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entrevista a la directora general de cultura y patrimonio

Carmen Amoraga: "Cultura está en una macroconselleria y eso es parte del problema"

12/03/2017 - 

VALÈNCIA. La Directora General de Cultura y Patrimonio de Comunitat Valenciana, Carmen Amoraga, llegó hace casi dos años al gobierno autonómico con un bagaje que, entre otras cosas, suma herramientas en tanto que oposición y creadora. Casi en el ecuador de legislatura, como muchos de sus compañeros, la realidad de los procesos administrativos la lleva a reconocer que algunas de las zancadas esperadas se han convertido en pasos de tortuga. La socialista defiende un trabajo "lejos de los focos" con el que están tratando de cambiar "muchas dinámicas", proyectos como la modificación de la Ley de Patrimonio, el plan de inversiones en patrimonio o el estatuto del artista que se impulsarán en los próximos meses. "Nosotros no hacemos estrenos, hacemos trabajo de pico y pala", reconoce en su despacho, ubicado en el antiguo monasterio de San Miguel de los Reyes. Habla Carmen.

-Casi dos años después de las elecciones, ¿cómo ha sido el paso de creadora y oposición a administradora autonómica? 
-Ha sido un camino complicado, venía de la oposición, de las buenas intenciones, de las buenas ideas... el aterrizaje fue forzoso. La Ley de Hacienda de 2015 lo complica todo, hace que los procesos sean largos, lentos, farragosos. Para cualquier decisión que tomes necesitas muchos informes. Un ejemplo: aunque el funcionario que hace una gestión sea licenciado en Filología Catalana, todo lo que escribe tiene que pasar por el Salt. Está todo completamente bloqueado, hace que sea muy lento y que haya sido frustrante, porque todas las ideas con las que llegamos no se podían poner en marcha. Por otra lado, me he encontrado con el aliciente de las personas con las que trabajo, que están muy implicados. Durante estos dos años hemos puesto las bases de un edificio que queremos construir, ahora vamos a empezar a levantar el primer piso. Esto se va a centrar en democratizar la cultura, en conseguir que se cambie esa percepción en la sociedad de que no es necesaria o que es un lujo. Nos han hecho creer que teníamos que elegir entre Sanidad y Cultura, y lo segundo también es un derecho. 

-Habla de sentar las bases, ¿se podrá levantar toda la casa?
-Una legislatura es muy poco tiempo. El edificio ya es sólido, no van a volver a minar la necesidad de la ciudadanía de acceder a la cultura. En estos dos años ha quedado claro que nos hace más libres, más fuertes y mejores y que es un derecho al mismo nivel que los demás. Pero es verdad que son 20 años de machaque, parece una excusa, pero es un motivo para explicar por qué estamos como estamos. En una reunión reciente [con otros representantes de la administración] hablábamos sobre qué preferíamos: proyectos valientes o realistas. Hoy por hoy prefiero lo realista, si tuviera que volver a trabajar en un programa electoral no prometería tantas cosas. Cuando llegas desde fuera crees que puedes hacerlo todo, pero luego te das cuenta de que quizá es mejor centrarte en una serie de cosas y terminarlas. Sin embargo, sí que estamos cumpliendo muchas cosas, la MECUV [Mesa de Participación de la Cultura Valenciana] ya está funcionando... Aquí ha entrado gente que nunca ha estado en el despacho, desde trabajadores de la casa hasta representantes de los sectores. Cuando llegué aquí sabía que era directora general, pero todo lo que nosotros queríamos poner en marcha tiene que salir de una conselleria de Cultura que no existe. Estoy muy contenta con el conseller, pero Cultura está en una macroconselleria y eso es parte del problema.

Foto: EVA MÁÑEZ.

-Esa es una demanda recurrente en el sector cultural profesional.
-Si hubiera una conselleria de Cultura tendríamos una infraestructura administrativa y personal que agilizaría todos los proyectos. Ahora la estructura es conselleria de Educación, Cultura, Investigación y Deportes. Hay un subsecretario para esas cuatro áreas tan importantes. Todos vamos a morir a la misma subsecretaria, abogacía... por espíritu práctico debería existir una conselleria de Cultura y, además, por una cuestión de visibilidad. 

