ALICANTE. El Banco de Sabadell celebra este jueves en el Auditorio de la Diputación de Alicante (Adda) una nueva junta general de accionistas, la quinta desde que en octubre de 2017 trasladó a la capital alicantina su sede social ante las convulsiones políticas del procés catalán. En este tiempo, la entidad ha tenido que celebrar dos juntas prácticamente telemáticas (a la de 2020 solo acudieron físicamente el presidente, el consejero delegado y el secretario del consejo) por la covid, pero a la del día 24 se espera una importante asistencia de accionistas.
No en vano, será la primera junta desde que comenzaron a celebrarse en Alicante en la que los asistentes podrán votar un reparto de dividendos. Una de las reclamaciones más repetidas en los turnos de palabra que se conceden a los accionistas tras la votación de los puntos del día. Cierto que será un dividendo apenas testimonial, 3 céntimos por acción, pero marca un punto de inflexión después de varios años en los que el consejo que preside Josep Oliu no podía siquiera planteárselo (por orden del Banco Central Europeo) y la respuesta siempre era la misma: en el futuro.
Al margen del dividendo, el orden del día incluye la reelección de varios miembros del consejo, incluido el máximo accionista de la entidad, el magnate mexicano David Martínez, que es consejero dominical. Pero fundamentalmente, se trata de aprobar una vez más la gestión del consejo de administración y de su nuevo consejero delegado, que cumple un año en el puesto: en la junta de 2021 fue la primera ocasión en la que César González Bueno tomó la palabra para dirigirse a los accionistas. Y los cambios desde entonces no han sido pocos.
Desde la última junta de accionistas, el Sabadell ha cerrado 320 oficinas, 44 de ellas en la provincia donde tiene su sede, y ha adelgazado su plantilla en 1.605 personas (980 de ellas prejubiladas, y el resto acogidas a un ERE con unas condiciones bastante atractivas), con un ahorro previsto de 130 millones de euros cada año, que en 2022 se quedará al 85% puesto que las salidas se han producido en el primer trimestre. A cambio, mucha más atención digital, sobre todo en la banca de particulares, que nunca fue el negocio del Sabadell hasta que absorbió la CAM.
Mientras tanto las acciones del Banco Sabadell (SAB) mantienen este año un tono volátil como buena parte del mercado, dado que de llegar a tener a tiro de piedra la barrera del euro -cerró el 24 de febrero en los 0,943 euros- se fue desinflando -el 7 de marzo lo hizo en los 0,594 euros- para volver a recuperar terreno y el pasado viernes a media sesión rondar los 0,74 euros. Unos vaivenes provocados por los mensajes de Christine Lagarde, presidenta del BCE, que tras abrir la posibilidad a una subida de tipos de interés este año se desdijo en la última reunión para advertir que habrá que esperar a 2023 ante las tensiones inflacionistas existentes.
La entidad dirigida por César González-Bueno, al igual que el resto del sector bancario, espera como agua de mayo una normalización de la política monetaria, por cuanto se ve afectada por la política monetaria ultralaxa de la institución monetaria europea. En este sentido no hay que olvidar que al SAB -como a toda la banca- le cuesta un 0,5% tener el dinero depositado en el BCE.
Pese a las fluctuaciones de la cotización de la entidad domiciliada en Alicante, se mantiene en la segunda posición dentro del Ibex 35 por rentabilidad bursátil en lo que va de año. Solo por delante tiene a CaixaBank, que tomando los datos de media sesión del viernes pasado se revalorizaba un 30,7% frente al 24,5% del SAB. Un avance que se traduce en una capitalización de unos 4.140 millones de euros. Conviene recordar que el banco presidido por Josep Oliu ha liderado los avances del principal índice bursátil español este año en más de una ocasión, tal y como ha venido contando este diario.
Un SAB que ha visto como BlackRock, la mayor gestora de fondos de inversión del mundo, reducía a primeros de mes su participación en el capital. Lo hacía desde el 5,141% hasta el 4,991%. Pese a ello, la ‘roca negra’ es el principal accionista del banco. Un detalle a tener muy en cuenta por aquello de que hablamos de una firma que gestiona más de cinco veces el PIB español donde algo bueno habrá visto Larry Fink, fundador y presidente de la misma.
Por otro lado, Banco Sabadell colocaba la semana pasada su segunda emisión de ‘bonos verdes’ en formato sénior no preferente denominado en euros tras la de junio de 2021. Lo hacía por valor de 750 millones de euros, que tuvo una gran aceptación. Los fondos captados se usarán para respaldar proyectos con beneficio medioambiental, como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la prevención de la contaminación y la adaptación al cambio climático.