Pacheta ha insistido en las últimas semanas que no quería que saliera nadie de la plantilla. La buena temporada de algunos jugadores importantes despertaba el temor de que clubes vinieran con dinero por delante para llevárselos. Ya pasó con Sory Kaba el año pasado, con ‘clausulazo’. En este, ha ocurrido con Gonzalo Villar, vía traspaso. A a la Roma por cinco millones de euros. La entidad ilicitana percibirá uno, ya que cuatro van para el Valencia, que rechazó ejercer su derecho de tanteo. Y del millón ingresado (más los derechos de formación), la mitad irá para rebajar la deuda con Hacienda.
Desde el punto de vista económico, veo poca ganancia por un mediocentro ofensivo internacional sub-21 con España. Y al que se le presupone un gran potencial. Estoy convencido de que si Gonzalo Villar hubiera seguido en esta línea como franjiverde habrían pagado más por él en verano. Y con cotización mayor todavía con otro lucimiento con la Rojita en marzo. Independientemente de que le quedara un año de contrato, porque seguro que el Elche habría recibido más de una oferta en firme. Y se habría dado una especie de ‘subasta’ por ver qué club pone más dinero.
¿De verdad Gonzalo Villar vale sólo un millón más que Sory Kaba? ¿Y la mitad que Adrián Embarba? ¿La Roma tiene menos ‘talonario’ que el Dijon y el Espanyol?
Cuando hay un traspaso, las cifras acaparan la atención. Si vale más, si parece un valor razonable…pero hay que subrayar la enorme pérdida deportiva que supone la marcha de Gonzalo Villar. Un futbolista único en una plantilla corta. El equipo ilicitano se queda sin su organizador, pieza clave dentro del modelo de juego de posesión de balón. Un estilo que está creciendo en las últimas jornadas, como expuse en mi anterior artículo de opinión.
Pacheta no tiene un recambio de las características del murciano. Y se queda con tres mediocentros en el primer equipo para la durísima segunda vuelta. Esta salida obliga al Elche a firmar a un sustituto en el mercado invernal. Los futbolistas de este perfil son de los más cotizados. El tiempo apremia, porque queda menos de una semana para el cierre de esta ventana. Y todavía no ha venido el también necesario central. Y Dani Escriche ni siquiera está inscrito.
El Elche tiene un panorama económico estabilizado, pero aún queda para que deje la deuda a cero. En estos momentos, debe ser un club vendedor. Pero hasta cierto punto. Hay que buscar el equilibrio entre los factores económico y deportivo. Y en mi opinión, saca poca ganancia económica por una gran pérdida deportiva. Sí, existía el riesgo de que Gonzalo Villar se lesionara y quedarte sin dinero y sin jugador. Pero si vendes en enero a un futbolista tan diferencial y sin tener a nadie del mismo estilo, hazlo por una propuesta irrechazable.
Con esta operación, Christian Bragarnik ha recibido un aluvión de críticas del entorno franjiverde. Las comprendo, sobre todo por cómo, en teoría, se van a emplear las cantidades del traspaso de Gonzalo Villar (sin contar Hacienda). Vendes a un jugador fundamental y de gran proyección para cumplir con el control económico de LaLiga, inscribir a un delantero que lleva cero goles en 17 partidos esta temporada, firmar a un central y a un sustituto del propio Gonzalo Villar. Un movimiento desalentador casi dos meses después de que el representante argentino adquiriera la mayoría accionarial. Y pasan los días y las semanas y sigue sin presentarse en sociedad.
Y luego está el protagonista, Gonzalo Villar, que va a dar un salto descomunal en su carrera. De un equipo de Segunda española a un ‘grande’ del fútbol italiano, que pugna por jugar la Champions League. Donde le valoran deportiva y económicamente más que en el Valencia. Con un contrato que como indicó Pacheta, “le puede solucionar la vida”. Decisión entendible, aunque supone un duro contratiempo para el Elche. El club que considera “el más cercano a una familia” que ha tenido. El que le fichó tras su expulsión del Valencia, uno de los momentos más duros de su corta carrera. Hay que comprender la ambición del futbolista, pero ¿quién comprende a los clubes en estos casos?
También es un mazazo para Pacheta, que tiene buena parte de culpa de la progresión de Gonzalo Villar. Le dio confianza y la mantuvo cuando lo fácil era quitarle del once, al inicio del campeonato. Le elogió y aconsejó en varias ocasiones en ruedas de prensa. Y mostró abiertamente que le pidió que se quedara.
El Elche pierde a Gonzalo Villar justo cuando ocupa zona de 'play-off' de ascenso a Primera cuatro meses después. El equipo demostró contra el Athletic en Copa y en Almería que puede dar la talla sin el ‘8’. Suaviza un poco su marcha, pero sin dejar de ser importantísima. Los franjiverdes tienen la permanencia muy bien encarada, pero ni mucho menos atada. Debilitados sin Gonzalo Villar, su objetivo de lograrla cuanto antes y aspirar a los seis primeros puestos apunta a ser más complicado.