-El gran peso, también con presupuestos, se lo lleva Educación, ¿no es Cultura la prioridad de Marzà?
-Creo que estamos en igualdad de condiciones. Me consta que para el conseller es tan importante la Educación como la Cultura, la política lingüística y el libro. Ese no es el problema, es un problema de sacar adelante el trabajo.

-Los nuevos gestores hablan habitualmente de las sorpresas que se encontraron en los cajones al llegar al despacho, ¿con qué se topó usted?
-No me encontré con sorpresas. Cuando llegué aquí, literalmente, no me encontré con nada. Ninguna documentación, los ordenadores vacíos, los cajones vacíos... no hubo traspaso, ¿por qué? No lo sé. Esa falta de información se ha suplido con sus trabajadores, con su empuje. 

-Hablaba antes de la Mecuv. En la presentación del plan de democratización se indicó que su primer cometido sería generar el Estatuto del Artista. Se trató recientemente en el Congreso a nivel nacional, ¿irán en paralelo?
-Tenemos que empezar a moverlo. El día que se entregaron las llaves de la quinta fase del Museo de Bellas Artes hubo una reunión después entre el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo; el conseller, el secretario autonómico y yo, un encuentro que sienta una base muy importante que es de colaboración. Por eso también me muestro positiva con el tema de la Dama de Elche. Vi un cambio importante, un momento de dialogar y desatascar. Si podemos ir de la mano, iremos. El respeto a los creadores es muy importante.

-El Senado ha descartado el traslado de la Dama de Elche a la Comunitat, ¿cómo valora la nueva negativa del gobierno?
-Esa negativa viene antes de que pusiéramos el contador a cero. La comisión bilateral se acaba de crear, el día 15 de marzo nos va a recibir el secretario de Estado de Cultura. Entiendo que se va a retomar. Seguimos trabajando para que el Museo Arqueológico y de Historia de Elche sea subsede, vamos a dar todas las facilidades para que pueda volver al lugar del que salió y al que pertenece. 

-Habla de un punto cero, pero la negativa del gobierno parece clara. ¿Cuál es la utilidad de la comisión bilateral entre gobierno autonómico y ayuntamiento, más allá de la foto de unión?
-Es algo que se puede reconsiderar, la comisión va a trabajar a muchos niveles: social, político y empresarial. A través de ella vamos a tratar de generar un clima de opinión propicio. No queremos que la Dama esté permanentemente en Elche, queremos que venga, que la vinculación exista.

Foto: EVA MÁÑEZ.

-Hay una sensación de que todo va más lento de lo esperado, de que no se cumplen en plazo algunos proyectos. 
-Es por cuestión administrativa. También, al principio, sientes la necesidad de anunciar muchas cosas. Hay dos formas de trabajar: anunciando o presentando el trabajo hecho. En la dirección general trabajamos más de esta segunda forma. A veces veo otras áreas que hacen muchos anuncios y parece que nosotros no estemos haciendo nada. Estamos desarrollando muchos proyectos, como las residencias artísticas con el Consorci. Otro proyecto es que el IVACOR deje de depender de CulturArts y pase a la dirección general. Es el único caso en que un instituto de restauración y conservación no está dentro de patrimonio. No tenemos claro cómo se integrará, el tema de personal lo dificulta, pues en la dirección son funcionarios y en el IVACOR no. Estamos trabajando muy estrechamente con Hacienda, hemos estudiado varias vías para que la transición sea de la mejor forma: desde incluir el traslado en la Ley de Acompañamiento, que descartamos; también pensando en crear una ley propia... estamos valorando todas las posibilidades.

