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publica su EP 'III'

Calivvla: Música llena de energía pop desde las melodías

10/10/2024 - 

VALÈNCIA. Antes de comenzar la entrevista le expreso mi admiración a Mario Ballester por haber adquirido la tienda Oldies, y sobre todo por haber rescatado el material que la tienda, por desgracia ya desaparecida, Discos Medicinales de Castellón tenía. Un legado que no merecía descansar en un trastero. Oldies ha vuelto a ser uno de los focos de la cultura musical en la ciudad, algo que parecía impensable cuando las descargas parecían arrasar, cual tsunami, con el formato físico. Un nuevo-viejo lugar de encuentro. Sin embargo, no solo está involucrado en la regencia de Oldies, sino que con su banda, Calivvla, ha seguido el camino del postpunk, el pop melódico, guitarrero y de sintes con letras que nos remiten a otra época. Acaban de publicar su tercer epé, III (Osadía Ediciones), y hasta se atreven con una versión de los británicos New Order, Edad de Consentimiento

La idea primigenia de montar la banda nace en las mentes de Mario Ballester y Miguel Scarabaggio. “Nosotros nos conocíamos como hace mil años y hablábamos de la música que nos gustaba, nos gustaba una música muy parecida”, relata, Ballester. Todo dio un giro cuando al regresar del país vasco tomaron la decisión de montar una banda con todas las influencias y gustos que tenían. “No fuimos al BIME, al festival de Bilbao juntos. Y volvimos con ganas de hacer cosas juntos, en esa época nos gustaba Uranium Club, un rollo así frenético pero siempre con guitarras muy limpias. Ahí empecé a hacer canciones, nunca me había puesto a componer, sí llevaba un tiempo en bandas pero fue a raíz de ahí”.

Calivvla se monta rápidamente, algo típico en muchas bandas, éste conoce a aquel que toca el bajo y el otro al que aporrea la batería. “Miguel conocía a Lidia, eran colega y se lo propusimos. Al principio queríamos hacer una banda más grande, con más gente y luego Lidia nos dijo que tenía un colega que se llamaba Chema para tocar la batería. Hicimos un ensayo con ellos y de ahí al infinito, no lo dudamos, la verdad”, comenta. El grupo comenzó su andadura con mucha energía, una fuerza que les empujaba a crear canciones con una fluidez inusitada y voraz. 

Su primer epé estuvo grabado por Pablo Peiró, se componía de cuatro temas y su título, CLV, tan enigmático como el nombre de la banda, era el paraguas para guitarras llenas de melodías, una buena dosis de postpunk y bastante aceleración. Ballester entró en una fase creativa abundante antes de parir CLV.  “Desde el primer momento me puse a hacer canciones y me salieron bastantes seguidas, y desde que nos pusimos a tocar al primer bolo, igual pasaron seis meses, y dimos un bolos de diez canciones. Fui muy prolífico todo en aquella época, salían bastantes canciones, todos teníamos muchas ganas. Peiró era colega de Miguel, fue sencillo, lo grabamos en su casa en prácticamente un día”, dice.

Creo que de los cuatro temas hay uno especialmente bueno, Efímero, que además tiene un aura algo nihilista y casi catastrófico con estrofas como: todos los minutos están contados, todo tiene fecha de caducidad. “Tuve una época muy nihilista hasta que comencé a abrazar el absurdo, y creo que en las letras se ha notado bastante eso”, confiesa. “Yo siempre he intentado coger situaciones concretas de mi vida, en algún momento dije que eran situaciones de gente de mi entorno, hasta que le perdí la vergüenza y dije que eran mías y llevarlas a un terreno más filosóficos. Yo en realidad hasta quedarme Oldies no había visto mi vida muy seria”

Antes de la salida del epé, Calivvla publicó un single, que sigue siendo de lo mejor de la banda, llamado Faraón. Era una primera toma de contacto con crítica y público. Calivvla se enfrentaban a su primera gira. “Con ese epé tocamos bastante, yo comencé a entrar en la escena de València, el resto de compis había tocado mucho”. Incluso ganaron un concurso de bandas, algo que reforzó el trabajo que había hecho con ese rendondo. “Con ese disco ganamos Ebrovisión y tocamos allí, nos presentamos un poco por la coña y fue superguay, ese festi mola mogollón en Miranda del Ebro”, dice.

Apostillo que parece que nunca seamos profetas en nuestra tierra, a lo que Ballester me aporta otra visión. “Eso ha cambiado, al menos noto eso trabajando en Oldies, que la gente está muy abierta a todo, antes era más en escenas, ahora está todo más unificado” Calivvla es un nombre difícil, a primera lectura ilegible o interpretable, me da la enhorabuena por haberlo pronunciado bien a la primera, algo que no suele ser habitual y que está hecho a posta. “Tengo una obsesión bastante grande con Albert Camus y su obra de teatro, Calígula. Me molaba muchísimo; de hecho al principio utilizábamos para el merchan la frase: los hombres mueren y no son felices, que es mi parte favorita de la obra de teatro”

El nombre está muy bien, pero las dos uves confunden, algo, por supuesto, premeditado. “Y el rollo de las dos uves era por una cosa que acabé consiguiendo, y es que nadie supiera pronunciarlo bien (risas) para generar misterio, todo era jugar con los títulos. Todo viene de ahí, que estaba obsesionado con esa obra de teatro. A nivel estético queda muy guay”, comenta. 

