible, no quiere decir que sea un mal negocio. Podría ser adecuada para la persona que lo crea.