ALICANTE. El alcalde de Alicante, el popular Luis Barcala, ha lamentado este miércoles que las nuevas restricciones anunciadas por el Consell, con la ampliación del toque de queda a la ciudad y otros municipios, "amenace con arruinar" toda la temporada turística y "pueda poner en peligro la supervivencia de miles de puestos de trabajo relacionados con el sector". Así, a través de un comunicado, el primer edil ha criticado por "ineficaz y desconcertante" la gestión de la pandemia por parte de la Generalitat Valenciana. "Se nos pidió un sobre esfuerzo en Semana Santa para salvar el verano, pero la conselleria no hizo los deberes y despidió a 3.000 sanitarios", ha destacado.
Barcala ha indicado que "llevar el porcentaje menor de vacunación entre las comunidades autónomas, sin optar por métodos más ágiles, ha diferenciado a peor a la Comunidad Valenciana". "Hace apenas un mes y medio", ha añadido, "el presidente Puig sacaba pecho anunciando que teníamos las mejores cifras de Europa, pero hoy sucede todo lo contrario y no hay autocrítica, al igual que no ha habido ninguna medida para sostener el bajo nivel de contagios. Desde la conselleria no ha habido información de la evolución, solo disponemos de datos cuando ya es demasiado tarde. Se está jugando muy peligrosamente con la salud de las personas y con la economía de todos", ha añadido.
El alcalde de Alicante se ha cuestionado si Sanidad tiene o no datos comparativos sobre las cifras de contagios entre poblaciones afectadas y no afectadas por las restricciones y si el Consell acompaña su petición de más restricciones de datos científicos que avalen estas nuevas medidas. "Se sabía que todos los estudiantes terminaban el curso y son los que más movilidad iban a desplegar, pero no se varió un plan de vacunación que ya llevaba mucho retraso. A los jóvenes no hay que castigarlos, hay que vacunarlos", ha subrayado.
"En Semana santa se nos pidió a todos que hiciéramos un sobre esfuerzo para asegurar la campaña de verano", ha proseguido el primer edil. "Hubo restricciones en la movilidad y los ciudadanos nos quedamos en casa, la hostelería aguantó el tirón con los cierres y las restricciones, pero mientras tanto la conselleria no hizo sus deberes. La Generalitat no cambió los planes de vacunación y no incrementó el número de las vacunaciones al no exigir al Gobierno central que se nos facilitara el número de dosis que necesitábamos para atender a desplazados y a otros colectivos", ha apuntado.
Barcala ha hecho hincapié en que la conselleria despidió a 3.000 sanitarios "y no los ha repuesto", según el comunicado, "lo que ha debilitado el sistema de atención primaria y el sistema de lucha contra el covid, de ahí el elevado número de contagios que está sufriendo el personal sanitario y la nula reposición que se vive en la atención primaria". "Es decir, que mientras se pedía un sobre esfuerzo a toda la población, el gobierno de Puig no hacía sus deberes y sacaba pecho con las cifras extraordinarias que daba la Comunidad Valenciana, pero no se han hecho seguimientos, ni la trazabilidad, ni los test para poder prevenir esta quinta ola", ha recalcado.
"Y ahora, cuando la quinta ola se nos ha echado encima, de nuevo los que van a pagar el pato son los sectores turísticos, la hostelería y los ciudadanos", ha agregado. "Este es el resultado de la política sin rumbo de la Generalitat, que exige a los ciudadanos, restringe derechos y condena a nuestro sistema productivo, pero no asume la verdadera responsabilidad que le corresponde en materia sanitaria y económica cuando no hay evidencia científica alguna del resultado objetivo de las medidas restrictivas propuestas, ni que refleje la efectividad de los cierres en hostelería", ha abundado. Por el contrario, Barcala ha subrayado que sí está demostrada la efectividad de un mayor ritmo de vacunación, más seguimiento y trazabilidad.