Su segundo epé, Pétalos de Ceniza sufre dos problemas; por un lado se marcha Miguel y por el otro llega la pandemia. Dos reveses que zarandean el barco pero que logra mantenerse a flote. “Sí que afectó el rollo de la pandemia, porque no te dejaba avanzar. Estuvimos a punto de grabar, llegó la pandemia, Miguel se piró de la banda y al final las dinámicas cambiaron, entró Javi, que es de mis mejores colegas, y nos entendimos bien”. Con todo, Miguel grabó Pétalos de Ceniza, de hecho uno de mis temas favoritos del álbum es de él, Delirio, con un toque realmente ochentero.

Aquel epé fue la llave que abrió la puerta a otra etapa en el combo. “Significó cambiar esa época de la banda, pasar de una a otra, necesitábamos cerrar esa etapa y sacar el disco, que estaba grabado con Miguel; pero bueno, no sabíamos muy bien qué hacer. Llevábamos ya tres años sin sacar nada”. Un recurso de la banda hasta ese momento es el sonido lo-fi, para mí muy oportuno y que le otorga algo diferencial. “Han sido bastante lo-fi, ese rollo americano noventero me flipa y fíjate me ha comenzado a gustar más cuando hemos hecho éste que es el menos lo-fi de todos”, señala.

En realidad todo está muy pensado siempre, el sonido lo-fi no es casual, obedece, como también lo hiciera Sofia, a un concepto estético musical. Sin embargo, la improvisación y dejar fluir las cosas es esencial en Calivvla. “Grabar es una cosa que por norma general no me gusta nada; entonces muchas veces yo me tiro a lo que salga, y es que al final es el sonido de Calivvla en directo. Nunca toco dos conciertos igual, cambio mucho la forma de tocar, de cantar según la energía que tenga ese día, según el público, cada concierto de Calivvla es único”

Da la sensación que Calivvla se sienten muy cómodos con el epé, un formato más corto de duración pero que permite mantener una pauta estética y sonora. III sale en vinilo, pero no en el formato que actualmente está siendo más demandado o el más conocido. “A mí me hacía ilusión que mi primer disco de vinilo fuera un 7¨ porque es un formato que me flipa, que me encanta desde siempre y creo que los últimos años está injustamente maltratado; de hecho hay bandas haciendo epés en formato 12, simplemente porque es más vistoso para la gente que no compra vinilo y lo pueden comprar más fácil”, sentencia. 

“Me apetecía sacar un 7, y las canciones que más me apetecía grabar eran esas y dijimos, vamos al lío. Y también es la cuestión de que para sacar un elepé necesitas mucho tiempo. Y por lo que sea en los dos últimos años de mi vida no me sobra el tiempo (risas) y hacer doce canciones y sacar un LP lo veo complicado”

Prefiero un epé a un single, siempre lo he preferido porque pueden contar una historia estética, narrativa y de sonido, como un libro. Los singles parecen islas. “Los epés te permiten tener una identidad visual muy clara, si ves todos los epés de Calivvla tienen cierto sentido estético, es una cosa que me gusta”, señala. Y en éste último, de cuatro canciones, los valencianos se atreven a versionar a New Order, algo que no podía pasar por alto. El tema elegido es Age of Consent de su segundo álbum Power, Corruption & Lies (1983) “Las canciones de éste epé son tres canciones propias que he compuesto en momentos muy importantes y muy diferentes de mi vida, y es una canción que anexiona todas ellas, es una canción que siempre ha estado presente en mi vida y ha sido nexo de unión entre ellas. La adaptación al castellano la hice durante el covid, y me parecía guay lo de recuperar las adaptaciones y traducciones de canciones como se hacía en los 60, me parecía que se había perdido un poco. Y porque me parece un pepino de tema”, exclama Ballester. 

Si, como hemos dicho, un epé tiene un sentido unitario, de bloque, las portadas pueden también mantener esa singularidad y esa mirada artística de conjunto. La propuesta estética con un cisne de porcelana en un fondo de satén me fascina desde el primer minuto que la veo. Son hipnóticas. “Hicimos migas con una peña de Bilbao, Proyecto Hemen, y allí hacía cosas muy artísticas, hacían cursos de patronaje, de moda. Desde el primer momento tuve clara la figura del cisne, porque otra de mis filias vitales son los cisnes y en concreto los cisnes de porcelana, rollo muy kistch”, apunta. 

“En mi salón tengo como diez cisnes de porcelana, puede ser un poco creepy (risas) La primera era como un fondo blanco con un cisne azul, y para hacer la segunda, era el disco éste que te he comentado como de cerrar una etapa, pues decidí hacerlo como a la inversa: cisne  mirando hacia el otro lado con el fondo de satén en negro. Y para éste último, que sí que quería que se notara que había un cambio de verdad, que es primer disco que grabamos con la nueva formación, de sonido, un cambio estético también”. Calivvla construyen un puente  estético entre el pasado y el presente también en la recreación de las portadas, que podrían ser cualquier revista de interiorismo de los 80 traídas al presente. Una idea sublime como su música. 

“Lo han hecho amigos míos que trabajan con IA, Fausto Furioso y Dime Fresca, yo en ese momento estaba con el rollo de la cera derretida, hubieron bastantes ceras derretidas en mi casa a la vez y dije esto tiene que significar algo. Es un disco de abrirse más, de cambiar, está 29, la primera canción con una energía positivista en todas las canciones de Calivvla. Y me apetecía rosa y rojo, algo así como muy impactante”

Calivvla estarán actuando el 10 de noviembre en el festival Cridem pel Clima en la Rambleta junto a grupos del tamaño de Tiburona, Tenda o Caramelo. 

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