MADRID. El SUV grande de Citroën, el C5 Aircross, es un coche que destaca en todos los aspectos a analizar y que en conjunto apuesta por una imagen más desenfadada y alegre, en un segmento en el que se buscan las presencias contundentes e incluso agresivas en la carretera.
El C5 Aircross es un vehículo de 4,50 metros de largo que ha de enfrentarse a Audi Q3, BMW X1, DS 7 Crossback, Ford Kuga, Honda CR-V, Hyundai Tucson, Kia Sportage, Jeep Compass, Mazda CX-5, Opel Grandland X, Peugeot 3008 (con el que comparte plataforma) o Renault Kadjar. Pero también a SUV algo más pequeños como Seat Ateca o Skoda Karoq.
Frente a los denominados premium ofrece un precio más contenido, con un equipamiento que se puede enriquecer casi a su altura. Si se le compara con los otros generalistas, su espacio interior es mucho mayor, ya que tiene tres asientos detrás del mismo tamaño, lo que es solo característico de monovolumenes o de las nuevas furgonetas mixtas más enfocadas al ocio que al negocio.
En este punto es donde más claramente aventaja a sus competidores, más enfocados a que la zona trasera la ocupen dos adultos para que no se molesten con un tercero.
El Citroën C5 Aircross sobresale por diseño
También les supera en diseño exterior, ya que se pueden agregar notas de color a elementos como las barras del techo, los airbump de los faldones laterales o las molduras que rematan los laterales de la entrada del aire inferior delantera.
La firma lumínica frontal, dividida en dos pisos, hace fácilmente reconocible al Citroën C5 Aircross, que exhibe una trasera también muy horizontal, en la que sobresalen el protector de bajos y las salidas de escape rectangulares.
Otra de sus fortalezas está en lo cómodo que resulta por una suspensión con un tarado blando que filtra a la perfección las irregularidades del firme por el que se circula. En la unidad probada, a través de una rueda próxima a la palanca de cambios automática, se pueden desconectar todas las ayudas electrónicas u optar por reforzar la tracción para poder transitar con mayor seguridad por zonas resbaladizas de hielo o arena, entre otras.
Por delante de la palanca de cambios están el botón de arranque/parada del motor, los modos de conducción Eco (más enfocado a reducir el consumo del vehículo) y Sport (el SUV se muestra más vivo en aceleración, dirección y cambios de relaciones); y el control de descenso de pendientes.
Interior despejado y amplio
Este agrupamiento de botones en la parte baja del vehículo, junto a un salpicadero muy despejado gracias a una amplia pantalla frontal táctil para el sistema de infoentretenimiento y al cuadro de relojes digital personalizable, le dan el toque tecnológico al C5 Aircross.
Asimismo, el interior transmite calidad por el uso de plásticos mullidos en las puertas y en el salpicadero, donde se ha apostado por amplias salidas de aire para la climatización.
En línea con el amplio espacio interior está el hueco destinado al maletero (con apertura eléctrica), de 580 litros con todos los asientos ocupados. Si se tumban los respaldos traseros, los litros puedan ampliarse hasta los 1.630.
El Citroën C5 Aircross goza de un gran confort de marcha
Por lo que respecta al comportamiento en marcha, la caja automática EAT8 de ocho relaciones (desde la levas del volante se pueden manejar manualmente) le hace un coche muy cómodo de conducir. Aunque su salto de relaciones no es muy rápido, la elasticidad del motor le permite contar siempre con la potencia suficiente.
Los 180 CV con los que cuenta el motor diésel BlueHDi probado se entregan sin brusquedades y de una forma lineal, por lo que no tienen que asustar a ningún conductor, que busque un SUV con caballos de potencia suficientes para afrontar un viaje largo y con todo el vehículo cargado.
Por debajo de esta motorización hay otra diésel de 130 CV con la misma transmisión automática , con la que nos podemos ahorrar más de 2.000 euros respecto a la de 180 CV.
FICHA TÉCNICA
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- Dimensiones (longitud/anchura/altura): 4,50 m/1,84 m/1,65 m
