Aún quedan plazas en el tren de la IA

MADRID. Si hay un tema que esta en boca de todos, desde inversores que analizan el mercado en la planta 33 de su respectiva torre hasta un par de amigos en el bar, es la inteligencia artificial. Con los últimos avances en este campo -lo hemos podido contrastar todos gracias a modelos de texto como ChatGPT- quedan pocas dudas de que el futuro de la humanidad viene de la mano del aprendizaje automático. 

La IA no es nada nuevo porque hace décadas que se especula con ella, pero por fin parece que va a poder ocupar un lugar privilegiado en nuestro mundo, y las compañías que quieran mantenerse a la vanguardia están inmersas en una carrera por implementar esta tecnología en sus servicios.

A todos nos vienen a la mente las mismas empresas y sectores cuando pensamos en quiénes serán los grandes beneficiados (semiconductores, software...), pero es importante recordar que hay muchos otros negocios que pueden aprovecharse de la inteligencia artificial. Existen industrias como la agricultura o la seguridad que están presentando propuestas de implementación muy interesantes que deberían aportarles un valor diferencial a medio plazo.

El miedo a llegar tarde como inversores existe, y más en un tema tan comentado como este, pero la realidad es que no todos los nombres se encuentran a valoraciones tan exigentes como Nvidia. La tecnológica de moda ha actuado como un imán durante estos meses, acaparando la atención de buena parte de los inversores. Esto, como suele ser habitual, ha dejado la puerta abierta a buenas oportunidades en el mercado. 

Las opciones que hoy les traemos nos ofrecen exposición a esta temática a múltiplos atractivos. Se trata de AMD, Synopsys, Deere & Company y Johnson Controls International, que a continuación analizamos individualmente.

AMD

AMD es una empresa de semiconductores que fabrica microprocesadores, unidades de procesamiento gráfico (GPU), memorias y otros productos para el mercado de la informática, el gaming, los centros de datos y la inteligencia artificial (IA). Compite con gigantes como Intel y NVIDIA, pero ha logrado ganar cuota de mercado y reconocimiento gracias a su innovación y calidad.

La compañía norteamericana tiene varias ventajas competitivas. Una de ellas es su arquitectura de chiplets, que consiste en ensamblar varios núcleos de procesamiento en un solo paquete, lo que reduce los costes, mejora el rendimiento y facilita la escalabilidad. Otra ventaja es la adquisición de Xilinx, el líder mundial en fabricación de FPGA (Puertas lógicas programables en campo) y que le permite crear componentes altamente adaptables a las necesidades de sus clientes. Además, AMD tiene una oferta diversificada que abarca desde los segmentos de consumo hasta los profesionales y empresariales, lo que le da una mayor fortaleza ante los cambios del mercado.

Synopsys

Estamos ante una de las empresas más importantes dentro del software para la industria de semiconductores. Synopsys ofrece soluciones de automatización de diseño electrónico (EDA) para el diseño y la prueba de circuitos integrados. La empresa también comercializa productos de propiedad intelectual (IP) para diversos estándares y protocolos, así como servicios de consultoría y formación. La compañía opera para los mercados de la informática, comunicaciones, automóvil, aeroespacial, defensa, medicina y seguridad.

Desde el seno de la empresa llevan años hablando de la inteligencia artificial como una herramienta clave para mejorar el proceso de diseño de semiconductores y para crear chips específicos para aplicaciones de aprendizaje automático. Esta identificación tan temprana del valor de la IA les ha permitido desarrollar varias soluciones que ayudan a acelerar el diseño, optimizar el rendimiento, reducir el consumo de energía y aumentar la productividad de los ingenieros.

Deere & Company

Una de las empresas que está apostando por la inteligencia artificial en la agricultura es Deere. La marca responsable del histórico tractor verde fabrica y distribuye equipos para los mercados de la agricultura, la construcción y la silvicultura. Recientemente ha adquirido varias empresas -como Blue River Technology- y ha desarrollado varias soluciones que incorporan la IA en el diseño y el manejo de los equipos agrícolas.

Estos son algunos ejemplos de cómo esta tecnología puede tener un impacto positivo en la agricultura:

• Optimizar el uso de los recursos como el agua, los fertilizantes y los pesticidas mediante el análisis de los datos recogidos por sensores, cámaras o drones. Deere ha creado un rociador para cultivos que reduce el consumo de químicos hasta en un 95%.
• Mejorar el rendimiento y la calidad de los cultivos mediante el uso de algoritmos que predicen las condiciones climáticas, las plagas, las enfermedades y las necesidades de los cultivos (See & Spray).
• Automatizar y facilitar el trabajo de los agricultores mediante el uso de sistemas que guían y controlan los equipos agrícolas (AutoTrac).

Johnson Controls International

Este conglomerado, seguramente desconocido para la gran mayoría, se dedica a la ingeniería, fabricación, instalación y mantenimiento de productos y sistemas para edificios. Sistemas de climatización, control, refrigeración industrial, seguridad y protección contra incendios serían algunas de las soluciones que ofrece. Ellos implementan la IA para mejorar el rendimiento y la eficiencia de sus productos, así como para generar datos de inteligencia operativa para sus clientes.

Entre las herramientas que han desarrollado para optimizar sus servicios estaría la utilización modelos de control predictivo para explorar los espacios y encontrar la mejor solución a la hora de diseñar la climatización. Además, también utilizan Illustra AI, un programa para potenciar la videovigilancia con análisis de reconocimiento facial y de comportamiento. Esta aplicación permite a los operadores de seguridad identificar personas, objetos y situaciones de forma rápida y precisa, así como generar alertas en tiempo real. Estos sistemas les ofrecen a sus clientes entornos altamente controlados y digitalizados.

José Francisco Ibáñez Sagristà es analista de renta variable de Tressis SV