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atropello emocional

‘Arcén’, el paseo literario de Borja Navarro por la CV500

25/09/2023 - 

VALÈNCIA. Carretera y speed… un arcén eterno alumbrado solo por el neón de un restaurante sin nombre que te encuentras por casualidad y en el que dudarías si quedarte a comer. El guionista y autor Borja Navarro se atreve a crear un paseo literario a través de la CV500 que rodea València a través de Arcén (editado por dosmanos)un libro con el recorre la carretera a través de diez relatos que cuentan historias de humor negro, pena y que se guían por la voluntad del cambio. Una de las protagonistas de sus historias lo expresa así al principio del relato Rorschach, y dice así: “Cuando una sufre está más buenorra. Lo necesito. Una época de tristeza, pero no de estrés, no de que se me caiga el pelo”, y sigue así, “de las que sales y dices: mira me voy a pinchar los morros”. Con la naturalidad de esta protagonista Navarro construye un universo alrededor de los suburbios valencianos, de esas zonas de carretera a las que no deja de darles el sol ni un momento.

Aunque valenciano de nacimiento Navarro necesita actualizar el relato desde un primer paseo, un pequeño recorrido emocional antes de comenzar la novela en el que hace una recolecta de símbolos para la historia. En este se convierte en esa persona que camina sola por un arcén y que siempre levanta infinidad de preguntas por su paseo: “Si vemos a alguien caminando por la carretera nos preguntamos qué hace en este lugar, algo no encaja… Puede parecer que ir por un arcén se relaciona más bien con una tragedia. Con este paseo lo que hice fue recorrer la carretera y recoger historias que se transforman en pequeños relatos”. El arcén, como elemento, se convierte en un símbolo poético para el autor, algo que se relaciona con estar al margen, desubicado e incluso deambulando.

La CV500 (pasa ahora se llama CV502) es la carretera que une València y Cullera, un trayecto que Navarro ha hecho siempre durante su infancia, y que le acompaña desde el principio de su vida. Inspirado por el artista multidisciplinar LUCE decide hacer un recorrido psicológico por el espacio y reflexionar sobre lo que significan y los personajes que lo habitan: “La novela es una historia de relatos, casi un poemario a veces. Los relatos viven una atmósfera en la que se conectan a través de la soledad, el sentimiento de estar perdidos y el deseo del cambio”.

Entre sus historias hay conflictos familiares, de amigos y largas noches de borrachera, siempre se reflejan conversaciones en las que el cambio parece la salvación para dar el salto cuando se ha tocado fondo: “Los personajes reflejan las reflexiones a las que yo he podido llegar, muchas veces cuando leo novela envidio la capacidad que tienen los escritores de transmitir ideas de forma tan correcta. Yo siento que tengo la capacidad de compartir ideas que son imperfectas y a veces erróneas, e incluso a veces desastrosas…”, explica el autor.“Me interesa el pensamiento de cómo afrontar un conflicto mal, afrontarlo desde el dolor e intentar salir de aquí. Me interesa porque creo que es algo que a todos nos pasa, la mayoría de los personajes son personas que intentan un poco salir hacia delante, y en lo imperfecto está el relato”, aclara. Esta idea se percibe también a través de los textos, que lejos de ser un círculo cerrado viven con su propia estructura y con una forma más similar a la de un poema, algo que para Navarro como guionista pone en valor de cara a componer y comprender la historia.

 “Es una historia en la que avanza la trama que se vive a través de los relatos, pero esa no es mi prioridad. Para mi la clave es comprender lo que me pasa y vivirlo sin juzgarlo, eso hace que los relatos no siempre tengan un final exacto porque vivo desde otros puntos de partida”, explica el autor. De esta manera el arcén es transitable perfectamente aunque queden trozos a medio hacer o partes sin pintar, no molestan e incluso dan un poco de encanto. Todo ello incluye un homenaje a València constante, que se vive a través de los platos, las expresiones y las comparaciones que encajan perfectamente en los textos: “Escribo sobre mi realidad y las cosas de mi entorno, si en este está la Albufera escribo sobre ella”, explica Navarro. Entre todos los relatos se crea, de alguna manera, un largo camino de dudas sin resolver y de historias entrelazadas que se tuestan al sol, que contemplan bien de cerca a los viandantes perdidos del borde de la carretera y que convierten al lector en uno más. Gafas de sol, gorra y a seguir caminando. 

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