ALICANTE. Hoy comienza la carrera por liderar la lista del PSPV-PSOE a la Alcaldía de Alicante, y no hay nada decidido. El mirlo blanco, el perfil independiente que quiere Ximo Puig no aparece; los candidatos que lo tienen claro, como Eva Montesinos y José Asensi, harán oficiales en breve sus alternativas. Pero, ¿qué hace Ángel Franco, o su sector, que controla la mayoría de la agrupación de Alicante? Espera y ve los acontecimientos, pero éstos corren sin que sus propósitos se cumplan. Franco también espera que Ximo Puig o el PSPV diga éste es el candidato, y de esta manera, se eviten las primarias. Y a partir de ahí, conformar una candidatura de consenso entre todos los sectores del partido.
Franco está inquieto. Querría controlar el proceso, o sus tiempos, pero no entiende las prisas de Eva Montesinos por presentar su candidaturas. A José Asensi le da más margen, porque presentará su candidatura más tarde, el próximo 6 de noviembre. Esa es la fecha límite, para presentarse o para retirarse. Y el sector de Franco todavía confía en un acuerdo in extremis que evite las primarias. El cúpula del PSPV también querría eso, pero o no tiene candidato o no acaba de confirmarse lo que tiene entre manos. Y claro, ante este panorama, Franco está ante un dilema: o lanza un candidato o candidata, a riesgo de quedarse fuera de otros acuerdos para las listas de diputados provinciales, Corts o Congreso, o acaba decantándose por un aspirante de los dos en liza a cambio de pactar puestos en la lista electoral.
Franco tampoco va sobrado de nombres de con garantías: tiene banquillo entre sus fieles, pero ningún tiene el tirón esperado. Es más, él ansía la propuesta de un perfil independiente que proponga Ximo y evitar a toda costa las primarias. Su entorno no quiere un proceso de ganadores o vencidos, quiere un acuerdo unánime de todos. Considera que las primarias desgastarán, porque se prolongarán durante dos meses y dejarán dos candidatos derrotados -y desmotivados- de cara a la campaña electoral.
¿Por qué va apurar Franco los plazos? Además de la falta de un candidatura que genere consenso, Franco sabe que si impone sus nombres generará el efecto contrario en el sector sanchista, en el de Eva Montesinos e incluso en el PSPV. Es quien más necesita el pacto, y que el elegido parta de València.
Los sanchistas también son partidarios del acuerdo, siguiendo el modelo Elche, pero a diferencia de Franco querrían que el acuerdo se gestara en Alicante y que fuera València quien lo ratificara, a fin de evitar imposiciones o injerencias. Asensi lo sabe y también espera el acuerdo de última hora: sabe que lo que él quiere, ser nombrado candidato por aclamación, es muy difícil. Además, no tiene tropa en la agrupación.
Eva Montesinos juega contra el establishment. Sabe que su fuerza son forzar las primarias, que además son abiertas e inscribir a simpatizantes de manera que el aparato no controle el nivel de apoyos de cada candidato. No tiene nada que perder: o gana, o no seguirá como concejala. No aceptará volver a ser la número dos. Y su mensaje es el mismo que el del sanchismo, pero marcando las distancias. Ella se enfrentó a Franco por la portavocía del grupo municipal y confía en que pueda despertar el respaldo de todos aquellos que se solidarizaron con ella en ese momento, y, al mismo tiempo, marcaron distancia de Franco ,que fue desautorizado por el mismo PSPV. Y otro elemento, también puede liderar el movimiento contra un líder impuesto, sin que las bases sean consultadas.
Si no hay mirlo blanco, podría tener incluso el respaldo del partido con el fin de evitar las primarias, pero para ello debería haber un acuerdo entre las altas instancias entre Puig y Ábalos, algo a lo que el sanchismo local no pondría pegas y además, exhibiría haber evitado el control total de Franco por enésima vez.
En definitiva, el proceso es un estrecho sendero lleno de tacticismo: abierta la puertas de las primarias, todo es posible, pero todos lo quieren evitar a excepción de Eva Montesinos, que quiere ser ella la lideresa. Franco no puede forzar ninguna situación si antes no lo hace Ximo Puig y los sanchistas irán al pacto, con la bendición de Ferraz, y además, tendrán cuota en la lista. Comienza el baile.