Carmen Mola: "Nuestra narrativa tiene un estilo que ninguno sería capaz de replicar en solitario"

ALICANTE. La conquista del Premio Planeta por parte de los tres guionistas que se encontraban tras el pseudónimo de Carmen Mola no estuvo exenta de polémica, aunque, según explican, fue algo fugaz. Lo importante siempre ha sido, como destacan, la historia. La de La bestia, una novela con la que añaden muchas más capas al ‘universo Mola’ creando un thriller histórico que parece estar reportándoles gran éxito entre el público lector y la crítica. Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero presentarán este viernes su galardonado libro en una nueva noche gastronomico-literaria del Hotel Port Jardín Milenio de Elche, con la colaboración de la librería Ail i Truc. El restaurante La Taula será el escenario en el que un menú inspirado en la novela se entrelazará con las disertaciones de sus tres autores. 

— Habéis ampliado el ‘universo Mola’ pasando de la novela negra a la incorporación de lo histórico. ¿Por qué ese añadido? ¿Vais a seguir la estela histórica en adelante?

— Antonio: Decidimos ampliar y cambiar de tercio con este híbrido de thriller histórico. Nos ha funcionado bien. En el confinamiento, que fue cuando empezamos a gestar esta historia, nos pareció un poco raro hablar del presente cuando no sabíamos que iba a ser de nosotros. Entonces decidimos que irnos al pasado era una buena solución, porque ahí esta inmutable la historia. Ensayamos este registro porque era una buena manera de llegar a nuevos lectores sin defraudar a quienes ya esperan leer ese thriller policiaco o el retrato del mal y la violencia que hacemos nosotros. Quisimos ampliar el abanico y en La bestia hicimos una novela más ambiciosa, con más crítica social, más calado, más voces y más género: picaresca, folletín, novela gótica de terror, etcétera. Hemos añadido más capas a nuestras propuestas anteriores.

— ¿La realidad supera la ficción y siempre se puede encontrar algo sorprendente que conviene recordar?

— Jorge: Pues sí. Además, cuando empezamos a trabajar en esta novela nos fuimos encontrando con muchas similitudes con la época en que tratábamos, que es 1834, y la actualidad. Comenzamos con un acontecimiento histórico como fue la matanza de frailes y al abrir el foco para ver por qué se había producido esto lo que nos encontramos fue que había una epidemia de cólera. Viendo la epidemia, vimos que había muchas medidas que se tomaban entonces y que eran las mismas que se estaban tomando con la pandemia de covid-19. Así que, al hablar del pasado, estábamos hablando también del presente, que es lo que nos gusta a la hora de escribir una novela histórica.

Agustín: Al hacer un viaje hacia el pasado no queríamos dar una lección de historia, sino encontrar temas que se entremezclen con la actualidad. En La bestia hay un montón, ya no por la pandemia, sino por cómo lo enfrenta la sociedad. Las fake news de ahora tienen su reflejo en el pasado. También cómo el poder utiliza algo terrorífico para sacar una ventaja. Toda esa identificación, aunque hayan pasado casi doscientos años desde ese momento, tiene bastante que ver con la actualidad.

— Este ‘aval’ del premio Planeta, ¿qué supone? 

— Antonio: La posibilidad de llegar a nuevos lectores. Para nosotros y para cualquier escritor conlleva visibilidad, que es algo que no se suele obtener tan fácilmente en esta profesión. Es un espaldarazo y un subidón para nosotros. El Premio Planeta te da un escaparate que no te da absolutamente nadie más. Tienes un impacto en la gente que antes no tenías.

— No son nuevos los libros coescritos por varias personas, pero no era habitual encontrarlo en las novelas. ¿Cambiará este precedente el panorama literario?

— Jorge: Supongo que de alguna manera sí que siente precedente. No es la primera vez que un libro lo firman varias personas. Sí lo han firmado bastantes veces dos personas. Tres, no tantas; creo que es la primera vez. Si va a haber ahora más libros escritos por tres personas, pues, no lo sé. Supongo que, debido al éxito de Carmen Mola, habrá otros grupos de escritores que estarán escribiendo en conjunto. Ya veremos en los próximos meses si salen más libros de este estilo. No me extrañaría. Nosotros siempre hemos querido reivindicar el trabajo en equipo en la escritura, que es algo que veníamos haciendo como guionistas. Ha sido feliz este intento y suponemos que propiciará que haya más casos así.

— Tenéis un estilo que viene marcado por vuestra metodología y vuestro pasado como guionistas. ¿Qué es lo mejor y lo peor de ese sistema? 

— Antonio: El estilo que ha surgido de Carmen Mola es algo misterioso y viene derivado de que somos tres guionistas con novelas que van muy al grano. La narración es muy directa y hacemos que los personajes se expresen por medio del diálogo. Hay una serie de características que vienen de nuestra academia que es el mundo del guion. Pero es un estilo que ha ido surgiendo entre los tres. Son novelas muy manoseadas por los tres, que escribimos constantemente y, al final, surge un estilo que ninguno de nosotros tres sería capaz de replicar en solitario. Es muy curioso.

