VALÈNCIA. Los ceses de los directores adjuntos del Institut Valencià de Cultura (IVC), María Fuster y Joan Cerveró, siguen coleando. Sus salidas, que se ejecutaron el pasado viernes, sorprendieron tanto a los trabajadores de la casa como a los propios afectados, que tras apenas unos meses en el cargo se enteraban por sorpresa del giro de timón de la Conselleria de Cultura, con la decisión ya sobre la mesa. Si bien, de momento, ni uno ni otro han realizado declaraciones públicas al respecto, su salida no ha sido en ningún caso dulce, una interrupción que, además, se produce sin tener recambio, con lo que ambas plazas quedan vacías hasta nueva orden.
Tras las escuetas explicaciones facilitadas por la Conselleria de Cultura, que se limitaron a decir que necesitaban “perfiles que se ajusten más al cargo”; y las del Director General de Cultura, Miquel Nadal, que esta misma semana hablaba de “normalidad absoluta” en la institución, el director general del Institut Valencià de Cultura, Álvaro López-Jamar, da algunas claves a este diario sobre las salidas y los planes de futuro del organismo, uno de los principales en materia de gestión cultural de la Generalitat.
"Yo pondría un poco la oración por pasiva", expresa con respecto a las explicaciones de Cultura del pasado viernes. "No es que los perfiles no se adecuen, sino que hay un nuevo equipo de la Conselleria, un nuevo proyecto y, como es natural, quiere buscar sus propios perfiles que sean acordes. El IVC tiene un proyecto, pero por encima hay una conselleria. Tenemos que conjugarnos con el proyecto de la conselleria y con el de la Generalitat”, ha justificado en declaraciones a este diario tras la presentación del Weird Market.
El Director General del IVC enmarca estos ceses en la “normalidad”: “cuando se accede un cargo de esta naturaleza, como también es el mío, se sabe que hay un nombramiento y un cese”, ha sostenido. Cabe recordar, en este sentido, que aunque ambos accedieron al cargo a través de un concurso abierto -como el propio López-Jamar semanas después-, las bases, a diferencia de las aplicadas para sus predecesores, eliminaban la duración del contrato, algo que da una mayor flexibilidad a la Generalitat para ejecutar los ceses que considere y esquiva las renovaciones o evaluaciones.
Temporalmente, será López-Jamar quien asuma la responsabilidad de las dos direcciones adjuntas. Ayer mismo, de hecho, se reunió con los equipos tanto de las áreas de Música y Cultura Popular como de Audiovisuales, que hasta hace una semana lideraban Cerveró y Fuster, para acordar “una manera de trabajar en este periodo transitorio”. Precisamente, los ceses han sucedido en medio del festival Ensems, y también mientras se ajustan y negocian las nuevas bases de ayudas al sector audiovisual. “Evidentemente es una carga de trabajo muy importante, pero sabemos también la importancia de lo que se nos trae entre manos”, ha explicado.
En conversación con este diario, ha confirmado que habrá un nuevo concurso público “no idéntico pero muy parecido” que elegirá a esos “nuevos perfiles”. A pesar del caos que ha provocado las dos oleadas de ceses en el IVC en menos de un año, López-Jamar confía en que se sigan presentando gestores profesionales. Y es que, tras el cese anticipado de Marga Landete, Francesc Felipe y Roberto García, se convocó un concurso al que se presentaron una veintena de candidatos con sus proyectos, aunque ni siquiera llegaron la mitad a la fase de entrevistas. La comisión eligió entonces de manera discrecional a Fuster, Cerveró y María José Mora, esta última encargada del área de artes escénicas, que sí parece haber mantenido la confianza del equipo del conseller Rovira.
Preguntado por la posibilidad de que las polémicas salidas afecten a la hora de atraer talento, López-Jamar expresa: “entiendo que alguien pueda pensar ‘para qué me voy a presentar a determinada plaza’, pero, por ejemplo, la Generalitat va a hacer una gran apuesta por el audiovisual como sector estratégico. El IVC no va a desatender su visión y misión de apoyar al cine de calidad (a veces minoritario), pero quiere potenciar el audiovisual como industria", relata.
Precisamente las áreas de música y audiovisual son dos a las que desde Presidencia de la Generalitat se ha dedicado más mimo hasta el momento, con los grandes festivales de música y la Ciudad de la Luz como elemento clave para el desarrollo de políticas. Para muestra, dos botones: por un lado, hace apenas unos días una nutrida representación del gobierno viajaba al Festival de San Sebastián para presentar el sector valenciano; por otro, la Generalitat ha creado una Dirección General dedicada a la industria musical que dependerá directamente desde Presidencia.
"Necesitaremos personas que, por un lado, tengan conocimiento técnico del sector desde dentro, con mucha experiencia en producción e internacionalización, y por otro lado, necesitamos perfiles no solamente de representación, sino de gestión, aunque sea un trabajo más invisible e ingrato", relata el director general del IVC.
Una vez elegida la nueva persona que ocupe la dirección adjunta de Audiovisuales, el departamento habrá tenido cuatro responsables en menos de dos años; en el caso de Música y Cultura Popular, el tercero. A pesar de haber sido elegidos por un concurso público con un jurado profesional, la Conselleria insiste en comparar los altos cargos del IVC con los de cargos de confianza, elegidos habitualmente de manera discrecional, en otros departamentos. En este sentido, López-Jamar, que acaba de volver de la misión valenciana en el Festival de San Sebastián, opina que “el talento lo tenemos. Es simplemente unirnos y ponerse a trabajar. Y las administraciones juntas, no cada uno por su lado. Es otro enfoque”.