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el bipartito reedita su pacto para los próximos cuatro años

Carlos González reivindica en Elche una legislatura estable en medio de duros discursos de la oposición

15/06/2019 - 

ELCHE. Como estaba previsto, el candidato socialista Carlos González ha sido reelegido como alcalde del municipio ilicitano, al ser investido con los 12 de su partido y los 2 de Compromís, en virtud del pacto alcanzado este jueves, y en el que los socialistas asumen la mayoría de competencias por la holgada diferencia que mantienen con sus socios. En su discurso como candidato y posteriormente como primer edil, ha pedido una legislatura "estable" en la que no haya enfrentamientos, para poder sacar adelante sus proyectos emprendidos en la primera legislatura. Un discurso sosegado que ha contrastado con el de Ciudadanos y Vox, que han aprovechado sus minutos para marcar territorio.

La sesión de investidura se ha desarrollado en un salón de plenos del Ayuntamiento de Elche totalmente lleno, que se ha iniciado con la interpretación del himno de la ciudad, en medio de la expectación de la nueva corporación, en la que se notaban en las caras aún los resultados obtenidos el pasado 26 de mayo, sobre todo en la oposición, apesadumbrados porque pesan otros cuatro años de oposición. Tras la constitución de la mesa, formada por la edil más mayor, Elena Bonet (PP) y Antonio García (Compromís) y siguiendo el protocolo, los 27 concejales han prometido o jurado su cargo como ediles. 

Juramentos con Biblia y algunos discursos duros

Los 9 concejales populares han jurado su cargo con una mano en una gran Biblia que han traído, todos ellos en castellano, al igual que las dos representantes de Vox (Amparo Cerdá y Aurora Rodil), que han finalizado su juramento con un "Por España, lo juro" y un "Por España y Elche, lo juro". Además, dos de los ediles socialistas también han jurado su cargo, Marga Antón y Carles Molina, que junto a Carlos González, Ana Arabid y Vicente Alberola, han asumido su cargo en valenciano, aunque estos tres prometiéndolo. Así pues, son 14 concejales los que han prometido su cargo (10 del PSPV-PSOE, 2 de Cs y 2 Compromís, que lo hicieron en valenciano). Salvo los ediles de PP y Vox, el resto de los ediles han prometido o jurado su cargo con la mano en la Constitución. 

En lo que respecta a los discursos en su investidura, Amparo Cerdá, por Vox, ha aprovechado sus primeros minutos en el pleno para hablar del orgullo de entrar en el Ayuntamiento y realizar su labor de fiscalización en la oposición, pero sobre todo, para sacar a pasear el discurso contra "lo políticamente correcto" que ha pregonado la formación de Santiago Abascal todo este tiempo. Ha hecho referencia a sus valores tradicionales de la familia, las costumbres, la identidad o "la defensa de España hasta sus últimas consecuencias" y aunque no ha cargado contra ningún partido en concreto, sí que ha mencionado que han llegado para luchar contra "una dictadura ideológica disfrazada de tolerancia" y también contra la "dictadura lingüística", en referencia al valenciano. Una primera toma de contacto por tanto en la que presumiblemente estarán en contra de medidas 'ideológicas' que pueda impulsar el bipartito o la propia Generalitat. Se ha autodefinido como el partido del sentido común.

Tras ella, siguiendo el orden de menor a mayor en función de los resultados obtenidos, ha sido el turno de Mireia Mollà, poniendo en valor el legado de Compromís y el equipo de gobierno durante estos cuatro años, a su juicio, "cuatro años de progreso en los que se ha recuperado la salud democrática". Ha señalado que esta legislatura ha de incidir en el empleo de calidad y la integración, y "celebrar la diversidad", decía mientras miraba a Cerdá enfrente, en tono desafiante. Ha hablado de la violencia machista y los mil asesinatos de mujeres en los últimos años y antes de cerrar con el objetivo de la capitalidad verde en 2030, ha recitado varios versos de Miguel Hernández. Eso sí, todo su discurso en castellano.