Lo mejor de todo esto es que nos exigimos originalidad. Giros de guion para que el lector no tenga nunca la sensación de seguridad de saber qué va a pasar cuando está leyendo. Subvertir el relato típico y que no tenga colchón. Ese típico viaje del héroe que le surgen muchos imprevistos, pero siempre sale airoso. Pues no, en nuestras novelas no tiene por qué salir airoso y es bueno que el lector lo sepa porque le proponemos una experiencia de lectura diferente. Y eso es lo mejor de todo. Lo más característico o lo más novedoso.

En cuanto a lo peor, no sé si diría lo peor, pero quizá sea que hay que deponer algunos caprichos de autor porque somos tres. No son novelas para que ninguno de los tres nos adornemos con florituras. Puede ser que un escritor eche de menos esa cosa de impregnar con su voz todo el relato. Eso nosotros no lo hacemos porque al ser tres es un empeño absurdo. Precisamente lo que reivindicamos es la novela colectiva.

— Contar con tres opiniones constantemente, ¿es una forma de sentirse seguro en el proceso o es a veces un inconveniente para encontrar el acuerdo?

— Agustín: Una de las bases de nuestro trabajo es dejar el ego en la puerta cuando nos sentamos para preparar una historia y no obsesionarnos con que la historia salga de uno o de otro sino con que sea buena. Eso es fundamental para la novela. Sin embargo, es raro en la literatura, porque el autor tiende a dejar su voz en cada página. Nosotros somos contadores de historias y queremos contar la mejor historia posible. Para eso, uno deja al margen su ego y lo que busca es lo mejor. Por otro lado, el trabajo en una reunión es muy divertido y nos lo pasamos muy bien y eso hace que sea más enriquecedor. Es muy chulo ver cómo una idea sencilla se va transformando y, de repente, llega a un lugar que no habías imaginado por ti mismo. Ese es el resultado de la inclusión. Es algo que habíamos experimentado en el mundo del guion y que queríamos trasladar a la literatura.

— Lo describís como una ‘literatura generosa’ que rompe con ese cliché del escritor vanidoso que desea ser más protagonista que sus personajes…

— Antonio: Sí. La autoría colectiva que nosotros defendemos es una forma de enterrar esa figura del escritor sacrosanto. Nosotros lo que queremos es que la historia esté por delante de todo: los personajes, los giros, las sorpresas. Eso sí se produce con la forma en la que escribimos nosotros tres. No te quepa ninguna duda. 

“La autoría colectiva que defendemos entierra esa figura del escritor sacrosanto”

El gran milagro de Carmen Mola es la generosidad y la humildad que estamos poniendo los tres para respetar las ideas de los demás hay que hacer en el proceso pequeños duelos para eliminar ideas que te gustan mucho y no gustan a tus compañeros. Eso lo hacemos nosotros tres con una naturalidad muy de resaltar, porque no creo que sea nada fácil que un escritor mantenga su ego tan a raya.

— ¿Qué es lo que más os une a la hora de escribir y reescribir una novela? ¿Hay algo que digáis: “esto le va a encantar a mis compañeros, voy con ello”?

Jorge: Como los tres buscamos que la novela salga lo mejor posible pues lo discutimos todo antes y entonces nos sorprendemos poco. Todos, antes de empezar a redactar, sabemos cómo va a acabar la novela, cómo va a ir, en qué momento van a ir apareciendo las cosas, etcétera. Sí que es verdad que tus compañeros, como cada uno tiene sus características y su manera de escribir, pues, a cada uno se le dan mejor unas cosas, aunque todos hagamos de todo. A mí siempre me gustan las frases que mete Antonio o los giros que pone Agustín, y voy sorprendiéndome un poco, pero como antes ya lo hemos discutido, pues no hay mucho margen para la sorpresa.

— La crítica a vuestro nombre, en cuanto a una supuesta ‘suplantación de identidad’ de mujer, fue furibunda por parte de algunos ámbitos. ¿Cómo se ha gestionado pasado este tiempo? ¿Se ha repetido o recrudecido este 8M?

— Agustín: Fue algo muy momentáneo. Una reacción inmediata al descubrimiento que, además, estuvo muy localizada solo en las redes sociales. Ahora que hemos salido a la calle y estar con los lectores, pues, vemos que la gente le da muy poca importancia al hecho de que detrás de Carmen Mola estuviesen tres hombres. Esa polémica es algo que siempre me ha sorprendido porque somos escritores y, por tanto, capaces de escribir sobre una mujer sin serlo, igual que somos capaces de escribir sobre un asesino sin haber matado a nadie.

Nuestro trabajo es meternos en la mente de los demás y contarlo, con cualquier tipo de personaje. Es absurdo decir que un hombre no puede ser capaz de ponerse en la piel de una mujer, igual que es absurdo decir que una mujer no puede hacer lo mismo con un hombre. Pero lo cierto es que aquello fue algo fugaz. Un estallido en redes sociales. Siempre respetamos aquella reacción y entendimos que hubiese gente que se sintiera defraudada, pero aquí lo importante es la novela. Lo que debe primar es si te gusta o no la historia, al margen de quién la ha escrito.