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ENTREVISTA A josé CAPILLA, RECTOR DE LA UNIVERSITAT POLITÈCNICA DE VALÈNCIA (UPV) 

Capilla (UPV): "Es un problema que las empresas contraten estudiantes antes de acabar la carrera"

27/02/2023 - 

VALÈNCIA. El rector de la Universitat Politècnica de València (UPV), José Capilla (València, 1961), recibe a Valencia Plaza a las puertas de un periodo que él mismo considera “especialmente interesante”. Tras año y medio al frente de la institución, y con la recién estrenada presidencia rotatoria de la Conferencia de Rectores de las Universidades Públicas Valencianas (CRUPV), el máximo responsable de la UPV cree que la adaptación de los centros a la nueva ley universitaria, la LOSU, es uno de los grandes desafíos que planean en el horizonte.

Pero además de esta nueva normativa, que considera una oportunidad perdida, Capilla desvela que otro de los grandes retos de las universidades públicas valencianas, como es la aprobación de su Plan Plurianual de Financiación (PPF), corre “riesgo cierto” ante la falta de acuerdo entre las distintas instituciones universitarias. El peso de la investigación en la financiación basal, así como la manera en la que se miden sus resultados, son algunas de las claves que, según comenta, explicarían este desencuentro.

Capilla hace además balance de su primer año y medio al frente de la UPV, y enumera algunas de sus prioridades de gestión para el periodo que se abre de ahora en adelante. También revela que muchas de las empresas tecnológicas que se instalan en València lo hacen en parte por la presencia de la Politècnica, y que algunas de ellas, ante el incremento de la demanda de titulados, se abren a contratar estudiantes antes incluso de que finalicen sus estudios. Una situación que, en opinión del rector, genera un problema para los propios estudiantes, que dejan de lado su formación y, varios años después, cuando quieren retomar sus estudios, tienen dificultades para hacerlo.

- En junio llegará el ecuador de su mandato como rector de la UPV. ¿Qué balance hace de su gestión hasta la fecha?

Ha sido un periodo apasionante. Liderar una institución como la Politécnica de València es una oportunidad increíble para desarrollar proyectos y poner la universidad al servicio de la sociedad. Accedí con un programa ambicioso pero realista y por el camino nos hemos encontrado otras cuestiones a resolver. Por ejemplo, la reforma laboral o la reforma de la Ley de la Ciencia, que implementamos muy rápidamente.

Más allá de esto, el programa electoral está casi completado al cabo de un año y medio. Tenemos un equipo fabuloso con un gran compromiso con la universidad, y hemos revisado gran cantidad de normativas y procedimientos y trabajado para mejorar la burocracia o la conexión entre los servicios. En relación al Personal de Administración y Servicios (PAS), el Plan Concilia se resolvió hace más de un año, y tenemos también un plan estratégico que a finales del año pasado ya estaba aprobado y presentado a la comunidad universitaria. El balance es muy positivo dentro de la complejidad que tiene gestionar una institución como esta.

- ¿Qué queda como prioridad de ahora en adelante?  

Más allá del programa electoral, el mundo universitario está cambiando y no es fácil tener una visión de hacia dónde vamos. Debemos pensar en una forma de organizar la oferta universitaria mucho más flexible, que facilite que el estudiante que ha pasado por aquí o ha estudiado en otro sitio se reincorpore a temporadas y actualice conocimientos. Son muchos los grados en los que, desde que un estudiante empieza hasta que termina, las tecnologías han cambiado. Hay que pensar en la formación del estudiante como algo integral. Por supuesto, está también el reto de la transformación digital y, en general, el hecho de que se debe avanzar más en la sostenibilidad medioambiental, social y económica. Nos hemos puesto el objetivo de ser una universidad descarbonizada en 2030.

- ¿Y como presidente de los rectores valencianos? 

La presidencia de la CRUPV supone ser el interlocutor del gobierno y el coordinador de algunas cuestiones del sistema universitario en una etapa especialmente importante, porque el reto de implementar la LOSU va a requerir que entre las universidades públicas veamos los desafíos que tenemos y busquemos posicionamientos comunes. Va a ser un periodo especialmente interesante.

