VALÈNCIA (EFE). El Banco de Pagos Internacionales (BPI) pidió a los bancos centrales que se mantengan "atentos y cuidadosos en el proceso de reducción de la inflación" ante el escenario más probable de bajadas de los tipos de interés, al tiempo que instó a los gobiernos a la consolidación fiscal.
Así lo expresó su director general, Agustín Carstens, en una rueda de prensa con motivo de la publicación de su informe económico anual, en el que el organismo con sede en la ciudad suiza de Basilea consideró que la estabilidad de precios y la consolidación fiscal son las bases para el crecimiento del futuro.
"Los escenarios más probables son que en algún momento veamos algunas reducciones en las tasas de interés", afirmó Carstens, antes de continuar: "En un caso extremo, si las circunstancias cambian, deberían estar preparados para subir los tipos, pero ese no es el escenario central que contemplamos en el documento".
En su opinión, los bancos centrales deberían "ser pacientes y muy prudentes" a medio y largo plazo, ya que sería peor si de repente bajaran demasiado pronto los tipos y tuvieran que rectificar.
Al ser preguntado por las posibles disparidades entre las decisiones de los bancos centrales, Carstens destacó que esto es "un proceso natural" consecuencia de que las presiones inflacionarias externas se han ido desvaneciendo y, ahora, toman protagonismo las idiosincrasias de cada país.
"El movimiento de divergencia podría generar un poco de volatilidad, pero al final del día debería converger, siempre y cuando estén actuando de acuerdo a sus mandatos", señaló.
El máximo responsable del BIP también llamó a los gobiernos a consolidar sus finanzas públicas y entrar "en un proceso de reducción sostenida sobre el PIB global" en un momento en el que la deuda en muchas economías avanzadas está "en su punto más alto de la historia".
"El servicio de la deuda está aumentando y aumentará aún más a medida que los tipos de interés se mantengan altos y también a medida que el vencimiento de algunos instrumentos de deuda implique que los gobiernos necesitan renovarlos a un nivel más alto de tipos de interés", afirmó.
Al ser preguntado sobre los conflictos sociales que esto podría desencadenar -como es el caso reciente de Kenia-, Carstens argumentó que la mayoría de los países se encuentran "en una situación en la que si empiezan a actuar ahora, el impacto sobre la actividad económica y demás podría no ser tan importante".
También destacó que, en pleno año electoral, los gobiernos deberían empezar a pensar en que no quieren exponerse a la posibilidad de que se genere algún punto de tensión en los mercados por realizar promesas relacionadas con el gasto fiscal, tal y como pasó en 2022 en Reino Unido.
Por último, aseguró que la actual situación de incertidumbre política ha puesto en relieve la importancia de los bancos centrales para que las decisiones monetarias "no se vean contaminadas por el ciclo político".
Según el BPI, la economía mundial está preparada para "un aterrizaje suave", aunque todavía existen riesgos, por lo que los responsables políticos deberían adoptar "una visión a largo plazo" que permita sentar las bases del crecimiento sostenido.
En este sentido, los bancos centrales deberían terminar de reconducir la economía hacia la estabilidad de precios y los gobiernos deberían tomar medidas con respecto a las finanzas públicas y las reformas pendientes.
Con respecto a la inflación, aunque la actuación de los bancos centrales ha sido eficaz para reducirla "sustancialmente", todavía hay diversos puntos de presión, como son que los precios de los servicios y los salarios reales siguen rezagados; unas finanzas públicas sin restricciones ; los niveles de endeudamiento; y el débil crecimiento de la producción.
"Nuestro mensaje para el futuro es que los bancos centrales por sí solos no pueden conseguir un aumento duradero del crecimiento y la prosperidad. Esto significa que tenemos que construir unos fundamentos más sólidos para poder garantizar la estabilidad macrofinanciera a medida que avanzamos", destacó Carstens.