ALICANTE. El 26 de junio de 2001, el fast ferry Federico García Lorca de Baleària realizó su viaje inaugural de Palma a Eivissa. El flamante barco partió a las 16:00 horas de Palma con 250 pasajeros, un tercio de su capacidad, y llegó dos horas después a su primer destino. La reducción de tiempo en la travesía supuso una revolución en las conexiones marítimas a Baleares y marcó el punto de inicio de una joven naviera creada el 20 de junio de tres años antes.
"Fue rompedor en cuanto a velocidad, comodidad y horarios", recuerda el presidente de Baleària, Adolfo Utor, que añade que "también supuso una declaración de intenciones, con hechos y palabras, de una compañía, que, a pesar de su juventud, estaba ya comprometida con el desarrollo y el bienestar de los territorios". Con 40 nudos de velocidad máxima y 115 metros de eslora, la imponente proa del Federico García Lorca, con la firma digitalizada del famoso poeta y autor teatral, formó parte del paisaje de Dénia, Eivissa y Palma hasta 2013.
El barco fue construido en los astilleros italianos Rodriquez (en Pietra Ligure), igual que su gemelo de menor tamaño, el Ramon Llull, que opera la ruta Dénia-Formentera. El Lorca, con una inversión de 7.200 millones de pesetas (unos 42 millones de euros), fue el primer buque de nueva construcción de Baleària. "Fue un salto muy importante en calidad y mejora, y se notó en la gran afluencia de personas que usaron nuestros servicios. Redujimos un viaje de Dénia a Palma de más de ocho horas a solo cinco", rememora su primer capitán, Francisco Jiménez Vara. Además, también se facilitó el transporte de mercancías, "que podían estar a primera hora de la mañana en el mercado", destaca.
La llegada del Lorca impulsó muchos cambios en la compañía que había empezado a andar en 1998. Antonio García, actual director de Sistemas de Negocio, recuerda el reto que supuso atender la demanda de reservas para un buque de 880 plazas: "No existía la venta online, y tuvimos que ampliar el Call Center de 25 a 80 operadores", muchos de los cuales siguen en la compañía ocupando cargos en distintos departamentos.
En ese momento, era el barco más avanzado en tecnología del mercado de la alta velocidad, que contaba con todas las comodidades y servicios: cómodas butacas, cambiadores para bebés, bar-cafetería, zona de juegos infantiles, taquillas para equipaje, acceso para personas con movilidad reducida, entretenimiento audiovisual y una tienda a bordo. "Estábamos 'soltando amarras' en nuestro crecimiento como empresa, y el Lorca nos ayudó a ser más fuertes, competitivos y a fidelizar a nuestros clientes", detalla Cristina Mulet, responsable de venta directa.
Dos décadas después, el fast ferry más sostenible del Mediterráneo, el Eleanor Roosevelt, ha tomado el relevo como barco insignia de la naviera, dispuesto a seguir la revolución. Rápido y confortable como el Lorca, suma la navegación a gas natural, menos contaminante, y la digitalización de los servicios a bordo.
Junio es un mes de aniversarios para el transporte marítimo de las Baleares. El 15 de junio de 1981, hace 40 años, el Isla de Mallorca de Isnasa realizó la primera conexión marítima entre Dénia y Eivissa, que supuso la reactivación de la actividad comercial del puerto dianense. En 1984, la naviera Flebasa, perteneciente a Isnasa, tomó el relevo en la ruta. Y un 20 de junio de 1998, se creó Baleària, que siguió con las conexiones, que desde 1993 llegaban también hasta Palma.