- Sobre el Plan Plurianual de Financiación (PPF), semanas atrás se había lanzado el mensaje, tanto desde la Conselleria como desde las universidades, de que podría estar listo para principios de marzo. A menos de una semana de que empiece el mes, ¿sigue habiendo esa confianza?

Es un tema complejo. A principios de noviembre la Generalitat puso sobre la mesa una propuesta que había elaborado el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y, en mi opinión, es de gran solvencia técnica porque contempla las tres grandes funciones de la universidad moderna: la formación, que es un pilar esencial; la investigación y la transferencia. No podemos pensar en las universidades de hace 30 o 40 años en las que la investigación era una anécdota y fundamentalmente se formaba a estudiantes.

"HAY UN RIESGO CIERTO DE QUE NO SE ALCANCE UN ACUERDO SOBRE EL FUTURO PLAN PLURIANUAL DE FINANCIACIÓN"

El planteamiento está muy bien y ojalá lleguemos a un acuerdo, pero está bastante complicado. Puedo decir que hay un riesgo cierto de que no se alcance. Las cinco universidades públicas tenemos distintos perfiles y fortalezas, lo que hace las cosas difíciles. Estoy preocupado porque ha salido el posicionamiento de que la investigación y la transferencia tengan mucho menor peso en la financiación basal de la universidad. En la media de la OCDE, según sus informes, se destina a I+D+i en las universidades un 37% del presupuesto, y se están haciendo propuestas de dejarlo prácticamente al 0%, al 10% o, como mucho, al 20%. Nosotros hemos propuesto ir hasta el 40%, más allá del 30% que propone el IVIE, porque somos universidades maduras, muy investigadoras, y así lo demuestran los resultados. A lo mejor hay que plantear un modelo en el que la financiación basal en investigación y docencia no sea la misma en todas las universidades. Estamos en una situación casi límite.

También me preocupa que se cuestione cómo se miden los resultados de investigación. Hay que hacerlo teniendo en cuenta el impacto y la transferencia, no es medir papers. Es el gran talón de Aquiles que tiene la investigación en España: le falta esa puesta a disposición de la sociedad y de la industria. Las universidades tienen que ser financiadas fundamentalmente por sus resultados, y esos resultados hay que medirlos: estudiantes, egresados, investigación y transferencia.

- ¿Hay sensación de que se puede llegar a un acuerdo al menos a medio plazo? Esta misma semana la UPV acordó con el colectivo de informáticos el cese de su huelga, y algunas de sus peticiones, que son económicas, dependen de que haya Plan. 

Para plantear cualquier solución económica tenemos que tener muy claro cuál es el escenario y todavía no lo tenemos: el presupuesto de 2023 no está claro. En cualquier caso, respecto a esta movilización, lo que queremos, y así se ha reflejado en el acuerdo que ha puesto fin a la huelga, es ir al fondo del problema, y ese es que ellos consideran que se puede mejorar la organización del servicio y de sus funciones. Estoy seguro de que es así, porque las tecnologías informáticas evolucionan a una gran velocidad y seguramente lo que era válido hace diez o quince años ahora es absolutamente cuestionable.

- Otro de los retos de la segunda parte de su mandato será la aplicación de la nueva ley universitaria, la LOSU. Es una ley que, según ha comentado en alguna ocasión, tiene deficiencias. ¿Cuáles serían sus principales defectos?

“HEMOS PERDIDO UNA OPORTUNIDAD CON LA NUEVA LEY UNIVERSITARIA”

Creo que hemos perdido una oportunidad. El sistema universitario español necesita un nuevo marco legal que le permita ser más competitivo. La ley planteará problemas para la gobernanza universitaria porque introduce la asamblea en el gobierno de la universidad, y no encuentro ninguna ley en el mundo desarrollado que pueda compararse a la que va a aprobarse el Congreso. Se ha redactado muy deprisa, se ha ido a unos acuerdos muy de mínimos y eso va a plantear muchos problemas para hacer los estatutos. Una demostración clara de que la ley no está muy bien es que el propio Ministerio ha tenido que volver a presentar enmiendas en el Senado porque nos hemos ido dando cuenta de que las transitorias que establecía podían bloquear la contratación de profesorado laboral y, por lo tanto, el normal funcionamiento de la universidad.

