"La Cámara está lejos de la sociedad: tenemos una media de edad de 70 años y apenas dos mujeres"
"La Cámara está lejos de la sociedad: tenemos una media de edad de 70 años y apenas dos mujeres"
ALICANTE. Carlos Baño, 54 años, propietario de Tescoma en España y presidente de la federación de comerciantes Facpyme, lleva toda la vida en la Cámara de Comercio de Alicante, desde que tuvo que ocupar el asiento que correspondía a la empresa familiar por la muerte de su abuelo. Horas antes de la Noche de la Economía Alicantina anunció su intención de presentarse a la Presidencia, al comprobar que su acuerdo con Juan Riera para darse el relevo estaba en vía muerta. Abierto el calendario electoral y presentadas las candidaturas al pleno, ambos mantienen sus aspiraciones, aunque siguen hablando mientras se acerca el momento de votar.
-Cuatro meses después de anunciarla, es evidente que mantiene su candidatura a la Presidencia de la Cámara. ¿Existe alguna posibilidad de que se produzca un pacto a tiempo con Riera para ir juntos y hacer la transición el próximo mandato?
-A ver, nosotros hablamos prácticamente todos los días porque seguimos siendo presidente y vicepresidente, y mantendremos conversaciones hasta el último día sobre el futuro de la Cámara, por supuesto. Hemos tenido varias reuniones ya en estos meses. Incluso puedo decirle que hay algún acuerdo sobre algunas cuestiones. Pero claro, este año se han presentado tantas empresas para optar a las vocalías, que va a ser muy complicado llevar a cabo ese acuerdo, porque implicaría retirar muchas candidaturas.
-¿Cuántas empresas optan a las vocalías electas y, por tanto, cuánta gente habría que convencer de retirarse si hay pacto?
-Se han presentado 104 candidatos para 40 vocalías [las otras 20 son de designación directa por el Consell, la patronal y los patronos de la Cámara], de las cuales dos ya están elegidas porque han sido el único candidato en su grupo. Concretamente, los subgrupos 4.1 y 4.2, de Industria Manufacturera, donde han resultado elegidas dos empresas asociadas a Fempa.
-¿Y qué están negociando concretamente Riera y usted para pactar esa candidatura única?
-Yo hablo con el presidente todos los días, tenemos una entente muy cordial porque la Cámara tiene que seguir funcionando. Y también hablamos respecto a la Presidencia y las elecciones. Pero es que de esto llevamos hablando cuatro años, desde la última vez que se presentó Riera y cerramos un pacto para que no tuviera oposición y yo fuese su vicepresidente.
-¿Qué cree que debe cambiar en la institución, por qué se presenta usted al ver que Riera quiere repetir?
-Creo que la Cámara necesita un cambio profundo, una renovación, para conectar con las demandas de la sociedad. Con todos los respetos, no quiero que suene despectivo, pero la Cámara no puede ser un cementerio de elefantes, el sitio al que van los empresarios cuando se retiran como si fuesen al casino del pueblo a entretenerse. Llevo en la Cámara desde los 24 años, cuando tuve que sustituir a mi abuelo con Eliseo Quintanilla de presidente, y los que había en el pleno eran los colegas de mi abuelo, así que conozco bien como es aquello. Luego, antes de acabar el mandato, a Quintanilla lo sustituyó Emilio Vázquez Novo, a este Luis Esteban, luego hubo un pacto para que entrase Fernández Valenzuela, al que relevó José Enrique Garrigós, y por último Riera.
-En todos esos casos, el relevo se produjo antes de las elecciones, de forma que el siguiente presidente se 'fogueaba' antes y la transición era pactada. Este sería el primer caso desde que usted entró en la Cámara donde, si al final no hay acuerdo, se romperá esa tradición.
-Es que eso es lo lógico, que haya esa transición tranquila. Si de repente entra una persona que no sabe cómo funciona la institución, pues no es lógico. Esto era ya una especie de tradición. Pero es más, es que eso es lo que teníamos hablado. No ya antes de la Noche de la Economía Alicantina, sino hace cuatro años, cuando pactamos dejar pasar a Riera y que yo fuese su vicepresidente. Aunque el pacto era que yo fuese vicepresidente primero, y al final, como sabe, soy el segundo.
