MADRID. Más de un año después de aquel 17 de agosto de 2019 con el que empezó el curso, la Liga SmartBank echó el cierre a un campeonato marcado por la crisis sanitaria derivada de la COVID-19 en la que Cádiz, Huesca y Elche festejaron su regreso a Primera y equipos históricos como Racing de Santander, Deportivo y Numancia descendieron a Segunda B junto al Extremadura.
Catorce años después de su última participación en Primera, el Cádiz vuelve a la elite del fútbol español tras apostar desde 2016 por un proyecto liderado desde el banquillo por Álvaro Cervera.
El dominio del Cádiz en la clasificación fue total desde el primer día ante un grupo de perseguidores del que se escapó en las jornadas finales el Huesca, que, a las ordenes de Miguel Ángel Sánchez Muñoz, 'Míchel', regresa a la máxima categoría un año después de perderla.
A Huesca y Cádiz los acompañará en Primera el Elche, que llegó a la promoción con suspense. De hecho, tuvo que esperar al desenlace del partido aplazado entre Deportivo y Fuenlabrada para saber si jugaría las eliminatorias de ascenso, en las que primero eliminó al Zaragoza y después al Girona, también con suspense al hacerlo con un gol en el tiempo añadido de la segunda parte.
A un paso se quedó el Zaragoza, que terminó el campeonato regular como tercer clasificado tras desfondarse en el tramo final. Tras el parón, de los once partidos disputados solo logró tres victorias, lamentó siete derrotas y vio frustrado el ascenso directo que acarició mucho tiempo. Tras caer eliminado de la promoción, Víctor Fernández anunció su marcha del banquillo por desgaste.
También cerca se quedó el Almería, que vivió una temporada muy convulsa en la que por su banquillo pasaron los portugueses Pedro Emanuel (jornadas 1-14), Mario Silva (36-42) y José Gomes (promoción) y los españoles Oscar Fernández (pretemporada) y José María Gutiérrez 'Guti' (15-35). Tanto cambio no fue bueno para el equipo, que terminó sin rumbo y las ideas poco claras.
El Fuenlabrada, que hizo historia esta campaña con su debut en Segunda, cuajó una excelente temporada, primero con Mere Hermoso en el banquillo y después con José Ramón Sandoval. Solo vio empañado su meritorio trabajo por la desgracia de los positivos de varios jugadores y miembros del cuerpo técnico en los controles PCR de coronavirus de la última jornada.
Al final, una cruel derrota en el tiempo añadido ante un Deportivo con poco en juego en el partido aplazado tres semanas antes le privó de su sueño.
A solo un punto de la promoción se quedó el Rayo Vallecano, protagonista de una temporada repleta de asuntos extradeportivos y que, pese a tener una plantilla con jugadores de reconocido prestigio como Mario Suárez, el lateral internacional peruano Luis Advíncula o el delantero argentino Oscar Trejo, nunca dio sensación de ser un aspirante al ascenso. Al final, cosechó un histórico récord de 21 empates.
Las Palmas y Alcorcón, con 57 puntos, se ilusionaron hasta el final con una promoción que, aunque no era su objetivo inicial, sí les mantuvo vivos hasta el final para redondear una buena campaña.
La principal revelación del campeonato fue la protagonizada por el Mirandés de Andoni Iraola. El técnico vasco, debutante en Segunda en un banquillo, logró la permanencia, situó al equipo en mitad de tabla y lo llevó en Copa del Rey hasta semifinales.
Equipos históricos como el Tenerife, Málaga, Sporting de Gijón y Oviedo lo pasaron mal y, de hecho, coquetearon en algunos tramos con el descenso. Todos ellos cambiaron de entrenador en diferentes fases del campeonato en busca de un aire nuevo.
Hasta la última jornada no lograron la permanencia el Lugo, asentado en la categoría ininterrumpidamente desde 2012, y el Albacete, que celebró la salvación como una auténtica fiesta tras no poder repetir el éxito de la anterior campaña cuando jugó la promoción.
La Ponferradina, a los mandos de Jon Pérez Bolo, protagonizó una excelente temporada hasta el parón de marzo, al que llegó undécimo. Después, una mala racha le provocó una caída sin freno en la clasificación que le acercó peligrosamente a un descenso del que solo le libró la mejor diferencia de goles con el Deportivo.
El conjunto gallego regresa 39 años después a Segunda B, categoría en la que no juega desde la campaña 1980/1981 y en la que se resigna a estar. De hecho, está esperanzado en un recurso formal ante el Comité de Competición para que impugne la última jornada que no se pudo disputar con todos los equipos a la vez y, o se amplíe el próximo campeonato a 24 equipos o desciendan al Fuenlabrada administrativamente.
A Segunda B también descendió el Numancia, que volverá a una categoría que no pisa desde 1997. Pese a llegar con cierta holgura al parón de marzo, el conjunto soriano tuvo un bajón en su rendimiento en el tramo final que se tradujo en solo 12 puntos de 33 posibles que lo condenaron al descenso.
Muy lejos de la salvación quedaron el Extremadura y el Racing de Santander, los dos últimos de la clasificación, cuyo sueño de Segunda apenas les duró unos meses. Desde el principio mostraron pocas opciones de permanencia y su paso por el campeonato fue más un sufrimiento que un disfrute.