La semana pasada se conoció el Barómetro encargado por la Generalitat a finales de diciembre y de cuyos resultados se aprecia que la acción política discurre por una parte y los intereses de la ciudadanía por otra. El estudio aporta datos sorprendentes en este sentido. Así, a los encuestados/as se les preguntó: ¿hasta qué punto el Gobierno Valenciano conoce las verdaderas necesidades de los ciudadanos? un 54,7% considera que el Gobierno las conoce poco o nada.
El desconocimiento general sobre los partidos que gobierna en nuestra Comunidad se acerca al 82%, los ciudadanos se pierden entre “tripartitos”. Ni falta que les hace falta saberlo, pensará más de uno/a.
Para un 45% la situación política es igual, con el nuevo gobierno, que antes y la gestión del mismo es valorada como regular por un 47,9%. Así que nada de celebrar éxitos, la ciudadanía en general apenas percibe el cambio de los gobiernos. Se puede por tanto entender que se puede gestionar casi de modo automático, que con tal de no montar escándalos hay bastante. Y si no, que le pregunten a Mariano Rajoy que tuvo un gobierno en funciones casi un año y todo iba casi rodado, o incluso mejor que con Gobierno. A fin de cuentas, aunque no sea positivo, la ciudadanía va a lo suyo y se muestra distante de lo que hace la clase política.
Hay otro aspecto llamativo que debería tener en cuenta el actual Gobierno de la Generalitat y que ha sido uno de los temas estrella de la legislatura. Es el referido al uso del valenciano. El estudio refleja los siguientes datos:
Un 28,6% habla valenciano siempre o casi siempre.
Un 25,5% habla castellano siempre o casi siempre.
Un 33,2% no habla el valenciano aunque lo entiende.
Un 12,5% solo habla castellano.
Por tanto un 71,2% habla el castellano y se comunica en esta lengua.
No sé la cara que habrá puesto el Conseller Marzà al saber por fuentes “oficiales” los resultados del estudio encargado por la misma Generalitat. Los disgustos que se ha debido llevar a lo largo de la legislatura con su frustrado Decreto del Plurilingüismo, los recursos judiciales en contra de su puesta en marcha, las críticas recibidas por su gasto en inmersión lingüística con determinada orientación, para que el barómetro le diga que más del 70% de los valencianos/as se comunica y habla en castellano. ¡Zasca!, eso sí que es dar en la diana. Parece que la realidad es tozuda o que los audaces no consiguen, pese a su empeño, doblegar a la realidad.
Precisamente el miércoles las Cortes aprobaban la ley del plurilingüismo en el sistema educativo valenciano. Es una lástima que pese a la información de que se dispone, los Grupos Parlamentarios que sostienen al Gobierno, hayan fracasado en el intento de sacar adelante la ley con el consenso de todas las fuerzas políticas.
Por otra parte casi un 5% de las personas encuestadas creen que todavía gobierna el PP en la Comunidad Valenciana, debe tratarse de un grupo de “nostálgicos” y casi el mismo porcentaje cree que gobierna la “sonrisa” de Compromís, por tanto ceca del 10% viven en “su mundo”. Total, cada loco con su tema.
La ciudadanía va por un lado y las preocupaciones de los partidos políticos por otro, así de rotunda se marca la línea divisoria entre política y sociedad.
Al final va a resultar que la acción pública solo interesa a quienes la ejercen y a quienes, como yo, se dedican a analizarla.