Los cargos públicos de Compromís tienen una habilidad especial para echar balones fuera. Pretenden gobernar sin desgastarse. Como son la pinza en los tripartitos, se permiten ciertos lujos que no tienen otros y juegan con fuego pero tienen la habilidad de no quemarse, bueno algunos pensarán que salen indemnes del fuego, pero eso ya se verá en las próximas elecciones municipales y autonómicas porque no se puede ser siempre tan cínico. Alguna vez se acabará el chollo.
Lo digo por tantos y tantos ejemplos que nos han ofrecido durante esta legislatura, a poco que les sigas te das cuenta de que gobiernan pero cuando hay fuego, se escapan atacando al protagonista que siempre, qué casualidad, viene a ser otro.
Hace poco dimitió el alcalde pedáneo del Altet, bueno más que dimitir lo echaron, con toda razón. El pedáneo se ha extralimitado defendiendo los intereses del Altet, pero se ha pasado de rosca, no puede ir contra el propio ayuntamiento al que pertenece. Fue elegido por sus vecinos, algo novedoso de Compromís, por eso de dar participación aunque luego realmente tampoco son tan solidarios ni tan generosos en las concesiones.
El alcade de Elche, Carlos González, le nombró respetando el deseo de los vecinos. Hasta aquí todo dentro de la lógica pero lo que llama la atención es que cuando el Alcalde se ve forzado a cesar al representante de la pedanía ilictana que lleva tiempo hablando de independizarse, viene el responsable de participación y asociacionismo Felip Sánchez, de Compromís a defenderlo. Si estás gobernando con el PSOE, eres copartícipe de lo qué éste haga, pero no, ellos a los suyo, marcando distancias, esta parte de la gestión es mía y esta es tuya, como si de una pastel se tratara. Pero es que ni siquiera asumen los goles que les puedan meter en su propia portería, la Concejalía de Participación Ciudadana es de ellos, su máximo responsable y dejan al Alcalde en la estacada.
Igual ha ocurrido con otros temas como el del Mercado Central o el Hotel de Arenales. Me consta que estos problemas no han salido adelante porque Compromís no ha querido, son capaces de ser juez y parte, gobiernan en coalición pero ante los marrones, no los busques, que se escapan y no dan la cara.
Algo parecido ha pasado con la vicepresidenta Mónica Oltra, con el problema que ha surgido estos días con la huelga de taxis. Ella que es tan solidaria, y tan amante del autogobierno, ante la posible solución que planteó el Ministro de Fomento, Áalos de transferir las competencias a las comunidades Autónomas, salió corriendo diciendo que primero solucionara el Ministerio el tema antes de realizar las transferencias. Compentencias sí, pero si vienen con “marrones”, no. La vicepresidenta no tiene un pelo de tonta pero llega un momento en que se le ve el plumero. Hay que estar a las duras y a las maduras, pero ese lema no va mucho con algunos cargos públicos del partido de la sonrisa naranja.
Los del PSOE deben estar contentos, les sale caro gobernar con Compromís, unos se llevan los méritos y otros los hachazos, pero ya deberían conocerlos, y saber como se las traen. A fin de cuentas muchos de los cuadros dirigentes de Compromís vienen y proceden de la vieja Izquierda Unida del País Valenciano y han gobernado en coalición con el PSOE en muchos municipios, y también en Elche, recuérdese las corporaciones con los alcaldes Diego Maciá o con Alejandro Soler.
En fin, se va acabando la legislatura y las formaciones que gobiernan en coalición tienen que is desmontándose para cobrar protagonismo propio. Pero los observadores de la acción política apreciamos ciertas deslealtades que no siempre deben ser aplaudidas.