POR AMOR AL ARTE / OPINIÓN

Ana Botín

17/11/2019 - 

Baja de la limousina justo en la puerta de Morosani Post Hotel. Jane, la maître sonriente, le da la bienvenida en la madrugada a Davos en lo alto del Graübunden suizo. Le recoge el abrigo, las botas y le indica dónde puede reponerse. Cinco minutos después sale, maquillada, sobre unos tacones Martinelli rojo pasión de vértigo y con un vestido blanco con transparencias tornasoladas media manga. Ana Botín, perfecta, espléndida, pero nunca en publico jamás tanto como SM la Reina Letizia, le mira fijamente a los ojos. No mueve ni un músculo.  Irene Montero le contesta sin cruzar una palabra. Ya se lo han dicho todo. Después de nueve brevísimas frases de cortesía -la crisis de Hong Kong, Bolivia, Aristóteles,  Rosalía,  ‘La montaña mágica’ de Thomas Man, el acqua alta de Venecia, Julia De Castro la Puríssima, Scorsese, y el impeachment de Trump- se acerca Norman, un  elengantísimo camarero que, aprovechando un breve silencio pregunta Guten Abend…, Was möchten Sie trinken?. Ana Botín, en un perfecto acento schwiizerdütsch pide con extrema educación dos aguas minerales heladas. Irene Montero hubiera preferido, la verdad, un bourbon doble. Una vez a solas, la señora Botín se interesa por los gemelos, su embarazo, la textura de su cabello. Y le pregunta a bocajarro un ¿qué queréis? que desgarra. El continente. Europeo.

“Todos me debéis dinero”. “Nosotros no”. “Sí, también, Irene”. “Incluso los que se quieren ir o los que quieren entrar”. Media hora después han llegado a un acuerdo. España tendrá un gobierno estable. Se despiden sin tocarse. No hay ningún abrazo. A la señora Botín le bajan en un Bentley blanco -mira intuitivamente el Hotel Europe y la nieve del pico Jabhoshorn- a Klosters para fingir comer con alguien de la familia real inglesa que le debe la vida. Irene Montero llega apenas tres horas después a Galapagar con un esbozo del gobierno de del Reino de España en el bolsillo trasero derecho de su pantalón vaquero. Pablo Iglesias piensa en la profundidad ontológica de su ombligo. Pedro Sánchez intenta comprender el discurso de Elisabeth Duval que le intenta descifrar su sumo asesor Iván Redondo. Felipe VI recibe una llamada. Piensa en el futuro de su hija Leonor de Borbón. La reina Sofía de Grecia, como siempre, está en su casa de Londres. Juan Carlos I, para variar, desaparecido. Albert Rivera se ha fugado con Malú. Felipe González enciende condescedientemente un puro, nos mira a los ojos a todos y cada uno de los lectores de Alicante Plaza y nos dice sin hablar: ahora ya es imposible reformar la Constitución del 78. Acaban de abrir la sala de juegos de la esquina de mi calle. Los niños hacen cola. Arriba en el cielo suena Händel. Un vecino acaba de matar a su mujer.

Alicia Rucio, la intelectual de Vox, quiere que los “lesboterroristas, porno feministas y cancerígenos abortistas” nos empoderemos cosiendo botones. Lástima que a esta Pilar no la podamos casar con cualquier Adolf Hitler. “María Jesús y su acordeón” se retira. José Luis Perales también. Luis Barcala, encima de los barriles de ron en el barco a la deriva del Ayuntamiento y el tardeo herido de muerte, piensa en los -la declaración Weinstein-  pechos de Jennifer López, las aves doradas de los yacimientos aztecas, en la Adoración del Niño que nos va a colocar en la Cabalgata de Reyes este año y el pleno infantil. Escucha llover cómo le reprocha el jefe de la oposición la trampa administrativa que ha hecho para la iluminación navideña. Alicante, La Coruña, New York. Paco Sanguino, superviviente del Frente Sanguinista, es el único marcador solar del puntal socialista que denuncia que no hay agua caliente desde el sábado en el albergue, Y planta cara a la jabalí popular Julia Llopis. Natxo Bellido se apaga. Taylor Swift censurada por su antigua Compañía. James Rhodes apela a los dirigentes del país contra la violación infantil. Mari Carmen De España reza por que no se extienda la dermatitis flagelada por Shiitake. En verdad , en verdad os digo….

Toda Alicante se alegra de los nuevos nombramientos de esta semana porque cada uno de los premiados se lo merecen. Por capacidad, mérito y demostrado servicio a la sociedad. Manuel Alcaraz Ramos nos informa que hallan en Castell de Castell las cuerdas trenzadas más antiguas de Europa de hace 12.700 años. Manuel Giménez Albero, con una precisión científica, nos abruma con una erudición extraordinaria. Pablo Ruz prepara para hoy la suprema exaltación de Carlos Mazón. Que se ve ya presidente del gobierno del Reino de España. Paquito El Chocolatero. La coronación de Napoleón. Carlos González, atleta y alcalde ilicitano, está espléndido con Hortensia Herrero en la presentación de las dos Damas d’Elx que Jaume Plensa ha plantado en la Plaza del Congreso Eucarístico. Amén. González Pons anda suelto. El fútbol femenino, en huelga. Isabel Bonig se expulsa a sí misma del PPCV. Con notario y todo. Qué guapa Eva Ortiz. Y Pepe Císcar.

Toni Cantó, hipotético líder de Ciudadanos del País Valencià, convoca a sus enemigos en El Tossal de València rogándoles que aplacen el duelo a muerte, su asesinato, a la primavera. El jefe de la otra alma de C’s PV, Emilio Argüeso, empieza a sonar en todos los papeles. Isabel Celáa enciende a la Conferencia Episcopal y demás patronales del negocio de la educación privada. Podemos renuncia a la tasa turística. Naraia Davó quiere ya la tasa del azucar. Mónica Oltra pierde el avión. Joan Baldoví es el Clint Eastwood del Bloc. Íñigo Errejón ‘Los puentes de Madison’. Las Monjas de la Sangre son más insociables que las Clarisas. Pablo Iglesias en su Carta a los Inscritos les anuncia que habrá que “ceder en muchas cosas”. Palabra de dios.Te alabamos señor.

Todo está oculto por el silencio de la nieve. Esta noche va a cambiar todo. Me lo acaba de decir mi nunca ponderado ni bien pagado Herr Direktor Miquel González. Estamos heridos heridos de invierno en la cueva. Menos mal que Inma De la Concepción sabe tener el fuego avivado. Vendrán mejores tiempos.

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