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por amor al arte / OPINIÓN

Billie Eilish

7/04/2019 - 

El PP es una estatua de sal huyendo de Gomorra y sólo mira atrás la mujer de Lot. Tampoco lo hacen la testa coronada de César Sánchez o la romana de Pepe Císcar. Ni el puñal de la chica Bond Eva Ortiz ni el bou embolat de Isabel Bonig. Tampoco se pronuncian el sensual acento de Estopa, el de Jordi Évole, Maradona o del Papa Francisco  sobre el emorme atasco de toallitas higiénicas que es la lista municipal popular de la turística ciudad de Alicante, la millor terreta del món. 

El personal ya da por ganadas o perdidas las elecciones generales y autonómicas. Y ha pasado pantalla del 20 A. Mónica Oltra anda con el mono de la financiación, los menores tutelados huérfanos del FLA. Natxo Bellido distraído con la AVI y el Distrito Digital. Alta tensión en el Botànic. El azud del cuñado de Rita Barberá se ha desbordado inundando Picassent. Ortega  Smith espolea una cruzada medieval anti-islámica. Santiago Abascal no tiene, por ahora, traducción -pero sí entre 500 y 600 votos a 20 euros a escote femidiscente- en la nostra terra valenciana. Rubén Martínez Dalmau reza benedictinamente por los espías y las lágrimas de su único dios verdadero: Pablo Iglesias. Guerra Sucia. Errejón se come la merienda de la abuelita. Aparece una rata muerta en la Playa de San Juan. El cadáver del planeta.

Ciudadanos está descuadrado a rebeliones y a martillazos del PP. Toni Cantó odia la cultura y el valencià. O sea, a mí. Joan Baldoví baja de coche en la comarca de la Marina y lo reciben a almendrazos. Los socialistas, especialmente Alejandro Soler, se han disuelto en las promesas de Ximo Puig. Pedro Sánchez se ve con Barack. Joder, con perdón, uno echa de menos a Michelle Obama. Bigdata o nada. A Barbara Palvin, 55 kilos, le acusan de gorda las demás modelos. Mar adentro. Alguien le dice, treinta años después, a quien más quiere: “cuanto antes, mejor”. María José Catalá, la hija de la boda imperial política y cristiana de Aznar y Cotino, lo da todo por perdido y -quizás, por dignidad- no entra en la rendija del debate de la eutanasia. Adrián Ballester huye a su adolescencia: se presenta voluntario al servicio militar.

Luis Barcala saca la pistola -el revólver de Van Gogh- se hunde en la orilla y deja caer el chaparrón. De rodillas, se santigua, siente la humedad boreal de Groenlandia, el agua ácida de un cielo ojos Kurt Kobain. Mari Carmen De España no sale de madrugada a sobrevolar las calles de Alicante últimamente porque sabe que Barcala no la puede ni ver y no le hace ninguna gracia asistir a su propio entierro. Aunque sea el político. Y mira que MC De España lleva noches de vigilia rezándole a Sant Vicent Ferrer y a Rafael Blasco para que al alcalde le de por ser torero como a a Adolfo Suárez Yllana. O se le desahogue y desagüe de nazareno en la Santa Faç y le brinde al repetable  las dos orejas y el rabo de su propia alma desde el centro perfecto de la circunferencia de la Plaza de Toros. Que es la Oficina Móvil de Turismo. La casa común de de la derecha de Bertín Osborne.

Manolo Jiménez desmiente que venda su suculento pañuelo fogueril a Vox.  Barcala duda entre Toño Peral o Carlos Castillo. Un servidor, que está enamorado de la belleza, del poder y las buenas maneras, prefiere que sobreviva Peral porque le recuerda el porte de Manolete, el Brexit, al Sultán de Brunei y la mirada escéptica e irónica -siempre lúcida y luciferina- de un Rafael Sánchez Fersolio en plenitud de eternidad. A Mike Jagger le falla el corazón. Paco Sanguino normaliza su burbuja de intimidad política con el socialismo local al modo de la líder demócrata Nancy Pelosi: la distancia del brazo y la mano extendidas. Ni un milímetro más.

Entrepans de botifarra amb faves. Las niñas, enganchadas al universo @lucreciaborja por fin se han cansado de machacarnos con la maredeueta al estilo de Toni de l’Hostal y del Tío Fredo. De cantar a tota virolla contra las estrellas Rebesnéts del Tio Canya de la rapera valenciana Tesa que, senyores i senyors, es como Zuzana Capotova, presidenta de Eslovaquia, pero con el parar de Robert Mitchum. Apenas ha amanecido. Alguien aviva una hoguera allá arriba en el horizonte. Los alcornacales se arreciman abrazando el nevero. No. Mi nunca bien ponderado ni pagado Herr Direktor Miquel González no da ninguna, ninguna señal de vida. Un presentimiento. Bajamos, a tientas, al río. Las niñas cantan a corazón pelado en neozelandés a Billie Eilish. Llueve sangre y el agua está helada. Surjo desnudo chillándole con todas mis fuerzas al rocío. Quizás nos encontremos pronto. Hasta siempre.

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