ALICANTE. Si el próximo 25 de abril se consuma la moción de censura de Orihuela, Ciudadanos habrá ido variando su péndulo pactista: comenzó el mandato con acuerdos cerrados con el Partido Popular, y dos excepciones consentidas con el PSPV, a cambio de tener la Alcaldía, a incrementar sus acuerdos con los socialistas. Cada alianza, y sobre todo, las nuevas, tienen su intrahistoria y su propio relato. Paralelamente, mientras se han cerrado otros acuerdos con el PSPV, algunos con el PP ha incrementado su tensión. ¿Qué ha pasado en cada caso? Pues que el péndulo ha ido variando de posición, según el contexto.
Hasta llegar a Orihuela, han pasado muchas cosas, sin desviar el fracaso de la moción de Murcia. Junio de 2019: Toni Cantó y Carlos Mazón cierran el acuerdo de gobierno en la Diputación de Alicante y por extensión, hacen los mismo Luis Barcala y Mari Carmen Sánchez. Se cumple el mandato de Albert Rivera de facilitar los acuerdos con el PP. De esa manera, se llevan a cabo los acuerdos de El Campello, Mutxamel y Calp. Aparecen tres excepciones: Granja de Rocamora, Benejúzar y Sant Joan d'Alacant. En estos últimos, Ciudadanos se garantizó tener la Alcaldía, al menos, en una parte del mandato con acuerdos con el PSPV. En medio estuvo el rara avis del Ayuntamientos de Teulada-Moraira en el que los dos ediles de Cs apoyaron a una alcaldesa de Compromís y acabaron expulsados del partido.
Pero a principios de mandato, Ciudadanos arrancó cinco acuerdos con el PP y tres con el PSPV. Pero por el camino, los naranjas han ido sumado alianzas con los socialistas: en Castalla, los socialistas respaldan al alcalde de Cs; en Xixona, Cs está en un gobierno con el PSPV. Si se consuma lo de Orihuela, Cs tendrá –en la provincia de Alicante– seis pactos con los socialistas y cinco con el PP, alguno de ellos, en constante tensión, como ha sucedido en los últimos meses en El Campello. A nivel Comunitat Valenciana, la balanza también podría decantarse hacia los acuerdos con los socialistas tras las mociones de Rocafort y claro está, la de Orihuela.
En el caso de Orihuela solo falta por dilucidar el posicionamiento oficial de la dirección nacional de Ciudadanos. Tanto desde Alicante como desde la Comunitat, una parte de la dirección ha venido defendiendo que el acuerdo no disponía del placet de Madrid y que los cinco ediles oriolanos sólo tenían autorización para abandonar el Gobierno local que compartían con el PP, pese a que no respaldaron la elección de Emilio Bascuñana como alcalde. Las razones de las rotura del pacto, y por tanto, de la presentación de la moción son de sobra conocidas. La duda es saber si finalmente el partido acabará expulsando a los cinco concejales.
Pero hasta llegar a la crisis de Orihuela, Ciudadanos ha mantenido sus acuerdos con el PP y agrandando sus alianzas con el PSPV. En este último caso, no se puede decir que haya una estrategia orquestada por la dirección, sino que se han producido circunstancias de contexto local que han facilitado esos acuerdos y han roto otros, como ha pasado en la capital de la Vega Baja. En primer lugar, porque se han cumplidos los pactos con el PSPV, pese a que hubo oportunidad por cambiarlos, tanto en Sant Joan como en Benejúzar. Pero tanto en un municipio como en otro se han producido los relevos de la Alcaldía pactados, en tiempo y forma.
Y porque paralelamente, se ha sumado el acuerdo en el Ayuntamiento de Xixona, que tiene la particularidad de tener al mismo concejal, Javier Gutiérrez, sosteniendo al presidente de la Diputación, del PP, y a una alcaldesa socialista. ¿Por qué se produjo el pacto de Xixona? Pues por una cuestión estrictamente local: el PSPV ofreció a Compromís entrar en el Gobierno local y dar estabilidad a su ejecutivo, y los valencianistas lo rechazaron. El PSPV se le ofreció a Cs y estos aceptaron. De esta manera, los ediles de Ciudadanos tienen delegaciones y perciben una retribución a media jornada a excepción del propio Gutiérrez, que cobra de la institución provincial.
Ciudadanos tuvo la oportunidad de cambiar los pactos en Benejúzar y Sant Joan, pero los ha mantenido, pese a que en el caso de Sant Joan, la cúpula del PP, liderada por Carlos Mazón y Luis Barcala, se volcaron en la toma de posesión del naranja Santi Román como alcalde, en julio de 2021. En plena OPA del PP a cargos de Ciudadanos, con Casado en la dirección nacional y Fran Hervías en la sede de Génova, se especuló con esa absorción en Sant Joan, y en otros municipios, pero con la caída de Casado y la salida de Hervías, esta opción se ha enfriado en los últimos meses. Quizás ya venía de antes, pues el propio Román ya dejó claro que se debía únicamente a Ciudadanos, pero se ha acrecentado tras los últimos cambios en la cúpula del PP.
Que Ciudadanos tenga ahora más acuerdos con el PSPV es una cuestión puramente casual y que obedece las circunstancias que se han producido allí donde ha habido pacto. Ahora bien, lo de Orihuela puede abrir una brecha en la organización, al menos, en la Comunitat Valenciana. ¿La razón? Además de cuestionar el acuerdo de Orihuela, por diferentes motivos, hay una parte del partido que defiende y ha defendido los acuerdos con el PP, sobre todo, allí donde han sido más sólidos, como en la Diputación de Alicante o el ayuntamiento de la capital, donde apenas han habido roces ni siquiera un intento de Cs por tener un discurso diferente. La otra parte del partido defiende el acuerdo de Orihuela y en alguna que otra ocasión se ha planteado cambios en El Campello por el trato que el PP ha otorgado a los ediles de Ciudadanos, con el baile de competencias. Cada pacto, como se puede ver, ha tenido su propia intrahistoria.
El miércoles, hay reunión del comité provincial de Cs en la provincia de Alicante. De lo que allí salga y de la exigencia que se haga a la dirección nacional por lo de Orihuela puede marcar el futuro de Cs, muy tocado ya a nivel nacional tras lo sucedido en Madrid y Castilla-León y lo que se avecina en Andalucía.