-¿Por qué?
-Tuvimos que acceder a algunas imposiciones. Me hace gracia porque se habló de consenso, pero consenso es cuando pactas con otro de igual a igual. Si uno tiene más fuerza y la usa, no hay consenso. Y hay algún grupo que ejerce una excesiva presión en la Cámara, y lo sigue haciendo ahora, con lo cual es difícil llegar a acuerdos. Cuando yo pacto con Riera la primera vez, este grupo usó la fuerza y tuvimos que tragar.
-¿De quién estamos hablando?
-De la Corporación Vectalia, que tiene dos patronos y ha presentado candidaturas con 11 empresas. Eso complica las negociaciones previas. Porque además no tiene sentido, por la naturaleza de esta provincia. Somos 140.000 empresas, de las cuales 120.000 son autónomos y micropymes, y del resto, apenas hay 400 grandes empresas. La Cámara tiene que velar por los intereses de todos, pero teniendo claro que la mayoría son los pequeños, cosa que no sucede si el pleno lo dominan las grandes empresas. Esto es una institución de derecho público con 130 años de historia, no puedes pretender imponerle el destino, hay que dejar que fluya la democracia.
-Hablemos de su programa. ¿Qué piensa hacer en la Cámara si llega a presidente?
-La Cámara tiene que volver a ser lo que era, con presidentes que diferenciaban entre servir a la institución y servirse de ella. Esa es la gran diferencia y el mayor problema que encuentro. En 130 años, el primer presidente que tiene sueldo es Riera. Además de dietas, coche oficial... Para llegar a un acuerdo con él antes de las elecciones, tendría que renunciar al sueldo. Y por supuesto, si yo soy presidente, voy a renunciar. Si por presidir la Cámara no puede dedicarse a sus empresas y facturar, lo entiendo, pero entonces que se aparte. Si necesita estar pendiente de sus empresas, que dé un paso atrás. Yo entendería que la Cámara le pagase un sueldo a un presidente ejecutivo contratado, un profesional. Al margen de esta cuestión, lo primero que hay que cambiar de la Cámara es su imagen. La única razón de ser de esta institución es ser útil a las 140.000 empresas de la provincia, y mucha gente se está enterando de que pertenece a la Cámara ahora, cuando hemos ido a pedirle el voto.
-¿Y cómo se cambia la imagen, además de renunciar al sueldo?
-Es prioritario crear un departamento de marketing, que no existe. Hay que estar cerca de los empresarios, y también estar más cerca del resto de la sociedad. Por ejemplo, hemos puesto en marcha el proyecto Empréndete, que he liderado yo, en el que hemos encuestado a 3.500 chavales para saber qué aspiraciones tienen al llegar a la adolescencia. ¿Sabe qué quieren ser el 37% de los encuestados? Influencers. Y otro 33% quiere ser funcionario. Del 30% restante, apenas el 3% se plantea crear una empresa. Imagine una sociedad en la que el 70% vive de lo que produce el otro 30. Eso es lo que plantean. Hay un alarmante conformismo en la juventud actual. Tenemos que poner en valor el esfuerzo y el sacrificio, y darle una vuelta a la formación. Tenemos más universitarios que oferta laboral para esos perfiles, y un déficit en los oficios. Tenemos la obligación de dignificar la FP, de que los chavales, y sus padres, entiendan que un carpintero puede tener mejor calidad de vida que un abogado. La Cámara tiene una labor importantísima en este sentido, sobre todo para apoyar a las pequeñas empresas, porque las grandes ya tienen sus lobbys.
-Para ese cambio de imagen y esa cercanía a la sociedad, ¿necesita la institución una nueva sede, que es la punta de lanza de la candidatura de Riera?
-Fíjese. Lo primero para Juan Riera es la nueva sede. Para mi es lo último que quiero. Lo fundamental es que el nuevo presidente ponga a la institución a trabajar. Y que, por ejemplo, firme el nuevo convenio con los 47 empleados que forman la plantilla, que lleva 18 años sin actualizarse. Yo he tenido ya como vicepresidente 15 reuniones con el comité de empresa, y si no lo hemos firmado es porque el resto no ha querido. Si soy presidente, lo primero que haré será firmar ese convenio, porque los primeros que tienen que estar orgullosos de la Cámara son sus empleados. Se han creado desequilibrios por la forma de contratar en años anteriores, hay que fomentar la formación y la promoción interna, y que la plantilla interiorice que está al servicio de la sociedad y las empresas.
