ALICANTE. El Ayuntamiento de Alicante comienza a desentrañar una hoja de ruta realista para implantar la recogida selectiva de los residuos orgánicos. No será a partir de enero, como se había llegado a anunciar. En principio, su puesta en marcha queda demorada como mínimo al próximo mes de marzo, ya que no será hasta entonces cuando se disponga del volumen de contenedores específicos para el depósito de los restos de comida que resulta necesario para poder activar el servicio.
El acuerdo de adquisición de dichos dispositivos quedó ratificado este martes en Junta de Gobierno: se trata de la compra de 2.000 contenedores marrones por un importe de 1.778.700 euros encomendados a la empresa Contenur. Se prevé que la primeras unidades puedan entregarse a principios del próximo año, con el suministro de unos 180 contenedores al mes, según concretó el edil de Limpieza, Manuel Villar (PP). Eso sí, siempre que no se produzca ninguna impugnación respecto al proceso de licitación que pueda acabar retrasando la eficacia del acuerdo de compra.
En todo caso, la implantación del servicio se abordará de forma gradual, tras el diseño de 13 rutas de recogida que se extienden en todos los barrios de la ciudad. En la Fase I se prevé el desarrollo de dos primeros recorridos en calles del Centro, además de otra ruta específica para el canal Horeca (restaurantes, bares y cafeterías). En esa fase inicial, se requiere de la la instalación de 551 contenedores en sus diferentes modalidades. Después, en la Fase II se completarán las 10 rutas restantes repartidas en el resto del término municipal, con otros 1.645 dispositivos colocados, también de manera progresiva, en el momento en el que se produzca su entrega por parte del fabricante. Todo, al margen de que pueda ponerse en práctica una prueba piloto para su recogida puerta a puerta, en lugar de mediante su depósito en contenedor, en cumplimiento de una de las alegaciones formuladas, entre otros, por Compromís, al Plan Local de Residuos (PLR).
Además, en paralelo a ese proceso de suministro e instalación del contenedor marrón, se debe abordar una modificación del contrato del servicio para incorporar la nueva recogida selectiva de la facción orgánica de los desechos urbanos, no contemplada en el concurso que se adjudicó en el año 2013. En principio, el departamento de Limpieza había cifrado que ese servicio añadido supondría un coste adicional de 1,1 millones anuales. No obstante, dicha cifra inicial está sujeta a modificaciones, ya que, si la implantación va a ser progresiva, sus costes también deben serlo, según precisaron fuentes consultadas.
A todo ello se añade un componente adicional: la compra de cinco nuevos camiones de recogida y otro lavacontenedores, que debe quedar contemplada en la modificación del contrato. A priori, según las mismas fuentes, su suministro no debería retrasarse, puesto que la empresa concesionaria de la recogida y tratamiento de la basura, UTE Alicante (FCC, Ferrovial, Inusa y Grupo Cívica), ya habría iniciado el proceso previo para formalizar su adquisición.
Por último, el proyecto de implantación de la recogida selectiva del residuo orgánico también requiere que se habilite una nueva línea de tratamiento específica para ese tipo de resto en el Centro de Tratamiento de Residuos de Alicante (CETRA) de la partida de Fontcalent, como prevé el proyecto de gestión del Plan Zonal que corresponde a Alicante. No obstante, en este último caso, se trata de una medida a implementar en cuanto se complete la adjudicación de la nueva contrata de gestión de las instalaciones, todavía pendiente de licitación. De hecho, la convocatoria del concurso -también anunciada para antes de que concluyese 2021- debería aprobarse en el arranque del próximo año, aunque, previsiblemente, no se dispondrá de adjudicatario hasta principios de 2023.
La implantación del nuevo servicio conlleva la aprobación de otra modificación del contrato de recogida para cubrir los costes adicionales de la nueva prestación
Por último, también debería concretarse qué sistema de bonificaciones podría llegar a implantarse para incentivar el civismo en el depósito de ese tipo de residuos, en el horario y los días concretos que se acaben estableciendo para cada ruta. Ese sistema, depende, todavía, del sistema tecnológico (tarjeta electrónica o aplicación para teléfonos móviles) por el que se acabe apostando para facilitar la apertura y cierre de los contenedores.
En todo caso, el objetivo a batir con la implantación del servicio sigue siendo el previsto en el Plan Integral de Residuos de la Comunidad Valenciana (PIRCV2019), en el que se estipula que la recogida selectiva de biorresiduos debe alcanzar el 50% de su volumen total al terminar 2022, en cumplimiento de la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados, según puntualizaron este martes fuentes municipales.
Así, el edil de Limpieza incidió en que "la normativa nos obliga a introducir cambios importantes al tener que eliminar su vertido directo y priorizar la valorización de los residuos, donde la materia orgánica constituye la fracción principal de los residuos municipales, suponiendo aproximadamente el 37% de los mismos". "Para cumplir los objetivos globales se requiere una hoja de ruta que pasa por la reducción del biorresiduo (17%), su recogida, transporte y reciclado (75%), así como su valorización (20%)", añadió. Asimismo, resaltó que "la implantación del quinto contenedor en toda la ciudad permitirá conseguir una reducción de los gases de efecto invernadero según las estimaciones técnicas, superior a un 10% respecto a las actuales", concluyó.