ALICANTE. La promotora de la primera piscifactoría de Alicante, Alicante Aquaculture, cuenta los días para iniciar la construcción de las instalaciones de su planta sobre una parcela en tierra de 8.875 metros cuadrados situada en el muelle 11 del Puerto. Tanto es así que ya se ha cerrado la contratación de la empresa que se hará cargo de su construcción, al decantarse finalmente por Construcciones Hormigones Martínez (CHM), entre una terna de otras tres reconocidas constructoras que ya han desarrollado otros proyectos distintos en el entorno portuario.
Salvo imprevisto de última hora, el inicio de obra se ha programado para la cuarta semana del mes de septiembre. Ese es, de hecho, el plazo límite previsto para el comienzo de su ejecución en el acuerdo de concesión del suelo, con una duración de 26 años. No obstante, esa fecha de inicio de obra podría quedar expuesta a una posible prórroga en el supuesto de que, para entonces, la misma Autoridad Portuaria no haya validado el cambio en la zona prevista para situar la toma de agua, que sus responsables han requerido recientemente a los impulsores de la piscifactoría.
A partir de entonces, se iniciará un año de trabajos que parten con un presupuesto de 5,8 millones para que la granja acuícola pueda comenzar a operar en la cría y engorde del llamado pez de limón o seriola: una especie de pescado muy demandada en el sudeste asiático y, ahora también, cada vez más en Europa. De ahí que la compañía con base en Alicante (aunque participada por inversores extranjeros) ya haya cerrado acuerdos de comercialización para distribuir la cosecha en Francia, Italia y España, al margen de apostar por el mercado japonés al que se había enfocado casi de forma exclusiva el proyecto de forma inicial.
De acuerdo con el proyecto ya avalado por la Generalitat, la piscifactoría tendrá una capacidad de producción de 150 toneladas de seriola de 3 kg cada tres meses, lo que supone una producción anual de cerca de 600 toneladas. Para ello, Aquaculture ha diseñado un edificio en forma rectangular de 81,40 metros de longitud por otros 61,98 de anchura provisto de cuatro tanques, además de un quinto depósito para el sacrificio de los ejemplares. Al tiempo, incluirá un laboratorio para el control y supervisión del funcionamiento de la planta, un almacén para el depósito del alimento y una zona de refrigeración en la que se conservarán los ejemplares una vez preparados para su distribución.
Todo el proceso se realizará en tierra, en instalaciones en circuito cerrado, gracias a un sistema de filtrado, depuración y reutilización del agua, basado en la tecnología de Recirculación en Acuicultura (RAS por sus siglas en inglés), que captará agua en el mismo Puerto para someterla a entre 45 y 50 filtrajes por hora con el fin de conseguir una calidad óptima para la cría de los peces y para depurar los efluentes finalmente vertidos en el mar. Así, según el proyecto -que ya dispone de todos los parabienes ambientales-, se conseguiría minimizar el residuo y evitar la contaminación, al generar una huella ambiental baja.
La puesta en funcionamiento de la planta supondrá la creación de unos diez puestos de trabajo directos, que podrían ampliarse en otros cuarenta adicionales, en el supuesto de que pueda desarrollarse un segundo proyecto en el mismo Puerto. En este caso, se trataría de una nueva piscifactoría de mayor tamaño, provista de cuatro módulos como el diseñado en el proyecto inicial, que utilizaría la misma tecnología de tratamiento del agua para la producción del pescado.
Fuentes de la compañía precisaron que este nuevo proyecto debería ponerse en funcionamiento en el margen de tres años y que ya se habrían iniciado conversaciones previas con responsables del Puerto de Cádiz para tantear su posible emplazamiento entre sus muelles disponibles, en el caso de que se descartase su ubicación en Alicante.