-¿Y hacia afuera?
-Tengo un proyecto para poner en marcha una especie de road show, un autobús que recorra los pueblos de la provincia para explicar a las pequeñas empresas lo que es la Cámara. Tenemos las delegaciones y los viveros, pero por ejemplo la Vega Baja está poco atendida.
-Hablando de la Vega Baja, Riera firmó un acuerdo con la Cámara de Orihuela, y con la de Alcoy, para que pudieran prestar servicios fuera de su demarcación, en otros pueblos de sus comarcas, y ayudar así a aumentar sus ingresos. ¿Cómo está funcionando, piensa mantenerlo?
-Alicante tiene la ventaja de que cuenta con tres Cámaras. La de Alicante, que abarca toda la provincia excepto donde hay Cámaras locales, la de Orihuela y la de Alcoy. Quiero trabajar de la mano con las dos para hacer una labor conjunta, y ya se lo he ofrecido a los dos presidentes actuales porque van a ser reelegidos, al no haber candidato alternativo. Mario Martínez en Orihuela y Pablo de Gracia en Alcoy. Podemos llegar a muchos acuerdos en esta línea, pero siempre dejando claro la demarcación de cada cual.
-Contaba usted que ha vivido la evolución de la Cámara desde hace 30 años. ¿Cómo han encajado la supresión del recurso cameral permanente o cuota obligatoria, se han adaptado con nuevas fuentes de ingresos?
-Sí, sí. Mire, ese cambio que en principio era negativo, ha terminado siendo positivo. Porque cuando te entra dinero fácil, sin 'sufrirlo', sale igual de fácil que entra. Como cuando a alguien le toca la lotería. Hay una diferencia entre tirar el dinero o invertir, que significa obtener un retorno. Eso es lo que tiene que hacer la Cámara. Cuanta mayor independencia económica mejor, para no depender de la Administración. Eso te da libertad. Entonces hay que apostar por ampliar los acuerdos que tenemos, como por ejemplo el de Fundesem.
-¿En qué punto se encuentra ese acuerdo? Porque lo firmaron, se hicieron la foto, y se supone que la Cámara iba a ocupar una parte de Fundesem...
-Está roto. Fíjese, Fundesem tiene unas instalaciones públicas infrautilizadas, con un montón de problemas para pagarle al Ivace, y mientras nosotros le pagamos el alquiler a un ruso por una sede incómoda. Hemos perdido tres años, que habrían supuesto 600.000 euros para Fundesem, mientras sigue pasando penalidades. Ahora es difícil recuperar ese acuerdo, porque Cayetano Sánchez Butrón se ha tenido que buscar otra solución, con su acuerdo con la Universidad Europea, la creación de la SL, la venta del 50%... Pero se la ha tenido que buscar porque no se la hemos dado nosotros, yo lo entiendo. Se ha perdido una magnífica oportunidad para tener una sede más cómoda donde poder impartir formación, fruto de la falta de visión.
-Por último, aspira usted a la máxima independencia de la Administración para poder reclamarle lo que sea necesario en cada momento. ¿Cuál sería esa reclamación ahora mismo?
-Ahora mismo, el principal problema es el precio de la energía, algo vergonzoso que nadie soluciona y que va contra la cuenta de resultados de los empresarios al tiempo que reduce la capacidad de consumir de los ciudadanos.
-¿Y en lo local?
-La provincia lo que necesita es que vayamos todos a una. Si Alicante y Elche se unen, son la ciudad más importante de la Comunitat Valenciana. Hace falta unidad y orgullo de pertenencia, porque somos una provincia envidiada, algo que descubres cuando sales fuera. Somos la leche, en el sector que se te ocurra tenemos casos de éxito. Pero no estamos unidos, y eso en parte es culpa de la ciudad de Alicante, que no ha sabido ejercer. La Cámara tiene que ayudar a eso, bajar a la realidad. Decir las cosas desde un despacho e ir a hacerte la foto no sirve. A cada problema, hay que buscar una solución.
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