ALICANTE. Lo dijo el todavía alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri: "El reloj comienza a contar". Con el anuncio de la fecha de su dimisión, el próximo 9 de abril, debería arrancar un proceso de negociación para la investidura de un nuevo alcalde. La apuesta del PSPV para relevar a Echávarri ya es conocida: Eva Montesinos, vicealcaldesa, portavoz del equipo de Gobierno, edil de Urbanismo, Turismo y Fiestas, y número 2 de la lista socialista en 2015.
Su toma de posesión requiere de un mínimo de 15 votos y el PSPV sólo tiene asegurados 14: los de sus 6 concejales, los 5 de Guanyar y los 3 de Compromís. Es decir, que faltaría al menos el respaldo de otro concejal. El problema es que podría darse la situación de que faltasen dos votos adicionales y no sólo uno. Si Echávarri formaliza su renuncia al cargo y al acta de concejal en la fecha anunciada (el 9 de abril), se deberá convocar un pleno para que la corporación reconozca esa renuncia. Ese pleno podría convocarse al día siguiente, 10 de abril. En ese momento, el PSOE se quedará con 5 concejales hasta que se produzca la toma de posesión del sustituto de Echávarri. Ese nuevo concejal socialista debería ser Miguel Castelló, número 7 de la candidatura de 2015 y actual asesor de la Concejalía de Fiestas.
Para que Castelló pueda convertirse formalmente en concejal, la Junta Electoral Central debe expedir la credencial personal que acredite tal condición. Y ese trámite suele conllevar una tramitación de varios días, sin que se pueda concretar exactamente cuántos. La cuestión es que, cuando el pleno tome conocimiento de la renuncia de Echávarri, comenzarán a contar los plazos para la convocatoria de un pleno de investidura. Según la Ley Electoral, esa sesión quedará convocada de forma automática al décimo día hábil siguiente al del pleno de comunicación de la renuncia. Con esos plazos, la sesión de investidura quedaría fijada para el miércoles 25 de abril (el día 12 es festivo, ya que se celebra la Romería de Santa Faz, por lo que no contaría).
¿En qué situación expone ese trámite a la elección de Montesinos? A que se tenga que trabajar para asegurar un mínimo de dos votos extra, no sólo uno, ante la posibilidad de que Castelló no haya recibido todavía la credencial requerida para asumir el cargo de concejal. Sin ese reconocimiento, no podría votar en el pleno de investidura. Es decir, que las tres fuerzas de progreso (PSOE, Guanyar y Compromís) sumarían 13 concejales y no 14.
De ahí que el PSPV apelase especialmente a la responsabilidad de Ciudadanos (Cs) para garantizar que el gobierno no volviese a manos del PP. El partido de Albert Rivera podría asegurar la toma de posesión de Montesinos sin necesidad de depender de los dos votos de los concejales no adscritos, Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre. Cs ya avaló la investidura de Echávarri en 2015, pese a que en aquel momento no era necesario: contaba con los 15 votos asegurados por su partido, por Guanyar y por Compromís: las tres fuerzas que conformaban el tripartito (antes de la expulsión de Belmonte de las filas de Guanyar).
Tanto la portavoz municipal de Cs, Yaneth Giraldo, como su portavoz adjunto, Antonio Manresa, ya han señalado que el escenario de 2015 no es el mismo que se da ahora. Hace tres años, se dio un voto de confianza a Echávarri en reconocimiento a la voluntad expresada por las urnas, que se habían decantado por el cambio tras una etapa marcada por la imputación de la alcaldesa del PP, Sonia Castedo, a cuenta del supuesto amaño del Plan General en favor del promotor Enrique Ortiz. Cs consideró entonces que los votantes eligieron a un bloque de progreso frente al PP (los populares perdieron 10 concejales, de 18 pasaron a 8).
No obstante, en las filas de Cs se considera que ese esperado cambio en las políticas impulsadas desde el Ayuntamiento no se habría producido, por lo que su posible respaldo a Montesinos no está ni mucho menos claro. Por el momento, los de Rivera han mantenido un cuidado silencio y han reprochado que se les quiera descargar la responsabilidad de solucionar una crisis que no han generado. Sus representantes insisten una y otra vez en que el problema lo han causado PSOE, Guanyar y Compromís y son ellos quienes deben resolverlo. No obstante, también se especula con el perjuicio que, a un año de las próximas municipales, podría ocasionarles que la Alcaldía recayese en el PP como lista más votada, lo que convertiría a Luis Barcala en sustituto de Echávarri.
En cualquier caso, si Cs pretendiese mantener las distancias tanto con la izquierda como con el PP, siempre podría optar por una fórmula técnica que permitiese la investidura de la candidata socialista sin comprometerse más de lo necesario. Bastaría que prestasen sólo uno o dos de sus cinco votos para que Montesinos pudiese tomar posesión. La votación será secreta en sobre cerrado.