BENIDORM. Empieza un nuevo año y como viene siendo habitual, Alicante Plaza hace un repaso de los asuntos pendientes que tiene Benidorm con proyectos estancados o anunciados. Aunque pocos son los movimientos que hay en ellos en los últimos años, repitiéndose y dando muestras de los pasos cortos dados para su desenlace. Es el caso del derribo de las torres de Punta Llisera, las obras del IES Pere Maria Orts i Bosch o la construcción del centro comercial. A lo que se suman nuevas ideas, como la pista de atletismo de Poniente o la segunda fase de la avenida del Mediterráneo.
Sobre esta última el alcalde, Toni Pérez, dijo que en 2024 se actualizará y redactará el proyecto para su ejecución. Un anuncio que realizó a finales de diciembre con motivo del encuentro navideño con los medios de comunicación. Se trata del tramo comprendido entre la avenida Europa y Filipinas, por lo que aún quedaría la menos una fase más hasta llegar a Ametlla de Mar.
El gobierno local también tendrá oportunidad de desatascar las obras de la pista de atletismo que tendrían que haberse terminado ya en atención a las fechas que marcó en su día el primer edil. De momento, el pasado 12 de diciembre el Ayuntamiento anunció que se había iniciado el movimiento de tierras para dejar preparada la parcela para cuando se tenga que empezar a construir las instalaciones deportivas.
Más allá de estos dos proyectos más actuales y con visos de salir adelante en este año, Benidorm sigue arrastrando actuaciones que año tras año no se llegan a desarrollar. Es el caso de la finalización de las obras del IES Pere Maria Orts i Bosch. Unos trabajos que dependen de la Generalitat Valenciana y que según dijo el nuevo conseller de Educación, José Antonio Rovira, la licitación de las obras saldrá a concurso a finales de 2023 o principios de 2024. Por lo que se ya solo cabe esperar a que sea en el nuevo año.
Otro de los asuntos estrella es el centro comercial. Un proyecto que viene ligado a al menos otros dos más: el Vial Discotecas y el polígono industrial. El primero ya está en construcción, mientras que el segundo sigue pendiente de informar las alegaciones. Cuando se desatasque y se consiga finalizar la urbanización de este área, será momento para el centro comercial si la inversión no deja de ser una prioridad para los promotores.
También es recurrente el derribo de las torres de Punta Llisera. La sentencia es firme desde 2018, pero nada se ha hecho desde entonces. En el 2023 se ha conocido que la Generalitat Valenciana ha elaborado una hoja de ruta para saber cómo proceder. Sin embargo, no se ha tomado ninguna medida ni se ha dado orden de ejecución de la demolición como así requirieron los jueces.
Cambiando de ámbito está el centro cultural. La Generalitat apostó por hacerlo en varias fases con el fin de desbloquear el proyecto. Ya se ha ejecutado la primera, pero nada se sabe de la siguiente. Con el anterior gobierno autonómico se llegó a trabajar para continuar con el proyecto, sin embargo, el nuevo Consell de Carlos Mazón no ha mencionado ningún avance en este asunto.
Y si hay un asunto pendiente de calado para este año es la Zona de Bajas Emisiones. La ciudad ha pedido que se le amplíe el plazo para su implantación, como ha ocurrido en otras poblaciones como Alicante. A la espera de si finalmente se les concede ese periodo de gracia, el Ayuntamiento anunció que a partir del 1 de enero comenzarán las pruebas del sistema tecnológico que viene aparejado. El objetivo último es reducir la contaminación en zonas de gran concentración.
Uno de los asuntos pendientes en los últimos años y que parece que se va a desatascar es el nuevo contrato de limpieza viaria y recogida de residuos sólidos urbanos. El Ayuntamiento ya ha licitado el pliego después de cinco años con el contrato caducado, y será el seis de febrero cuando termine el plazo para la recepción de ofertas. Peor suerte corre la estación de autobuses. Después de haberle dado legalidad a las instalaciones habiendo adjudicado la concesión en un nuevo procedimiento, la infraestructura ha caído en manos de la misma empresa. Tras un pequeño lavado de de cara, la zona comercial sigue cerrada y con aspecto ruinoso.
Silencio absoluto es lo que sucede alrededor del bar de la isla de Benidorm. El Ayuntamiento de Benidorm propuso al Servicio Provincial de Costas que se convirtiera en un centro de interpretación ambiental después de que se considerara que no podía seguir la actividad de restauración. El proyecto salió a exposición pública el verano de 2021 pero nunca se llegó a trasladar ninguna información sobre la decisión posterior. Pendiente sigue también la apertura del Aula del Mar, que el PP anunció para primavera de 2023 pero que sigue cerrada por la falta de servicios, según dijo en noviembre el gobierno local.
En cuanto a cuestiones pendientes que el PP prometió en campaña está la construcción del centro de salud en els Tolls, cuya parcela ya está cedida. Además de una nueva conexión de este barrio con la estación y el Salt de l'Aigüa. En esta zona también hay prevista la construcción del nuevo CDT para lo cual el Ayuntamiento ya ha cedido los terrenos y están a la espera de que se licite la redacción del proyecto, que en su día anunciaron que se pondría la primera piedra en 2024.
Además de todo ello, también el gobierno central tiene cuentas pendientes que saldar con la ciudad de los rascacielos, más allá de una nueva normativa que la incluya como municipio turístico y mejore su financiación. Se trata del proyecto para la construcción de la nueva comisaría, con unos terrenos también cedidos, que se llegó a presupuestar hasta en dos ocasiones, pero que lleva ya dos años saliendo de las previsiones de Pedro Sánchez. A lo que se añade también la implantación al completo de la Plataforma Inteligente de Destino, que funciona desde principios de año a medio gas en Invattur a la espera de las nuevas contrataciones.
Los asuntos pendientes de Benidorm para 2023: el IES Pere Maria o el centro comercial
