No sé si le pasa a mucha gente pero para mí estas navidades han sido un paréntesis que me ha dejado exhausta, hinchada y desapegada de la vida cotidiana. Tanto fasto, tanta fiesta y tanto correr, porque siempre a final de año parece que nos entran las prisas por todo, me ha traído a un 2024 con el ánimo por el suelo. Bueno eso, y que enganché un virus de esos de resfriado a mediados de diciembre y aún no lo he soltado del todo.
Ese agotamiento, más probable por virus que por fiestas, me ha hecho ver con cierto desinterés lo que antes me tenía atrapada cuál telenovela. Ya saben, los chismes de la política. Pero me repongo rápido.
El año ha comenzado con la sorpresa del nombramiento del joven ilicitano Juan Antonio Nieves como subdelegado del Gobierno en Alicante.
Visto así en frio, es muy joven pero ya les aviso que muy preparado. Si analizamos algo más el gesto, el subdelegado del gobierno es un cargo representativo, sobre todo, muy por encima de las funciones ejecutivas que pueda tener. Sustituye a Carlos Sánchez, profesor ilicitano, ex director de instituto ex concejal y de larga trayectoria dentro del PSOE, a veces en funciones dentro de la ejecutiva, otras veces como simple militante.
Sánchez Heras ha sido uno de esos políticos que ha trabajado mucho dentro del partido y para el partido pero sin el relumbrón de otros. Su paso por la Subdelegación del Gobierno supuso un reconocimiento y ese suele ser el sentido del cargo, premiar a personas en sus últimos años de carrera política.
Por eso ha sorprendido lo de Nieves. Prácticamente acaba de empezar y aunque me reafirmo en que es un joven muy válido, preparado e inteligente, quizá debía haber hecho algún recorrido previo antes de llegar al puesto.
O no, eso nunca se sabe. Lo que si alerta de lo que está por venir es que es una persona de la confianza del actual secretario general de la Agrupación Socialista ilicitana, Alejandro Soler, a la vez jefe de los socialistas de la provincia y, aunque aún no sea oficial, seguramente aspirante a la secretaria general del PSPV, ahora que Ximo Puig se ha hecho a un lado.
O eso es lo que parece.
La política tiene caminos muy enrevesados y estos días letargo navideño me ha venido a la mente cuando el Partido Popular de Elche, primero Manuel Ortuño y luego se lo vi jugar a Mercedes Alonso, lanzaban un órdago al PP provincial o autonómico amenazando con hacer campaña contra el candidato oficial o del aparato.
Por ejemplo en 2012 Mercedes Alonso anunció que se presentaba a presidir el PP de la provincia contra José Ciscar. Luego lo dejó estar y Ciscar fue proclamado como único candidato con el 94% de los apoyos.
Por en medio Alonso jugó sus cartas y negoció para que le dejaran Elche tranquilito, que ya era ella alcaldesa y no quería que mientras trabajaba desde el despacho de la Plaça de Baix, nadie le fuera haciendo la cama por otro lado desde Alicante. Luego el motín, como saben, fue en casa, pero esos órdagos han funcionado siempre bien. Lo de Soler no creo que lo sea y tampoco creo que se conforme con el nombramiento de Nieves como subdelegado.
Tampoco le debe estar haciendo ninguna gracia la “campaña” de Diana Morant estas últimas semanas por la zona. La ministra ha venido por la zona estas últimas semanas, casualidad o no, muy reivindicativa.
Más allá de estrategias de este tipo, reuniones de grupos, comidas y otras acciones, los socialistas valencianos andan en lo suyo y se les ve poco en la acción de oposición. Nadie mejor que ellos sabe medir los tiempos en política. En Elche suelen clavarlo, ya lo aviso. Yo del PP no me confiaba de esta calma chicha ni un milímetro.