La sensación que tengo es que esta ley va por detrás. Plantea que las universidades ahora van a trabajar la formación permanente, la igualdad, la transformación medioambiental… Llevamos muchos años trabajando en eso, no necesitamos que nos lo diga nadie.

- La nueva ley aborda también la financiación de las universidades, que tiene que alcanzar el 1% del PIB.

Sí, pero tal y como está escrito en la ley es papel mojado. Es un deseo. Habría que llegar, pero no se obliga a nadie. Siempre digo lo mismo: más financiación, pero con un modelo y objetivos. Hay que, de alguna manera, plantear cómo se miden los objetivos y los resultados de las universidades para hacer un buen uso de sus recursos.

- De cara a alcanzar el 1% del PIB o incluso incrementarlo, ¿la Comunitat Valenciana podría, por su financiación, partir con cierta desventaja respecto a otras autonomías como País Vasco o Navarra?

Totalmente, y lo sabemos. La Comunitat Valenciana tiene déficit de financiación desde hace muchos años, afecta a todos los servicios que presta la Generalitat. Hay que reconocer que ahora y siempre la Generalitat Valenciana ha cuidado a sus universidades públicas. Necesitamos más financiación, pero tenemos una ley que, en términos del PIB de la Comunitat Valenciana, si se compara con otras comunidades, es una buena financiación. No digo que sea suficiente, pero el esfuerzo económico hay que reconocerlo.

- Otro asunto es el de la temporalidad. La LOSU contempla que se reduzca hasta el 8%.

Se plantea un objetivo muy loable, pero para conseguirlo hacen falta recursos económicos y tiempo, y no vamos a disponer de ninguno de los dos. Por lo cual, a mí me preocupa que, dentro de un tiempo, cuando pasen las transitorias de la ley, eso haya sido imposible de cumplir. Desde luego que lo vamos a intentar, y nosotros partimos de una situación que no es de las más desfavorables porque ya se ha trabajado en intentar eliminar, allí donde se podía, la precariedad.

Tenemos también el asunto del profesorado asociado, que son esenciales y muy necesarios en muchísimos de nuestros ámbitos formativos, y ahora están de huelga indefinida a nivel nacional. El seguimiento en esta universidad, por los datos que tenemos, es muy pequeño, aunque estamos recopilando información. Hemos procurado darles el mejor trato posible, están en nuestro sistema de complementos retributivos autonómicos, cosa que no tienen otras universidades. Y lo que no hemos podido reconocerles es la antigüedad. Se ha trasladado la petición de autorización a Hacienda, pero nos han dicho que no se puede. Esperemos que se firme el convenio colectivo del personal laboral de las universidades valencianas, que lleva ya años y parece que está en buen camino. Ahí sí que hemos insistido mucho en que se incluyera la antigüedad de los asociados y parece que lo estará.

- ¿Cómo va el proceso de renovación de ese gran porcentaje del personal que tiene que jubilarse en los próximos años?

Estamos muy preocupados, porque con este escenario económico tampoco es fácil. Lo deseable es que haya un solape entre la gente que entra y la gente que va a retirarse. Ahora mismo, en el caso del Personal Docente e Investigador (PDI), estamos ultimando el Plan Cantera. Es una de las cosas que tenemos pendientes. Va a ser una herramienta esencial para la renovación del profesorado. Tendrá una entrada para perfiles más jóvenes y otra para profesorado más senior. Cuanto más talento entre, mejor. Y si podemos retener el que se forma en esta casa, pues mejor todavía.

- En los últimos meses muchas empresas tecnológicas se han decantado por Valencia. ¿Está la universidad preparada para hacer frente a sus demandas de personal y para establecer sinergias?

