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de la vía p'arriba / OPINIÓN

Charlatanes

23/09/2021 - 

He contado ya alguna vez que una persona del equipo de la ex alcaldesa de Elche Mercedes Alonso, me dijo en privado, cuando comenzaron las obras del mercado provisional, que esa edificación no sería provisional y acabaría quedándose. Para lo que fuera. Cuando me lo comentó acababan de empezar las obras, el PP gobernaba en Elche por primera vez y faltaban dos meses para las elecciones locales. Lo que pasó después ya lo saben. Alonso perdió, (lo digo así a propósito, fue ella la que perdió la alcaldía, no el PSOE quien la ganó) y el PSOE y Compromís acabaron gobernando de nuevo.

La persona que me hizo ese comentario fue la única que no mintió en el asunto del Mercado Central de Elche durante aquellos días.

Esta semana pasada escuché al escritor Juanjo Millás hablar de un libro recién publicado, “Bullshit”, con subtítulo en español que dice “contra la charlatanería”, de Carl Bergstrom y Jevin West. El libro refleja cómo estamos, más o menos, preparados para detectar falsedades o “bulos” de la vieja escuela, pero cada vez es más difícil desafiar la desinformación moderna, presente en la política, la publicidad, la economía, o incluso, dicen los autores del ensayo, en la ciencia o la estadística.

Baste solo un ejemplo para entender de qué hablan. Si alguien dice “Cristina Medina nunca escribe drogada” es una verdad como un templo. Pero, ¿qué sentido tiene decir algo así? ¿Qué quiere decir, sugestionar o dar a entender esa frase? El estudio va más allá y analiza el sesgo de datos que, a priori, pueden ser incontestables, así como el uso de la biología computacional, (algoritmos y modelado matemático), aplicado a la ciencia.

Este tipo de lenguaje y comunicación se está utilizando en la sociedad actual. No seré yo la que se oponga a la evolución del castellano o de la lengua, pero además de entender las palabras y las frases, debemos aprender o reaprender a descifrar lo que se nos quiere decir. El leer entre líneas de toda la vida se eleva ahora a la máxima potencia. Esa forma de expresarse no la usamos usted y yo, la utilizan aquellos que pretenden persuadir, que no es lo mismo que convencer.

No es más que manipulación, pero tan sofisticada que es casi imperceptible y muy difícil de detectar. La política, la publicidad y la propaganda no tiene complejos en usarla y cada vez de manera más interesada. Entiendo la dificultad de descifrar esos nuevos códigos, pero hay que hacer el esfuerzo.

Cuando en las primeras líneas de este artículo he afirmado que la persona que me dijo que el mercado provisional venía para quedarse fue la única que no mintió, he dado a entender que el resto lo hicieron. No es así, pero el uso del lenguaje te lleva a darlo por hecho.

No todos mintieron, en este caso no son tan sofisticados y lo que han hecho es desdecirse de lo que dijeron. La patraña es más burda si cabe.

Recuerdo perfectamente al secretario local del PSOE de aquella época, Antonio Rodes, anunciando que llevarían al juzgado la construcción del mercado provisional en plena zona no urbanizable . Y recuerdo la apertura de expediente a la cafetería del mercado provisional por incumplir la normativa. Y cuando escucho hoy como se desdicen de aquello me quedo esperando que den una explicación argumentada o coherente.

La única que hay es la que más se utiliza hoy en día en política; se dice una cosa en la oposición y otra cuando se gobierna y viceversa.

En el partido socialista de Elche hay y hubo mucho debate con todo esto. Hasta acabó con la paciencia de un concejal de Urbanismo que ojalá algún día cuente los entresijos de aquellos días.

Charlatanes hay en todas partes. Como cuando el PP de Elche dice que el alcalde no les acepta sus propuestas y a cosa hecha proponen lo contrario de lo que se va a hacer. Criticaron hasta la saciedad los “cheques bebé” de Zapatero y ahora lo pone sobre la mesa la presidenta de la comunidad de Madrid y se sube al carro el PP de Elche que pide un cheque bebé local.

Iñaki Gabilondo, que esta semana se despedía de la radio definitivamente, lo expresó muy claro en su última intervención: "Si la democracia es una operación que consiste en que la mitad de un país se dedica a destruir lo que la otra mitad construye... eso no es así”.

Juanjo Millás fue muy pesimista en la conversación sobre el libro pero dijo que ante todo esto solo cabe fomentar el sentido crítico.

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