ALICANTE. El Elche recibe este sábado al Valencia, un rival con el que mantiene unas excelentes relaciones y que además cuenta en su banquillo con José Bordalás, un técnico que dejó una gran huella en el club ilicitano y en sus aficionados durante la etapa en la que lo entrenó y en la que lanzó la carrera deportiva del técnico alicantino.
El regreso de Bordalás a Elche llega después de otro especialmente emotivo para el alicantino, que la pasada semana regresó a Getafe para enfrentarse, por primera vez, al que fue su equipo durante cinco temporadas.
Bordalás dirigió al Elche durante dos temporadas y media, desde la séptima jornada de la Liga 2009/10 hasta la 32 de la campaña 2011/12, en las que el Elche, tras casi una década sin aspiraciones deportivas, volvió a soñar con el ascenso, del que se quedó a un solo gol.
Para aficionados y muchos ex jugadores, la llegada de Bordalás supuso un cambio de mentalidad en la entidad, que apenas un año después de su marcha, y tras haberse acostumbrado a pelear por retos ambiciosos, logró el ascenso a Primera como campeón.
Bordalás, que ya había dirigido con éxito a clubes de la provincia como el Alicante y el Alcoyano, a los que hizo campeones del Grupo III de Segunda B, y al Hércules, al que salvó de un descenso en Segunda, tomó las riendas del equipo ilicitano tras la jornada sexta, con el equipo en penúltima posición.
El entrenador alicantino llevó al Elche, tras una reacción espectacular, a pelear por las plazas de ascenso, de las que solo se descolgó a pocas jornadas del final. Su equipo ilusionó tanto que llegó a llenar el Martínez Valero en un partido ante el Villarreal B.
En la siguiente temporada, el Elche, ya diseñado a su imagen y semejanza y con jugadores que luego marcarían una época en la entidad, como Edu Albacar, Sergio Pelegrín o Sergio Mantecón, finalizó la temporada en cuarta posición, la tercera a efectos de ascenso, ya que el Barcelona B fue tercero.
El Elche hubiera ascendido de forma directa en cualquier temporada anterior, pero ese curso fue el primero en el que se instauró la promoción. En la primera ronda eliminó al Valladolid y en la segunda y definitiva, con un Martínez Valero lleno, cayó con polémica ante el Granada (0-0 y 1-1) por el valor doble de los goles fuera de casa.
En la siguiente temporada, el Elche arrancó como un tiro y llegó a dominar el campeonato durante varias jornadas. Llegó al parón de Navidad como líder, pero el equipo se desplomó en enero y tras una racha de cinco jornadas sin ganar, Bordalás fue destituido a diez jornadas del final del campeonato tras perder en Villarreal (2-0).
El equipo ilicitano, que había quedado debilitado en el mercado de invierno ya no levantó el vuelo de la mano de César Ferrando y cerró el curso con varias derrotas sonrojantes, como un 0-3 ante el Hércules y un 4-0 ante el Alcoyano.
El Elche, con las bases que había sentado Bordalás, inició una nueva etapa de la mano de Fran Escribá que llevó al éxito a la entidad, mientras que el exentrenador del equipo, que nunca había salido de un banquillo de la provincia de Alicante, se animó a probar suerte en Alcorcón, al que llegó a clasificar para una fase de ascenso a Primera.
El éxito en el club madrileño lo repetiría en solo dos años en Vitoria, con ascenso y campeonato de Segunda con el Alavés y en Getafe, al que rescató de la zona de descenso para llevarlo a Primera tras una promoción.
Las buenas temporadas en el equipo madrileño, con clasificación incluida para la Liga Europa, le dieron la opción de dar el salto al banquillo del Valencia, al que ha clasificado para la final de la Copa en su primer curso.
La visita a Elche no será la primera para Bordalás desde su salida. El técnico ya regresó al Martínez Valero con el Alcorcón, con el que perdió (1-0) en la temporada 2012/13, pero también con el Deportivo Alavés (0-1), en el año del ascenso a Primera del conjunto vitoriano, y con el Getafe en dos ocasiones.
En la primera, en la temporada del ascenso del equipo madrileño, empató (2-2), y en la pasada, ya en la máxima categoría, ganó (1-3).