-Los composición de la Mecuv es distinta a la del Consell Valencià de Cultura (CVC), pero con respecto a lo que se espera de cada uno de ellos, ¿cuáles son sus diferencias? 
-El CVC emiten informes que no son vinculantes, y esto sería una forma práctica de trabajar. Menos los presupuestos, en la Mecuv se determinará la política cultural, se junta el hambre con las ganas de comer. Ellos nos dirán qué quieren hacer y nosotros aportaremos lo que se puede hacer. De ahí saldrá lo que se haga. 

-¿Cuál es su opinión al respecto de que Consuelo Císcar siga formando parte del CVC?
-Habría que preguntar por qué forma parte a lo miembros del Consell Valencià de Cultura. No debería formar parte de él. La Justicia tiene que hablar, pero creo que en estos momentos Consuelo Císcar se identifica con un modelo de gestionar la cultura que no es actual.

-El último Seminari de Govern solo se planteaba un objetivo en Cultura para el semestre, el Plan de Inversiones de Patrimonio Cultural, cuatro millones ya presupuestados, ¿cuáles son las diferencias para ser un 'plan' distinto a la inversión regular? 
-Se trata de dar forma a algo que ya se estaba haciendo. A diario llegan  peticiones de ayuntamientos y asociaciones que para que intervengamos en la protección del patrimonio correspondiente. Lo que planteamos es poner negro sobre blanco una serie de criterios objetivos. La diferencia está en que todo el mundo tenga claro estos objetivos, un criterios que no serán que el director general sea de tal pueblo o del partido que gobierna en otro municipio. Faltaba eso. Entre esos criterios está que sea propiedad de la Generalitat, la urgencia y que tenga un trabajo previos hecho, el proyecto y el plan director.

-El pasado verano se impulsó el Plan de Internacionalización de las industrias culturales. Hubo encuentros con el Instituto Cervantes y la Fundació Ramón Llull, ¿en qué se ha avanzado?
-La colaboración con la Fundació va como un tiro, ahora en abril iremos a la feria del libro infantil y juvenil de Bolonia en la que por primera vez no hay país invitado, sino lengua invitada, el catalán. Nosotros nos podremos debajo del mismo foco. A las editoriales y autores valencianos va a darles mucha visibilidad. El camino lógico es acabar formando parte de la Fundació Ramón Llull como gobierno. Con el Instituto Cervantes mantuvimos una reunión muy fructífera con su director Víctor García de la Concha, tenemos el borrador del convenio de colaboración, que no está firmado porque el gobierno estaba en funciones. Ahora García de la Concha no está como director, pero se firmará. 

-Se ha hablado mucho de la ayuda al Festival Splash! de Sagunto. En una reciente entrevista a Cultur Plaza, el conseller dijo que "no había intervenido directamente" en las ayudas. Pasó por secretaria autonómica aunque es competencia suya, ¿por qué?
-Entiendo que es por la jerarquía. Si el secretario autonómico toma una decisión entiendo que tampoco la tiene que consultar, la tiene que comunicar y así fue. No es algo que yo haya trabajado, no hemos intervenido desde aquí. 

-También está pendiente la posible Comic Con valenciana, además de las dudas con respecto a la marca, ¿contará con el apoyo de la Generalitat?
-No hemos vuelto a tener una reunión. Se habló de intenciones y la verdad es que, tal y como nos lo contaron, sería estupendo que viniese a la ciudad de València, uniría turismo y cultura. No hemos tenido una segunda reunión. 

-¿La habrá?
-Si nos la piden, por supuesto, y aclararemos todas las dudas. En una primera reunión se habló de intenciones, del dinero que esperan de las administraciones... 

-¿Y era asumible?
-No. Pero no es solo cuestión de dinero, también de interés. Hablan de involucrar a Ayuntamiento, Diputación y Generalitat. A nosotros nos gusta mucho trabajar así, no es compartimentos estancos. En ese sentido, el proyecto que nos explicaron me pareció muy interesante. 

