BENIDORM. El Ayuntamiento de Benidorm y Centro Dinapsis Operation & Lab están colaborando en un proyecto de Resiliencia Urbana que va a permitir prevenir y resolver de forma más rápida y eficaz cualquier incidencia que afecte el normal funcionamiento de la ciudad. Este proyecto está tutelado por Dinapsis y en él han participado el Ayuntamiento y todas las concesionarias municipales, según ha explicado el alcalde, Toni Pérez, quien ha presentado las líneas maestras de esta iniciativa junto a los concejales de Seguridad Ciudadana y Agua, Lorenzo Martínez y José Ramón González de Zárate; el director territorial de Hidraqua en la provincia de Alicante, Miguel Ángel Benito; y el director del centro tecnológico Dinapsis, Jorge Ballesta.
El alcalde ha significado que este proyecto es “muy potente” y “nos posiciona un escalón más por encima de ciudades de nuestro tamaño e incluso de algunas con más población y servicios” en materia de “gobernanza”. Una gobernanza, ha asegurado, que es “un eje fundamental dentro de nuestro objetivo de convertirnos en el primer destino turístico inteligente certificado del mundo”.
Este proyecto de Resiliencia servirá para “avanzarnos a las consecuencias de las crisis” como puedan ser “interrupciones de suministros o cuestiones que afecten a la movilidad”, y sobre todo “a prevenirlas y atenderlas”. A partir de este documento, el Ayuntamiento podrá proceder a “la mejora y actualización de nuestro Plan de Emergencias”, y en una fase más adelantada a convertir el centro Dinapsis “en un puesto avanzado para la emergencia en el que estemos conectados todos los actores que tenemos algo que hacer ante una crisis, sea del tamaño que sea”. O lo que es lo mismo, que Dinapsis opere como un Centro de Gestión en tiempo real.
El responsable de Hidraqua ha explicado que desde Dinapsis “hemos querido aprovechar el conocimiento que tenemos en materia de agua y trasladarlo a otras soluciones de ciudad que fueran inteligentes”, para aparcar así las respuestas “improvisadas” ante eventualidades que afecten al tráfico, la electricidad, la seguridad, las playas, etcétera. Del proyecto de Resiliencia Urbana saldrán, además, las “prioridades de inversión para el futuro” y “cómo optimizarlas”.
El proyecto de Resiliencia ha finalizado la fase de Diagnosis, que ha servido para constatar la interdependencia de los diferentes servicios. En esta fase se han planteado situaciones de crisis sobrevenidas o de incidencias en los servicios públicos; y se ha estudiado cómo afectan esas circunstancias al funcionamiento de la ciudad y a los diferentes servicios. Entre los casos estudiados están las consecuencias y soluciones a aplicar para garantizar la prestación de los servicios básicos ante, por ejemplo, una eventual rotura de la red de agua o una huelga de gasolineras.
De esa Diagnosis, ha explicado Ballesta, “van a salir unos planes de acción” que marcarán a todos los agentes implicados cómo tiene que actuar cada uno de ellos ante esas situaciones; y también unas propuestas de mejora para prevenir esos impactos. Todo ello gestionado y coordinado desde “en un entorno virtual vivo”.