¿Conoce la curiosa carrera en la que participó el Paelo?

Hoy sería curioso, antaño también lo fue. ¿Se imagina una competición de carreras de camareros llevando una bandeja llena sujeta con una mano, manteniendo el equilibrio para que no se le cayera, mientras corría por las calles principales de la ciudad?

No era tarea fácil. ¿Qué hacía falta para competir en esta singular carrera? Era imprescindible mucho entrenamiento. Se sorprenderá, quizá, pero como para casi todo, era necesario entrenar. También tener mucha constancia. Con un objetivo claro: salir a ganar, superarse a sí mismo. Esta es la mentalidad de los grandes equipos, de los mejores deportistas. Si no vas a por todo, ¿para qué vas? Era también imprescindible tener una gran ilusión para pretender estar en lo más alto de la clasificación, para alcanzar la meta con éxito. Y disfrutar, porque para la mayoría, lo importante es participar.

Era todo un espectáculo verlos por las calles, por las largas avenidas, correr con su bandeja en mano y su indumentaria de camarero. Imagine, iban vestidos con su uniforme de faena compuesto por camisa y chaqueta blanca junto con pajarita y pantalón negro. Como si estuvieran en un gran banquete, pero en este caso estaban corriendo en una competición.

Mucho público se congregaba en las orillas de las aceras aplaudiendo, jaleando a su camarero, que se representaba a sí mismo o a uno de los hoteles, bares o restaurantes más importantes de la ciudad.

Estas carreras de camareros solían celebrarse en Alicante durante las fiestas de Navidad y las Hogueras de San Juan. Como las de la Navidad de 1941. Esta carrera fue organizada por la marca de un conocido brandy español, lo averiguará fijándose en dos de las fotos de esta crónica. Los camareros tendrían que recorrer varias calles de la ciudad para terminar en el Paseo de la Explanada de España. Uno de los participantes fue Rafael Asensi Vilaplana, empleado del hotel Samper. Por su popularidad le pusieron “Paelo” por mote. En esta carrera de camareros con bandeja quedó en segunda posición, llegando a la meta entre los aplausos del numeroso público allí congregado, llevando en equilibrio en su bandeja una botella de ese brandy mencionado. Inquieto por naturaleza, con un destacado don de gentes, Asensi fue boxeador en sus años mozos, cambiando los guantes y el cuadrilátero por los cócteles y los salones del Samper. Años después regentó su propio negocio con el bar de la Casa del Foguerer, según nos informó el periodista Francisco Aldeguer Jover en su libro “Alicante, 1941-44”.

Hubo otra carrera muy popular de camareros con bandeja en Alicante en el mes de junio de 1943 durante las Hogueras de San Juan. En esta ocasión la carrera se hizo en un recorrido de 1.500 metros, nada menos. Cada camarero llevaría una bandeja con vasos y tazas. Cada vez más difícil diría el abundante público que se acercó a las calles por donde se desarrolló esta carrera tan peculiar. La ganó Francisco Sereix Corbí, de Ivory. Necesitó 60 minutos y diez segundos para llegar el primero a la meta. Ya ven, poco más de una hora corriendo y manteniendo el equilibrio no solo para que no se le cayera la bandeja sino también para que no perder los vasos y tazas que llevaba en su base. Le siguieron los siguientes camareros de la carrera, profesionales de los establecimientos que también menciono: Antonio Perdiguero Pascual, del Café Colón; Rafael Asensi Vilaplana, “Paelo”, del Bar Bristol; Juan Antonio Ramírez, del Hotel Altamira; Juan Miralles Carrasco, del Café Ivory; Antonio González Pomata, del Café Colón; José Ramos Asensio, de la Heladería Real…

Para que se sitúe en el momento histórico, en ese año de 1943 Luis González Vicent dirigía el Gobierno Civil y Román Bono Marín era el alcalde de Alicante.

Las carreras de camareros con bandeja no era una curiosidad solo de Alicante. Nacieron en Francia en los años 20 del siglo pasado como una disciplina deportiva. En España, se interesaron por esto diferentes asociaciones de camareros de Madrid por lo que en 1927 crearon el Nacional Sport Club, entidad deportiva para organizar la primera carrera de camareros en España. El Heraldo de Madrid hizo eco de esta noticia el 1 de febrero de ese año, manifestando que pronto se anunciaría una carrera por las calles más céntricas de la capital española en la que cada camarero llevaría una bandeja y en ella dos vasos de cristal llenos de agua.

La primera carrera de camareros que se celebró en España ocurrió el 20 de febrero de 1927 en Madrid. Se empezó a las 7 de la mañana. El recorrido fue pasando cerca de los establecimientos hosteleros más importantes de la ciudad. Salieron del Paseo del Prado en una carrera circular pasando delante del hotel Savoy, el Ritz y el Palace, subiendo por la Carrera de San Jerónimo hasta el hotel Roma, para continuar después por la Gran Vía pasando por el hotel Alfonso XII, el Florida… dando la vuelta en la plaza de Callao y terminando en el Paseo del Prado. Los premios serían patrocinados por los principales establecimientos hosteleros, participando sus camareros en la prueba, siendo algunos de ellos uno de los agraciados.

Ganó Venancio Cermeño. El vencedor fue “el que supo conservar perfectamente el equilibrio de su bandeja, intactos los vasos, esgrimida con verdadero arte al girar las calles” según la revista “La Esfera”. A su vez, el “premio al mejor estilo de bandeja” se lo llevó Fermín López que – aunque había llegado en el puesto 15 – lo hizo con el líquido íntegro sin derramar gota.

Después de esta de Madrid, se realizaron otras carreras en Bilbao, Valencia, Alicante… Tenían que ir todos uniformados con su indumentaria habitual. En 1931 participaron 160 camareros en Madrid, admirados por unas 15.000 personas de un público entusiasta. Ganó Luís Giménez, camarero del Café Colonial; siendo segundo Pablo de Juanas, del hotel Savoy; y tercero, Alcocer del bar Atocha. En 1933 esta prueba ya tenía nombre oficial: Carrera Nacional de Camareros. Ya ve, hay gente para todo.