ALICANTE. Las instalaciones de Amstel en Quart de Poblet han logrado en 2020 su objetivo de que ninguno de los residuos derivados de la elaboración de cerveza vaya a vertedero. El 100% pasa a formar parte de un sistema de economía circular, con métodos de reutilización o reciclaje que suponen un beneficio medioambiental y que van a seguir implementándose en 2021.
Un ejemplo es la malta, ingrediente fundamental de la cerveza que resulta de la germinación y tostado o secado de granos de cereal. En la fábrica valenciana de Amstel se emplea malta de km0, producida a menos de 100 km, apostando por los productores de proximidad y minimizando la huella ecológica de su transporte.
El pasado ejercicio se empleó más de 20.000 toneladas de malta en la elaboración cervecera de Amstel en la Comunitat Valenciana. Durante este proceso, se genera un residuo conocido como bagazo, compuesto principalmente por la cáscara de los granos de cereal, cebada en su mayoría. El sistema de economía circular de Amstel permite que este componente se aproveche en granjas valencianas y provincias limítrofes, principalmente para la alimentación de ganado bovino destinado a la producción de leche. También la levadura empleada en el proceso de fermentación cervecera tiene un segundo uso en la alimentación animal, esta vez para ganado porcino.
Además, el agua valenciana utilizada en los procesos productivos forma parte igualmente de esta economía circular. El 100% va a la depuradora de la fábrica de Quart de Poblet para ser devuelta al medio libre de residuos. Y, en ese proceso de depuración, se genera un biogás natural que es utilizado para la cogeneración de energía eléctrica en unas microturbinas instaladas hace 3 meses. Esto ha permitido reducir un 80% el consumo energético en estas instalaciones y un 3% el de la propia fábrica, además una disminución de 170 toneladas anuales de la huella potencial de carbono.
El sistema de economía circular implantado por Amstel en la fábrica de Quart de Poblet tiene como una de sus líneas estratégicas la reducción al máximo la cantidad de residuos y alargar la vida de los materiales. Es lo que se hace con todo el plástico utilizado en la fábrica, que viene y pasa por procesos de reciclaje y reutilización. El que sujeta la mercancía en los palés se transforma después para ser parte del packaging del producto destinado al punto de venta. Y las cajas plásticas para las botellas retornables destinadas a hostelería, cuando se rompen o quedan obsoletas, se utilizan como materia prima para el reciclaje y fabricación de nuevas cajas, en lugar de usar plástico virgen. El mismo esquema se usa con los palés rotos, que sirven como material reciclado para fabricar nuevos de polietileno de alta densidad.
Por otra parte, todas las marcas que forman parte de la familia cervecera de Heineken España, incluida Amstel, ha reducido desde 2013 a 2019 un 8,4% el peso de los envases. Las latas de aluminio aligerado son 100% reciclables y las botellas de vidrio reciclable también tienen un menor espesor. Esto permite almacenar más producto en un mismo transporte.
Precisamente en la línea de la logística también se ha realizado un gran esfuerzo para reducir la huella de CO2. Se están renovando la flota de vehículos, incorporando híbridos y eléctricos; se usan combustibles menos contaminantes; y se ha implantado un modelo de optimización de las rutas que ha permitido rebajar tiempos y consumo de carburantes. Además, se facilita a los locales de hostelería sistemas de refrigeración de cerveza ecoeficientes. Todo ello forma parte de un plan a largo plazo que tiene como reto que la fábrica de Amstel en Quart de Poblet alcance el objetivo de 0 emisiones.
En sus instalaciones trabajan 350 personas y se generan 12.000 empleos indirectos, con el consiguiente dinamismo económico y social. Pero los beneficios de la actividad de Amstel en la Comunidad Valenciana también se perciben en otros ámbitos. Por ejemplo, en la nueva imagen de Amstel Original, específica para la región, se pone de relieve su origen, con receta del maestro cervecero valenciano Rafael Sánchez. También en su decidida apuesta por la sostenibilidad, que revierte sobre el medioambiente, como el Proyecto Cañaveral.
Esta iniciativa, fruto de la colaboración con la Conselleria de Agricultura, ha permitido restituir a L’Albufera más de 430 millones de litros de agua al año gracias a la actuación sobre uno de sus afluentes, el Barranco del Poyo. Trabajando sobre el terreno, se le ha devuelto el equilibrio hídrico y se ha recuperado la flora autóctona. Una completa intervención que ha merecido el Premio Europeo de medio Ambiente de la Fundación Biodiversidad y que permite devolver a la naturaleza el 100% del agua que contienen los productos elaborados en nuestra fábrica de Valencia, Heineken España la única compañía de bebidas de Europa que alcanza este objetivo en sus fábricas.
Este compromiso con el medioambiente de Amstel, dentro de la familia cervecera de Heineken España, lleva a implantar nuevos modelos de gestión industrial, como la economía circular que se aplica en sus instalaciones valencianas, para elaborar cervezas que le gusten al planeta.
A la iniciativa se suman municipios como Alfondeguilla (Castellón), Pedreguer (Alicante) o Carcaixent, Tavernes de la Valldigna i Algemesí (València), además de la capital valenciana.
Productos de proximidad, elaboraciones más complejas junto a recetas tradicionales, mucha maestría culinaria y originalidad en la cata de las propuestas de los bares y restaurantes finalistas en la competición organizada por Amstel, que busca dinamizar l’esmorzaret, añadiendo uno nuevo a la lista de sus bocadillos míticos.