Representación del 13 de agosto de 2023 / Foto: PEPE OLIVARES
No hay fiestas sin música, y en el caso de Elche hay una tradición más que centenaria de canciones tradicionales que se han mantenido y que no solo son meras canciones, sino pequeños capítulos de mitos y tradiciones de siglos de historia que crean identidad
ELCHE. Está la música de la Festa, y está la música de les festes. Dicho de otro modo, les cançonetes de fil i cotó. Canciones populares ilicitanas, desde habaneras hasta temáticas laborales, de amoríos, de chismorreos, a la naturaleza, o ácidas. Canciones que atraviesan la historia y memoria de todo un pueblo y que se han ido transmitiendo oralmente de generación en generación. Con su riesgo de pérdida por esa ruptura en la correa de transmisión, hasta que el minucioso y excepcional trabajo de investigación de María Asunción Peral, Ramón Sempere, Andrés Mallebrera y Salvador Valero recuperó incluso las partituras, dejando todo plasmado en el libro ‘Cançonetes de fil i cotó’, editado por la Fundación Radio Elche.
Letras que versan sobre tradiciones ilicitanas desde hace siglos, y que entroncan, cómo no, con las fiestas patronales de una forma u otra. Desde la angustia de que lleguen las fechas clave y no tener dinero, hasta la veneración por la Mare de Déu, recorrer estas letras es revivir y rescatar costumbres que han vertebrado la identidad ilicitana.
Precisamente una de les cançonetes más conocidas y que narra esa angustia de no tener dinero (y faena) en este caso para disfrutar de las fiestas patronales es ‘Venim de la mar’, además tratando el histórico vínculo con Santa Pola. Es una mezcla de otras dos habaneras, ‘Ai esquirols’, compuesta durante la huelga alpargatera de 1903, de las que pertenecen al apartado movimiento obrero, y ‘Senyoreta Anselma’, un tema picante que se cantaba a la fresca de la orilla del mar.
Venim de la mar,
no portem diners,
anem a cal mestre
i no ha hi rés que fer:
Mo n’anem a casa
en un malhumor,
de vore que venen,
de vore que venen
les festes d´agost.
Si ha hi algun patrono
que tòque el piano,
mosatros ballem,
i el paper de l’orso
i el paper de l’orso
mosatros farem…
Más vinculada a la patrona, la Mare de Déu de l’Assumpció, en el marco de las fiestas, que siempre han tenido un carácter religioso, hoy más difuminado con lo popular, pero indudablemente manteniendo esa esencia católica, al acabar las fiestas y representaciones del Misteri tienen lugar las Salves. En los ocho días que siguen al 15 de agosto, el octavario culmina con una misa solemne. Durante ocho tardes, se cantan els Gojos de l’Assumpció. Ya hay referencias de estos Salves en el siglo XVII, venerando la imagen de la Mare de Déu en su lecho, que sustituye al cadafal tras acabar el Misteri. Una imagen sobre el lecho de palosanto y plata de orfebrería portuguesa que regaló el duque de Aveiro, marqués de Elche, en 1747. Una ceremonia, la del octavario de la Asunción, que se celebraba mucho en los pueblos de la Corona de Aragón y que se ha conservado hasta nuestros días. En el pueblo ilicitano, documentado por primera vez en 1607 en la Ermita de San Sebastián. El mes asuncionista finaliza el 31 de agosto con la palmera de San Ramón y una coral cantando una salve. La cançoneta Les Salves (Antonio Serrano, Agost, 1894) lo recuerda:
Són les cin de la esprà,
ja el sol declina;
la brisa vespertina
calma els ards del sol,
i s’encén el altar
i en veu grave,
potent i soberana,
repica la campana
anunciant que la salve
es va cantar.
[…]
Mor el sol entre núgols
de or i grana,
repica la campana,
anunciant en veu grave
la oració,
se retira la gent i les palmeres,
a buscar els perfums
baixen lleugeres,
de les flos del jardí
de l’Assumpció.
Y las fiestas tampoco se entienden sin sus tradicionales bebidas, espirituosas o no. De igual forma que el día de la Ascensión, después de Pascua, era tradicional anar a fer herbetes al campo con los herberos, y ahí están sus cançonetes, en fiestas patronales es el momento de la palometa i el canariet, bien frescos, y que actualmente se reparten en cada mascletà, cortesía de la Associació Cultural Amics de les Mascletas d'Elx Penya del Canariet. Según gustos, se pide una palometa, anís con agua, popularizado con el Nugolet, y en una vertiente más suave y limonada con el canariet. Un nugolet que también tiene su protagonismo en ‘De l’Aigua Dolça venim’:
De l´Aigua Dolça venim,
de femo’s un nugolet,
d´eixa que cau en la sèquia
de la Font de Sansanet.
No begues molt,
que te pot fer mal,
el nugolet
se te´n pot pujar al cap.
O en ‘Si tu vols fer-te un nugolet’, que rememora el viejo bar Casanova entre la Glorieta y la Crredra, donde después estuvo el mítico Café Marfil y seguidamente el efímero y mítico Burger King, famoso por ser el único que ha cerrado.
Si tu vols fer-te un nugolet,
Si tu vols fer-te un nugolet,
casa de Jaume,
bar Casanova,
allí els venen a quinzet.
Si tu vols fer-te un escà,
Si tu vols fer-te un escà,
ca Casanova,
ca Casanova,
en fer-te’n uno ixes tocat.
Toda una historia cantada de Elche, xè que a gust, xè que a gust, xè que a gust!
