VALÈNCIA. Dios puede estar en cualquier parte, en cualquier acción, en estado vigilante -o protector- es omnipresente. Vive también en el pensamiento de los creyentes, en sus buenas acciones y en las plegarias y los rezos, y por supuesto en sus mentes. De la misma manera puede hacerlo un demonio, un ser malvado que lo controla todo, cuya apariencia provoca terror y que además tiene el poder de controlar el pensamiento de una manera u otra. Ambos conviven dentro de la mente de la madre de Bea Lema, autora de El Cuerpo de Cristo, un cómic que se sirve de tintas y bordados para contar el relato de estos seres que atormentan a su madre entre sesiones de exorcismo y citas con el psiquiatra. La autora se atreve en esta obra a retratar de forma cruda y a través de la autoficción un relato en el que se reconcilia con su madre desde la infancia hasta la edad adulta a través de las viñetas, donde consigue comprenderla y contar su historia.
La historia familiar se cuenta a través de Vera, una protagonista que contempla como su madre se pasa días y días postrada en la cama a la espera de que algo divino suceda y la levante, alguien que escucha voces que le dicen que debe hacer y dónde debe ir y que además convierte su hogar en un espacio de culto religioso y que le llevan a enloquecer. “Con este trabajo lo que busco es sensibilizar sobre las problemáticas graves de la salud mental y que siguen siendo tabú.
Cuando era pequeña me sentía muy rara y sentía que mi historia era peculiar y hasta “especial” pero al publicar el libro veo que muchas mujeres han podido pasar por algo similar y se acercan a contármelo”, añade la autora sobre esta conversación abierta sobre la que se reconcilia, “claramente cuando construyes una historia hay que darle ciertos giros a favor del ritmo, tampoco tiene sentido contar mi historia literalmente pero sí una parte del proceso y del camino”. En el cómic observamos episodios psicóticos de su madre, exorcismos y pensamientos que se retratan con una delicadeza admirable y entre tintas colores pastel.
“Papá decía que estaba enferma de los nervios, pero para ella era otro tipo de mal… Sentía que había un demonio dentro de su cuerpo, una posesión” reza una de las páginas en las que una joven Vera intenta entender el por qué de la vida y obsesión de su madre. Con atrevimiento y sirviéndose de mucha imaginación Lema intenta contar una historia “con partes muy oscuras” en la que lo que prevalece es la historia de amor entre la madre y una hija: “Se retrata una historia muy cruda, casi de dependencia, pero en la que hay mucho amor, algo de belleza y un relato que existe a pesar de todo esto”, cuenta la autora y también hija, “empecé el libro porque quería entender a mi madre y liberarme de este tabú, lo creo desde la distancia con la intención de comprendernos a todos y aprender un poco sobre nuestro papel en ese momento y que había pasado ahí. Con el cómic siento que aprendí a comprenderla, a no negar su realidad y a decirle “yo estoy contigo, te acompaño” mientras construyo una visión más abierta de esta realidad.
Desde el prisma de la vida adulta Lema nutre este relato también a través de informes psicológicos, descripciones de las visitas al médico en las que Vera es quien tiene que contar la historia de lo que sucede en su hogar y gracias a los bordados, que de alguna forma las conecta. “A través de la costura y el bordado podemos hablar de los cuidados y del oficio, creo que contar esta historia a través de esto es rescatar también la labor de mi madre y una idea que se transmite de generación en generación”. Con puntadas excelentes Lema retrata en las páginas de El Cuerpo de Cristo algunas escenas que podrían provocar pesadillas y páginas enteras donde los remiendos los lleva el diablo. También retrata a los familiares, a su madre y a las amigas dentro del relato, tejiendo de esta forma su viaje al pasado.
“Creo que es importante conectarlo y verlo con perspectiva, recuerdo las historias y el pasado rebajando un poco la intensidad y viendo el tema de la religión con otros ojos”, comenta la autora. Con todo esto encuentra también una reconciliación con el tema del fanatismo religioso a través de la cultura, con contenidos como La Mesías, la serie de televisión de los Javis que versa sobre un tema muy parecido: “Muchas personas me han hablado sobre La Mesías al leer el libro, siento que desde la cultura estamos intentando mirar a la religión desde otro prisma y comprender a Jesús desde la actualidad y con otro tipo de curiosidad y sin rechazo”.