monumento del siglo xvi a reubicar con aval del ministerio de cultura

Así se trasladará el BIC de Torre Placia de Alicante: restauración, despiece en 5 niveles y remontaje 

28/07/2024 - 

ALICANTE. La cuenta atrás para el traslado de la Torre Placia ya está en marcha. En realidad, el inicio efectivo de los trabajos solo aguarda un último trámite administrativo: la concesión del permiso de arqueología que debe conceder la Dirección Territorial de la Conselleria de Cultura. A priori, esa autorización (que ya se había prestado, pero ha tenido que ser renovada al haber expirado su validez desde el momento en el que se concedió) debería despejarse a principios del mes de septiembre. 

Será entonces cuando se acelere el proceso, 20 años después de que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) certificase que las viviendas de la urbanización Azalea Golf se construyeron de manera irregular en 2000, al invadir el perímetro de protección necesario para procurar su conservación como parte del Bien de Interés Cultural (BIC) que conforma el conjunto arquitectónico de edificaciones defensivas identificadas como las Torres de la Huerta.

Lo cierto es que los preparativos previos a ese traslado ya han comenzado con la limpieza del solar de su ubicación original, y el que albergará la torre tras su desplazamiento: una parcela de titularidad municipal encuadrada entre las avenidas Pintor Pérez Gil y Conrado Abaladejo y la calle Juana Francés en la que el monumento quedará contextualizado, incluso, con la reproducción de los caminos que le servían de acceso en su emplazamiento histórico, hoy desaparecidos

Es más, también se prevé dejar constancia de la casa agrícola o alquería que se construyó como edificación anexa a la torre, en el siglo XVIII, al remarcar e identificar el perímetro de la huella que ocupaba esa construcción sobre la superficie de la parcela de destino del monumento, según relatan los arquitectos responsables de la redacción del proyecto de traslado, Julián Esteban Chapapría y Elisa Moliner Cantos.

¿Cómo se ejecutará, en concreto, el desplazamiento de la torre? En principio, con el mismo procedimiento de investigación, documentación, restauración, desmontaje y reconstrucción pieza a pieza que se ha empleado en el traslado de otras edificaciones históricas precedentes, como la iglesia de San Pedro de la Nave, en Zamora; el Templo de Debod, en Madrid; o el claustrillo del abad del Monasterio de Santa María de la Valldigna, que la misma empresa adjudicataria del encargo sobre Torre Placia -Estudio Métodos de la Restauración (EMR)- realizó hace diez años, en su reposición en su ubicación primigenia, según concreta la gerente de la empresa, Mercedes Ortí Ballester. Eso sí, con el apoyo de los últimos elementos tecnológicos disponibles ahora.

Tres fases esenciales

Todo el proceso está programado a conciencia con un desarrollo en tres fases principales. La primera tiene que ver, en realidad, con la restauración de los elementos originales del monumento que no se conservan. Es lo que sucede, en concreto, con varias de las almenas que coronaban el remate de la edificación. Para ello, se encargará su construcción con piedras de composición similar a las de las almenas que sí se conservan.

Después, se procederá a la numeración de todas sus piezas, en un trabajo con el que se cuenta con el apoyo de la digitalización y escaneado de la torre en 3D, ya efectuado en la fase de redacción de proyecto para disponer de una réplica virtual de su composición. De este modo, el paso siguiente será la separación de sus piedras de sillería, una a una, mediante la técnica del picado para desprender el mortero de cal que las une. Se trata de una tarea que se ha dividido en cinco niveles, desde la parte superior de la torre hasta su base, prácticamente coincidentes con las cinco plantas en las que se distribuye la torre.

Todas las piezas serán depositadas y clasificadas temporalmente en su solar de destino. Y una vez allí, las piezas de la base -las últimas en desmontarse y trasladarse- serán las primeras en recomponerse y ensamblarse de nuevo con el uso del mismo material que las conectaba hasta completar su reconstrucción total en su nueva ubicación. En ese proceso, se prevé reparar los vanos o huecos que se abrieron cuando se construyó la alquería anexa y se cambió el uso defensivo original de la torre -que "no deja de ser una fortificación para protegerse de los ataques de los piratas", recuerda Julián Esteban- para que pudiese utilizarse como vivienda. Aunque, eso sí, también se prevé respetar el testigo de una de sus balconadas "como referencia del pasado histórico que ha tenido la torre", añade.

Monumento visitable

En todo ese proceso, sí se prevé recuperar la configuración original de los forjados de madera interiores de la torre. Primero, porque deben ser repuestos, dado su estado de deterioro. Y segundo, porque se movieron al modificar el uso del edificio como casa agrícola. Al margen de ello, Torre Placia volverá a lucir en su nuevo emplazamiento con sus mismas características físicas: una altura de 15,51 metros (a los que se añade un metro de profundidad de su nivel sótano) y una base ataludada de 7,30 por 6 metros que se reducen a 6 metros por 4,69 en su fuste central. 

Solo se añadirá un elemento de nueva incorporación que, por su función primigenia (la de protección) resultaba inviable entonces: la disposición de una escalera de acceso desde el exterior hasta su puerta de entrada (a la que se llegaba con una escala retirable), que permitirá que el monumento quede abierto al público. Entonces, los visitantes también podrán comprobar cuál fue su misión original, en la que resultaba esencial la interconexión visual con otras Torres de la Huerta para transmitir avisos sobre la llegada de piratas, ya que, tras el traslado, ganará proximidad con los monumentos de la Torre Bosch o la Torre Juana respecto a la distancia que media entre su emplazamiento actual y otras torres del entorno, como la del Ciprés o la de la Mitja Lluna.

En principio, el plazo de ejecución previsto por contrato para completar la mudanza del BIC es de seis meses desde su inicio efectivo. Y la pretensión de EMR, es ajustarse a su cumplimiento salvo imprevistos, aunque por el momento nadie aventura todavía una fecha cierta para la finalización de la tarea, que supondrá un desembolso definitivo de 1.769.777 euros (al margen de los 1,7 invertidos en la compra del inmueble para poder ejecutar el traslado). 

En cualquier caso, el trabajo no acabará con la reubicación del monumento. También se actuará en la parcela en la que se sitúa en la actualidad, en la que se dejará la estructura de su cimentación subterránea como testimonio histórico observable, y se colocarán paneles explicativos para que quede constancia de su preexistencia. Se trata, de hecho, de una de las condiciones establecidas por el Ministerio de Cultura al dar su visto bueno definitivo al desplazamiento de la torre.