Y nada está escrito. La involución/implosión/crisis/autodestrucción del PP es reflejo del deterioro institucional que observamos en nuestra política. Aquí ha habido/hay componentes emocionales, humanos y sobretodo de lucha de poder. Todo un clásico de nuestra historia. Ya nos estamos acostumbrando a los relevos traumáticos en los partidos políticos
Lo de la salida digna. Insisto aún no lo hemos visto todo. Por méritos o deméritos el PP se ha salido de nuestro tablero. Digamos que ha sido una decisión salomónica. Salida digna para Pablo Casado que preside el partido hasta el congreso extraordinario y compromiso de que no se presentará como candidato. Es una solución que en principio ha convencido a todos después de tanta traición, escarnio y condición humana. Recordemos que por estatutos lo de la sede vacante no se contempla salvo que se nombre una gestora. En Madrid un incombustible Pio García Escudero no se sabe ni los años que lleva presidiendo la gestora del partido regional. Por cierto, el origen de todo este lío que diría Mariano Rajoy y a cuenta de las supuestas irregularidades en la adjudicación de mascarillas a una empresa de un amigo de la familia de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso y por la que su hermano cobró una mediación. En la tensa reunión de Génova ella no estaba porque precisamente no es la presidenta territorial.
Cainismo. Lo visto estos días no es nuevo en la política. Ha sido muy descarnado y lo hemos visto con luz y taquígrafos. Mal gestionado y no sabemos si bien resuelto. Lo de las adhesiones ad limitum no existen y menos en política. La condición humana es la que gobierna las decisiones, de ahí que la resolución esté siendo tan traumática. Muchos han sacado a pasear vendettas antiguas y otros han intentado chantajear. Para un partido en la oposición que pretende llegar a la Moncloa no está nada mal.
En socorro del vencedor y por la supervivencia. Lo vamos a seguir viendo en próximas fechas. Ejemplos palpables son el presidente del PP valenciano, Carlos Mazón, o la balear Marga Prohens o el aragonés Jorge Azcón. Elegidos o designados por el equipo de Casado y candidatos electorales en próximas consultas, dieron la vuelta a sus adhesiones. Hay que sobrevivir y continuar con Núñez Feijóo. El momento épico en política se compadece con la realidad. Y hemos visto muchos aspavientos de unos y otros. La historia en ocasiones es justa y poética. Que se lo recuerden a Isabel Bonig que se despidió como una auténtica señora. Fue leal y comprometida con su partido. Y no aceptó ninguna regalía o componenda. Por cierto, sería un buen puntal a rescatar. Ahí lo dejo.
El candidato Núñez Feijóo. Es el hombre del momento y del futuro. Inteligente, equilibrado, analítico y atención, conocedor en profundidad del partido. Es más, de sus candidatos, sus cargos. Es un referente y durante muchos años ha pateado todas las autonomías. Ha visto, ha preguntado y ha escuchado. Es decir, se conoce el terreno. Y además no le van nada las tonterías y las conspiraciones. Así que alguno debería tentarse la ropa antes de iniciar según que maniobras. Ya es todo un catálogo de intenciones como está gestionando el relevo. Respeto a las formas y dice que “normalidad” en la resolución de la situación y nombramientos propuestos y aceptados de Cuca Gamarra como coordinadora general hasta el congreso y recuperación de Esteban González Pons. Alejado este último de responsabilidades orgánicas porque no era muy de la cuerda del tándem Casado/Egea. Y además adhesión estratégica de cara al futuro de la supervivencia de todos los barones que quieren que sea el líder. Él sabe que Madrid, no es Galicia donde tiene todo controlado. De momento ha conseguido algo de tranquilidad mediática y poner en alerta al Gobierno. Dicen que “es duro de roer”. Y como es gallego con “xeito” ha recordado que llego a la presidencia del PP galaico para sustituir a Manuel Fraga en un congreso en el que se presentaron cuatro candidatos y además fue el último en presentarse. Insiste en su diagnóstico “no se puede frivolizar en la política”.
Volviendo la vista atrás dos ejemplos gráficos y clarificadores. Momento de la descomposición de UCD, un brillante Pío Cabanillas, gallego con retranca daba con la clave y un descabalgado Adolfo Suárez hablaba con sus hijos y se hacía preguntas sobre su futuro. Y como no, el simpar conde de Romanones al que todos prometieron votar y ninguno le votó. Vamos con las frases
Pio Cabanillas: “Cuerpo a tierra que vienen los nuestros” ¡Lo visto estos días. Nunca hay que fiarse de las adhesiones inquebrantables. Cuando lo tuyo peligra, haces una pirueta y de la lealtad pasas a la traición en un plis!
Adolfo Suárez: “¿Pero quienes son los nuestros?” ¡Llega un momento en el que ya no sabes con quien estás y sobretodo a quien tienes de tu parte. Y lo dramático es que te quedas solo!
Álvaro de Figueroa, Conde de Romanones, siendo primer ministro de Alfonso XIII quiso ser académico de la lengua, sus cercanos arquearon apoyos y los tenía. Llegó el momento de la votación y no tuvo ninguno y dijo entonces… “Qué tropa, joder, qué tropa” ¡Lo de contar y recontar los apoyos es otro clásico. Te crees que todos te secundan y a la hora de la verdad te dan la espalda. Lo de estos días!
Vámonos también a la política internacional. Y con dos análisis clarividentes y que nos valen para entender lo visto en el PP en los últimos días:
Konrad Adenauer, primer canciller de la República Federal de Alemania y uno de los fundadores de la Unión Europea: “En política hay enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido” ¡En vez de ser alemán, parece más mediterráneo que nosotros. Todo un diagnóstico y definición cruel de las venganzas cainitas en tu partido!
Giulio Andreotti, presidente del Gobierno italiano en distintas ocasiones y uno de los máximos dirigentes del partido Demócrata Cristiano: “En la vida hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido” ¡Curtido en mil batallas y gobiernos, el italiano sufrió y padeció de todo y por su orden con los suyos. Traiciones partidarias de sus más leales!
Se nos ha ido un amigo y gran compañero de profesión de manera inopinada y joven, muy joven. Le conocí hace treinta años en la COPE. Daba sus primeros pasos en la radio. Siempre desde la discreción, era trabajador y aprendía y observaba a todos y de todos. La vida nos llevó a distintos lugares y medios. Enamorado de la radio empezó a marcar estilo y dejar estela. Ahora en Madrid nos volvimos a reencontrar en ONDAMADRID. Con estilo, equilibrado, sereno, solvente, sobrio, con fina ironía, buena gente, buen tipo y colchonero de pro. Acababa de obtener el doctorado y disfrutaba dando clases a los periodistas en ciernes. Juan Pablo era una buena persona y nos ha dejado huella a todos, amigos, periodistas y oyentes. Descansa en paz amigo.