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Ángel Nieto, la gran leyenda del motociclismo español y la mejor persona

Foto: EFE
3/08/2017 - 

BRNO (EFE). Ángel Nieto vivió deprisa, muy deprisa, siempre al manillar de alguna moto -Derbi, Bultaco, Kreidler o Minarelli, entre otras- lo que le permitió conseguir un hito deportivo único en la historia del motociclismo español al convertirse en el piloto más laureado de su historia, trece títulos mundiales, o mejor dicho, como a él le gustaba señalar por sus muchas supersticiones, "12+1".

Los caprichos de la vida han querido arrebatarle la misma, después de habérsela jugado durante tantísimos años, también al manillar de un vehículo, aunque fuese de cuatro ruedas (quad), después de más de treinta años retirado de la competición.

Ángel Nieto es Leyenda del Motociclismo por éste y por muchísimos motivos más, pues además de gran piloto fue una excepcional persona y un gran amigo de sus amigos en todo momento, siempre dispuesto a facilitar las cosas a todo el mundo en la medida de sus posibilidades.

La afición al motociclismo me viene desde muy pequeño. Mi padre, Amadeo, que en paz descanse, ya se movía en una Derbi de 50 c.c., la misma marca de motos que, entre otras, encumbró a Ángel Nieto, y viene esto a colación de la ilusión que representó para mí, allá por el año 1983, que me enviasen a cubrir la información de una carrera internacional que se iba a disputar en el circuito madrileño del Jarama, el Torneo Banco Atlántico.

En la misma iban a estar pilotos de la talla del estadounidense Kenny Roberts, el Marciano, el original y primigenio, por entonces una de las máximas figuras del motociclismo mundial, su compatriota Freddie Spencer y tantos otros más.

No iba a ser el único, puesto que el italiano Marco Lucchinelli, amigo personal de Ángel Nieto, le cedió para la ocasión una de sus Honda de 500 c.c., la gran ocasión para el zamorano afincado en Vallecas de demostrar que no sólo era un piloto de categorías pequeñas.

Pero las cuestiones deportivas no tienen nada que ver en esta historia, son conocidas por todos; aquel fin de semana resultó inolvidable porque en la Agencia EFE, en donde trabajo desde 1982, me habían dado la oportunidad de ir a cubrir una de las informaciones que más ilusión me podría haber hecho entonces, como recién llegado a la profesión, y los nervios por hacerlo lo mejor posible rezumaban por todos los poros de mi piel.

Quería agradar y convencer a mis "jefes" de Deportes en la Agencia. Asiduo lector de la única revista de motos que por entonces existía, llevaba en mente multitud de ideas y ganas de entrevistas, aunque dos fueron las que marcaron aquél fin de semana, la que nunca existió con Kenny Roberts, que a pesar de mis intentos "pasó como el Cóndor" de hablar conmigo y la que me "regaló", todo dulzura y cariño, Ángel Nieto en su taller.

"Claro que sí, ven conmigo y charlamos tranquilamente en mi box", le dijo Ángel Nieto a un barbilampiño periodista que le pidió unos minutos para hacerle una serie de preguntas.

Después del "jarro de agua fría" que representó que todo un Kenny Roberts ni se parase a responder a mis preguntas, mi ánimo creció como la espuma con el cariño y tiempo que Ángel Nieto me dedicó, sentado en su box, por eso sé y me consta, pues ya son muchos años cubriendo el campeonato del mundo de motociclismo para la Agencia EFE, que a lo largo de su carrera deportiva y tras concluir la misma, Ángel Nieto siempre actuó y se comportó como un auténtico "Dandy" de las motos.

Un "Señor" al que se negó por méritos propios un Premio Príncipe de Asturias del que tendría que haber sido el primer protagonista del motociclismo español y que siempre se le negó, pues nadie, absolutamente nadie, duda que si este deporte disfruta de tan buena salud tiene su origen, clara e inequívocamente, en las gestas de Ángel Nieto, dentro y fuera de la pista, y referente absoluto de todos los pilotos que, tras él, intentaron la aventura mundialista. 

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