-¿Cuáles son los planes de la mesa de turismo?
-Venimos de veinte años en los que se ha vendido el turismo de sol y playa, que está muy bien, pero si vas a Alicante y, además de eso, también está el Museo de Arte Contemporáneo, que es una maravilla. Eso no se ha potenciado. La concreción máxima de la mesa de turismo cultural está en desarrollar un proyecto piloto que ya está en práctica en València, crear y difundir un relato y una marca de cultura. En la primera fase se realiza el diagnóstico inicial de la cultura en una ciudad, su posicionamiento como destino cultural, se identifican los actores de un producto, se crear un relato, se unifica una agenda y se adapta a las necesidades turísticas. En la fase dos se desarrollará la propuesta estratégica a las empresas y otros agentes turísticos, se hará un inventario de recursos y se elaborará la propuesta. La fase tres extenderá el proyecto a otros territorios de la Comunitat Valenciana. 

-¿Qué me puede decir del Plan Valenciano de Fomento del Libro y la Lectura?
-En enero de 2016 se anunció el inicio de ese camino, para hacer un plan de fomento del libro y la lectura. Estos planes tardan un mínimo de un año en sentar las bases, en elaborar las líneas estratégicas. Partimos de un horror, los niveles de lectura nos colocan a la cola de España y en lengua propia está en torno a 2%. Esto no cambiará este año. Un plan de fomento no son acciones. Durante todo este año se ha estado trabajando de forma transversal, con Educación o Comercio, fruto de esto son esas líneas estratégicas. A partir de este documento base vamos a trabajar en que haya más bibliotecas escolares, en que los profesores tengan una formación específica y no se les ocurra mandar a los niños castigados a la biblioteca, en cursos de formación para los libreros que son dinamizadores, se aumentará el presupuesto en bibliotecas... Fruto de esto también surgió la mesa de comercio. Hay que tener en cuenta sus peculiaridades. En este segundo año vamos a implicar a todos los sectores. Tenemos un convenio firmado con la Fundació Full, que es a través de la que se ejecuta el plan, ¿por qué? porque la fundación representa a la mayor parte del sector.

Foto: EVA MÁÑEZ.

-Hace poco Albert Girona habló de la posibilidad de que en el Centre del Carme se instale una gran biblioteca de las artes y centro de documentación con fondos de distintos organismos.
-Es una idea magnífica. El Centre del Carme tiene una parte que, no es que esté infrautilizada, sino para la que hay que hacer una gran inversión, que empezaremos este mismo año. Es un proyecto de legislatura. 

-Cuando se anunció el aumento de presupuesto al Consorci de Museus este año, el conseller indicó que era para acometer esa rehabilitación, sin embargo finalmente irá casi todo a exposiciones, ¿en qué punto queda?
-Este ajuste tiene que ver con los plazos administrativos. Cuando dedicamos una partida a un proyecto y al final no se gasta, se pierde. Nosotros presupuestamos ese dinero para las obras, trabajando en el plan de inversiones se ha visto que no se va a llegar con las licitaciones, redacción del proyecto... el nuevo presupuesto está más ajustado a los plazos. No quiere decir que no se vaya a acometer, porque sí se hará, no solo para lo que dijo el secretario autonómico, sino porque ahí pueden ubicarse asociaciones y colectivos que tienen que ver con la dinamización cultural y que revalorizarían el Centre del Carme.

-¿Los que hasta ahora acogía Las Naves?
-Algunos de ellos, por ejemplo (ríe). 

-En estos dos años, ¿cuál ha sido su momento cultural más gratificante?
-Cuando se realizó el homenaje a los presos que habían estado aquí durante el franquismo. Fue un punto de inflexión como directora general y como persona. Era necesario. Recuerdo que ese día el President incluyó en su discurso un poema que había escrito un preso dedicado a su hija Carmen, que todavía no había nacido. Al día siguiente el biznieto de ese preso nos escribió un correo en el que nos decía que nunca iba a agradecernos lo suficiente la mención. Nosotros sabíamos que iba a venir él, pero no que venía con su abuela. Le reenvíe el mensaje al President diciendo: cuando te digan que la cultura no cambia la vida de la gente, acuérdate de este e-mail.

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