El Ayuntamiento aprueba de forma definitiva el estudio detalle que permitirá edificar en más de 70.000 metros cuadrados de superficie del P.P El Áramo
ALTEA. El pleno de Altea aprobó este jueves por unanimidad el estudio detalle por el que trata de suavizar al mínimo el impacto visual de las viviendas proyectadas a las faldas de Sierra Bernia. El plan parcial El Áramo contempla 43 viviendas unifamiliares desde hace más de 20 años en 144.510 metros cuadrados de superficie, pero no se ha hecho nada hasta ahora por falta de documentación. Según explicó a este diario la concejal de Urbanismo, Inma Orozco, éste es un paso previo a la edificación en la zona, con la que se han asegurado que no tenga un impacto agresivo en el entorno natural en el que está ubicado.
Se trata de un texto obligado por las ordenanzas municipales que se aprobó en la anterior legislatura, tal y como apuntó la concejal del ala Compromís del gobierno alteano. Además, cuentan con el informe favorable de la Confederación Hidrográfica del Júcar desde el 29 de septiembre de este año.
En concreto, la moción hace referencia a las parcelas 5, 6, 9 y 10 que afectarían a unos 70.000 metros cuadrados del polígono Urlisa III del plan parcial mencionado, cuyos promotores son Panorama de Altea SL y Aryjan La Nucía SL. La primera solicitó en abril de 2013 licencia de parcelación de las mismas. Cabe recordar que se trata de una zona ya urbanizada y cuyo terreno es de uso residencial. Su situación está en la Sierra de Bernia y Ferrer, con un elevado valor paisajístico y ambiental, según señala el documento aprobado.
Debido a la situación tan excepcional en la que se encuentra, el informe indica que se construyan las viviendas con componentes de tonos tierra y ocre y se envuelva con arbolado de protección, con el fin de no agredir el impacto visual desde Altea la Vella y l'Olla de Altea.
El estudio concluye que "los impactos paisajísticos y visuales son mínimos" porque el grado de edificación es mínimo, dado que se trata de edificaciones cuya ocupación máxima es del 25% de la parcela. Además, las dotaciones (depósitos de agua potable y centro de transformación) ya están ejecutadas, durante el proceso de urbanización anterior, "por lo que parte de los impactos ya se han producido". Asimismo, cabe destacar un cambio sustancial desde que se aprobó el plan, y es que las parcelas estaban divididas en 800 metros cuadrados, y ahora el mínimo es de 1.400 metros cuadrados, hasta 2.200 metros cuadrados. Por lo que el estudio afirma incluso que "mejorará el paisaje preexistente en la zona de la actuación".
Sin embargo, el Estudio de Integración Paisajística cuenta con medidas para mejorar el paisaje. En concreto, se adoptan unos parámetros para conseguir viviendas de una apariencia “ligera”, que no “pesen” en el entorno, que doten de dinamismo al conjunto y que se intenten integrar miméticamente en el paisaje, "además con un doble objetivo práctico y estético, intentando conjugar lo tectónico de la arquitectura con lo estereotómico de la montaña", recoge el informe.
Incluye la plantación de barreras vegetales para disminuir la visibilidad de las construcciones existentes “depósitos de abastecimiento de agua”, visibles desde los puntos de observación principales: Altea la Vella y l’Olla d’Altea.
Entre otros aspectos, imponen que las superficies acristaladas de las edificaciones no supondrán más de un 60% de la envolvente aérea del edificio, para limitar los reflejos. Se prohíbe expresamente la utilización de vidrios coloreados (tonos azules, rojos o amarillos). Se permite la utilización de vidrios de control solar en tonos grises. Asimismo, la máxima altura reguladora se fija en 7 metros y dos plantas, por considerar esta cota adecuada entre los usos permitidos y la interferencia visual en la zona.