BENIDORM. Benidorm puede presumir de ser el primer destino turístico inteligente certificado del mundo, pero también de haber sabido potenciar su oferta de sol y de playa a la par que su oferta cultural y de ocio. Pero no solo eso, ha sido capaz de dar un paso más para posicionarse como un centro de innovación turística y un referente en turismo sostenible, entendido en sus tres vertientes (medioambiental, social y económica). “Muchas veces entendemos que la sostenibilidad es un criterio medioambiental, pero sin un modelo económico rentable que permita una evolución social positiva este concepto estaría absolutamente huérfano”, enfatiza Leire Bilbao, gerente del ente de promoción turística Visit Benidorm y una figura clave en la innovación turística. De ahí, por ejemplo, la importancia de los destinos maduros de sol y de playa de ampliar su oferta más allá del verano y de avanzar en el modelo de Destinos Turísticos Inteligentes que proteja el territorio.
Ejemplo de ese modelo de destino Turístico Inteligente es Benidorm, que ya en 1956 estableció un modelo urbanístico que protegía el 61% de su territorio y optó por un modelo vertical, que requiere de poco suelo y que "ha permitido desarrollar una gestión muy optimizada del territorio con grandes hitos”. Entre esas acciones, Leire Bilbao destaca la gestión integral del ciclo del agua —con una eficiencia del 96,4%— y que tiene la capacidad de reutilizar un 36% del agua depurada en la agricultura local, el riego de los jardines, y el baldeo de las calles ante la escasez de precipitaciones. También destaca la movilidad sostenible, con un 70% de los desplazamientos peatonales y 134 km de carriles bici o ciclovías.
Pero va más allá pues Benidorm está trabajando en el macroproyecto de sostenibilidad ‘Verde y Agua: Enraizamiento de Benidorm en su Entorno Natural', un proyecto de renaturalización de Benidorm. Para ello, Leire Bilbao explica que incluye dieciséis actuaciones para incrementar las superficies verdes, proteger toda la masa forestal, permear el borde urbano con las zonas de huerta y cultivos y una gran red de agua regenerada de zonas forestales. Un proyecto que será posible gracias a los fondos Next Generation.
Hoy, Benidorm es la tercera ciudad de la península ibérica por detrás de Barcelona y Madrid en recibir turistas —16,4 millones de pernoctaciones en 2019, un año normal—, hito que también es gracias a una apuesta del pasado, cuando en 1976 se apostó por la desestacionalización del territorio, hecho que ha permitido "la viabilidad económica de las empresas y, por tanto, la generación de empleo durante todo el año, fijando población en el territorio y siendo un tractor económico, no solo de la Marina Baixa sino de toda la provincia de Alicante de la que supone el 60% de sus pernoctaciones”.
Sin embargo, no se trata solo de poner en marcha medidas que contribuyan a la sostenibilidad de un municipio sino que hay que medir el impacto que tienen para saber si ese es el camino a seguir o hay que modificarlo. En este sentido, Leire Bilbao explica que “estamos creando un observatorio turístico que tendrá su sede en el nuevo Hub de Innovación de Benidorm y aglutinará diferentes mediciones”. Mediciones que van desde consumos de agua, energía, residuos, movilidad de la ciudad a mediciones medioambientales (la temperatura superficial, el índice de disconfort, los rayos ultravioletas…) o económicas (pernoctaciones, turistas, empleo, origen de los turistas, tipología de productos que demandan, origen de los turistas…). Indicadores de los que hay que extraer los datos necesarios para “tomar decisiones eficientes y trabajar el plan estratégico del municipio”.
Ahora, explica, el reto es medir la huella de carbono e hídrica “para ser capaces de compensarla con las actuaciones que sigamos desarrollando para mejorar y regenerar a través de la circularidad el territorio”. Y es que, como Leire comenta, “la sostenibilidad no es un deber, es una necesidad y debemos poner en marcha medidas que minimicen la huella de carbono para hacer frente a la urgencia climática”. Para ello, es fundamental que los profesionales del sector “se formen, y estableciendo como prioridad incorporar criterios y mediciones de estos procesos de gestión y mejora continua en todos los ámbitos de la sostenibilidad”.
En opinión de Leire Bilbao, para implantar las estrategias de sostenibilidad es fundamental que desde la directiva se lidere esa transición: “El primer desafío es el liderazgo por parte de los responsables de la incorporación de los criterios que pongan la gestión sostenible en el centro”. Luego, que los profesionales “se formen e interioricen la importancia de la gestión, la medición para el avance o la corrección si se necesita”. Una transición en la que la tecnología debe ser la aliada para hacer ese proceso “óptimo y eficaz”. Entre toda esa tecnología existente en la actualidad destaca la tecnología GIS, que permite georeferenciar esas actuaciones y medidas y pone de ejemplo su uso en el alcantarillado de Benidorm, que gracias al GIS está geolocalizado y sensorizado para conocer con antelación donde se procederán los desgastes (en que calles, zonas), lo que permitirá “adelantarnos a la necesidad de actuar presupuestariamente, y optimizar los procesos para evitar el desperdicio de agua”. Y aunque es verdad que todavía hay mucho por andar, Leire Bilbao expresa que “lo importante es que estamos en el buen camino”.