Esta semana Alicante Plaza organizó un foro sobre Habitat en tiempos de pandemia, que contó con el patrocinio de la Conselleria de Vivienda. El encuentro reunió al vicepresidente y titular de Vivienda, además de representantes empresariales, sindicales, institucionales, universitarios y de varios sectores relacionados con la promoción de la vivienda. Todo ellos, expertos en la materia y conocedores de la problemática y cómo ésta se ha acentuado con la pandemia, hasta convertirse en un elemento de desigualdad de primer nivel.
El foro llegó a la conclusión de que la promoción y el aumento de la oferta de la vivienda pública es una necesidad imperiosa. Todos los sectores implicados son conscientes de ello, lo cual puede acelerar los planes de promoción de vivienda, bien en régimen de compra o de alquiler. Esta vez, no sólo está concienciada la propia Conselleria de Vivienda, sino que lo están el resto de administraciones y el sector privado. También veo muy destacada la apuesta del conseller Rubén Martínez Dalmau por la colaboración público-privada, lo cual rompe el mito de todo dirigente de izquierda de que toda promoción debe ser eminentemente pública. En este campo, y más con la urgencia que presenta el mercado, Martínez Dalmau es consciente de que sin la iniciativa privada no puede dar el acelerón que necesita el mercado de la vivienda pública y, sobre todo, la oferta del alquiler público. La intervención de la empresa privada, a través de acuerdos o contrataciones, no solo es necesaria, sino que además es una salida a la crisis que puedan generar el propio Covid en algunos aspectos del mercado inmobiliario.
En el foro se abordaron otras cuestiones sobre la vivienda, que propusieron bien los arquitectos, como la posibilidad de industrializar al sector, bien el secretario general de UGT-PV, Ismael Sáez, sobre la posibilidad de que el sector saliera a trabajar al extranjero como han hecho muchas empresas de obras públicas y de servicios. Estas fueron otras dos ideas destacadas de muchas que se pusieron sobre la mesa, todas ellas, muy interesantes.
También hubo tiempo para echar la vista atrás, sobre las consecuencias de haber dejado en un segundo plano la política pública de vivienda y las consecuencias que ha generado la última crisis. Por citar dos asignaturas pendientes, destacaría la escasa promoción de vivienda pública y el pago de las ayudas al alquiler. Como dijo el propio conseller, quizás la crisis no nos obligara a asumir tanta subvención a los alquileres, y más a la promoción de oferta nueva.