Muchas de esas empresas han venido porque está la Politécnica y lo han dicho, es público y notorio. Algunas incluso querían radicar oficinas o laboratorios dentro de nuestros campus, pero en este momento no teníamos posibilidad de hacer espacio y estamos tratando de gestionarlo, aunque estos temas no son rápidos. Pero preparados para interaccionar y para trabajar con ellos, por supuesto. Forma parte de la idiosincrasia de la Universidad Politécnica de Valencia.

"MUCHAS EMPRESAS HAN VENIDO A VALÈNCIA PORQUE ESTÁ LA UNIVERSITAT POLITÈCNICA"

La dificultad es que ahora, de repente, nos encontramos con un incremento de la demanda de titulados y responder a eso no se hace de un año para otro. Hay que aumentar las plazas, hay que captar vocaciones. Y estos estudiantes tienen que terminar los estudios. No se generan nuevos egresados en un año o dos. Un máster puede ser más rápido, pero en el grado no. Ese es el problema, que a veces los ciclos tienen estos desfases. Desde luego, desde que soy rector, hemos invertido muchísimas energías para despertar vocaciones y captar estudiantes con gran éxito, hemos incrementado las matrículas en un 10%. Puede no parecer mucho, pero en un escenario en que el número de estudiantes que se presentaban a las pruebas de acceso a la universidad había bajado un 10%, es muchísimo.

- ¿Y respecto a las vocaciones femeninas?

Es un problema grave, y en eso trabajamos conjuntamente con el Consejo Social. Tenemos un programa, el Up! Steam, que va por su cuarta edición. Trabaja muy aguas arriba, en los colegios, y está muy enfocado a las chicas y también a los chicos, para que conozcan la universidad y trabajen en proyectos. Los desarrollan, compiten y cada año batimos récords en el número de estudiantes y de proyectos presentados. También con el Consejo Social hemos puesto en marcha la Cátedra STEAM este año, y tenemos el programa Emplea, en el que catorce o quince lideresas de empresas tecnológicas, casi la mitad de ellas egresadas de la UPV, nos van a ayudar despertar vocaciones y empoderar a nuestras futuras egresadas.

Nuestro programa Dones per la Ciencia ha sido además galardonado con el Premio Prismas de Divulgación y llevamos ya 32 murales. Estamos recuperando figuras femeninas presentándolas para que las vean. Pero es complicado. Hay un problema de vocaciones femeninas, pero también otro en general de vocaciones tecnológicas y científicas.

- Este problema de vocación, en términos generales, ¿provoca que las empresas contraten a estudiantes antes incluso de que terminen la carrera?

Esto ya pasaba y pasa ahora. Es un problema para los propios estudiantes, porque a lo mejor se desconectan de la universidad y se dan cuenta, al cabo de cinco o diez años, de que quisieran tener el título y a lo mejor resulta que han cambiado los planes de estudios y se les hace más difícil. Es un problema, sucede en algunas carreras y tratamos de evitarlo en la medida de lo posible.

- ¿Cómo ha ido el invierno con las medidas de ahorro energético?

Ha sido un éxito, hemos conseguido ahorrar mucho. En general, la mayor parte de la comunidad universitaria ha asumido esto con mucha responsabilidad. No ya sólo por ahorrar dinero, que por supuesto, sino por una cuestión de solidaridad europea. Menos mal que no ha sido un invierno muy crudo, pero tenemos mucho que hacer. No tenemos muchas instalaciones preparadas para ser lo más eficientes posible y los edificios ya son antiguos. Estamos invirtiendo, recurriendo a ayudas oficiales para mejorar el aislamiento.

Otro tema que he tenido que gestionar es la salida de la pandemia, y hemos llegado ya a los consumos energéticos que teníamos antes e, incluso, se ha subido algo más en kilovatios por hora. Probablemente es debido a que en este momento tenemos más actividad, estamos llegando a otro récord histórico en captación de recursos de investigación rondando los 100 millones de euros. Se debe evidentemente a que los fondos europeos han aportado mucho, eso está generando mucha más actividad en todos los campus. De entrada, este asunto nos preocupa, pero a lo mejor estamos siendo muy eficientes y el incremento de actividad es el que genera este problema.

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