Por otra parte, el líder de Ciudadanos, Eduardo García-Ontiveros, ha sido el más duro, ya que ha aprovechado su intervención más como un debate de investidura que no como un acto institucional, lo que ha descolocado a los asistentes, ediles inclusive. Después de unas primeras palabras de agradecimiento familiar, ha afilado la lengua y criticado al PSOE por haber elegido "cargar con la mochila de Compromís", a quienes ha ubicado en la "radicalidad". Una intervención repleta de cuchillos, en la que ha lamentado que no hubieran pactado con ellos, aunque ha aseverado que estarán dispuestos a hacerlo cuando rompan con la atadura de los Mollà. Mientras, seguirán "enfrente", denunciando la falta de decisión del alcalde y situaciones como la del Mercado Central o el Hotel de Arenales, y la "paralización" de la ciudad.

En lo que respecta a Pablo Ruz, el líder popular ha empezado recitando a Ortega y Gasset, erigiéndose como líder de la oposición, aunque volviendo a ese discurso buenista de unir a Elche y centrar las políticas en las personas. "Entendiendo una unión no excluyente, con convivencia", ha añadido Ruz. Se ha presentado a González diciendo que harán una oposición "leal y con rigor", para realizar una labor fiscalizadora. Eso sí, le ha pedido "altura de miras", para que no se encierre en la casi mayoría socialista. La última intervención ha sido para González, que ha sido corto y conciso, sabedor de que hablaría después como alcalde. Eso sí, ha cogido el guante para pedir una legislatura estable, aunque indicando que a pesar de la mayoría, tendería puentes a la oposición. 

Confusiones del directo y triunfo del protocolo

En la votación ha salido todo según lo planeado, salvo el recuento, en el que la presidenta de la mesa de edad, la popular Elena Bonet, se ha confundido en dos ocasiones en la lectura de la papeleta y en lugar de decir el nombre su candidato, Pablo Ruz, ha nombrado a Carlos González. Salvo eso, los 14 votos del bipartito han ido a González. Las otras tres formaciones han votado a sus respectivos cabezas de lista, Pablo Ruz (PP), Eduardo García-Ontiveros (C's) y Amparo Cerdá

Tras recibir la vara de mando, el ya reelegido alcalde ha empezado hablando en valenciano para poner en valor las raíces culturales del pueblo de Elche, destacando que el valenciano ha sido su idioma y también de emblemas de la ciudad como el Misteri d'Elx. Acto seguido ha desgranado los cuatro ejes del mandato, el impulso de la economía y el empleo, la modernización de los servicios
públicos, fortalecer la cohesión social y promover la cohesión territorial y la mejora urbana. Un discurso que él mismo ha llamado socialdemócrata en el que no ha faltado algún dardo envenenado a sus socios con Turismo —competencia que recuperan— "y recuperar la visibilidad que la ciudad se merece". No ha faltado la retahíla de propuestas concretas en el plan de gobierno programático, ideas abstractas y expresión de voluntades, como la de que la UMH se involucre más en la ciudad y tenga algún edificio céntrico. Mientras, por cierto, el rector de la universidad, Juanjo Ruiz, estaba en el pleno de investidura de Alicante. Ha acabado con un grito de 'Viva Elche' y con el preceptivo himno local. 

El lunes ya empieza 'lo bueno'. Por el momento, González ya ha convocado a sus concejales en el despacho, puede que para dar a conocer las responsabilidades que tendrán los ya ediles.

Así queda la nueva corporación:

PSOE: Carlos González, María José Martínez, Ramón Abad, Patricia Macià, Mariano Valera, Mariola Galiana, Vicente Alberola, Ana Arabid, Héctor Díez, Marga Antón, Carles Molina, Puri Vives. 

PP: Pablo Ruz, Francisco Javier García Mora, José Navarro, Manoli Mora, Loli Serna, Inma Mora, Juan de Dios Navarro, Llanos Trigueros, Elena Bonet

Ciudadanos: Eduardo García-Ontiveros y Eva Crisol

Compromís: Mireia Mollà y Antonio García

Vox: Amparo Cerdá y Aurora Rodil

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