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Una Volvo 'made in Botànic'

Bueno, ya tenemos la Volvo Ocean Race en Alicante y el Village de Alicante Puerto de Salida, a todo esplendor. Ya la primera visita deja un hecho evidente: es un montaje muy diferente al de ediciones anteriores, más abierto, participativo, ecologista y valenciano; en resumen, una Volvo Ocean Race made in Botànic. Sólo falta que nos demuestren con números fehacientes que al menos genera retorno -aunque sea algo- y que al final del proceso, una auditoría nos corrobore que todo se ha hecho conforme la ley. No es que dude de los de ahora, es que aún persiguen las cosas oscuras de los anteriores.

No sé si pido demasiado, pero los anteriores ediciones de la Volvo fueron todo lo contrario: nunca supimos el impacto a ciencia cierta; sólo a vuelapluma, y los gastos fueron detallados por el hoy conseller de Hacienda, Vicent Soler. La edición de 2008 costó 18,8 millones de euros y se obtuvieron ingresos por 16 millones; la de 2011 costó 14,6 millones de euros y se obtuvieron ingresos por 6,4 millones de euros; y la de 2014 costó 17 millones descontando ya los ingresos. En la última además, se cedió la gestión del Village a cambio de cero euros, y nunca supimos que lo pasó ahí dentro.

Esta vez, partimos con un coste inicial de 22 millones de euros en concepto de canon que se le paga a la organización, más los 9 millones de euros, según ha detallado el conseller Rafael Climent, que se han gastado en la organización del Village. Por lo menos, sabemos a cuando asciende la factura de partida. Ahora, nos faltan las conclusiones.

Pero más allá de esto, lo que es triste es oír las críticas que recibe la gestión de la regata en la Comunitat Valenciana, sin reconocer la promoción que recibe, sobre todo, la ciudad de Alicante, y por extensión la Comunitat Valenciana. Y fundamentalmente que sea la izquierda más radical la que dude del evento sin conocer los contenidos del village. Lo dijo el presidente Ximo Puig la noche de la apertura, pero se ha transmitido en varios eventos: solidaridad, sostenibilidad, recuerdo a los refugiados y apuesta por exhibir la economía y las tradiciones de la Comunitat Valenciana. Puig habló de la rentabilidad social, algo que debería convencer a los seguidores de Karl Marx. Todo made in Botànic. Bueno, estoy seguro de que  hasta el mismísimo Pablo Iglesias se encontraría a gusto paseando de la mano de Mónica Oltra en este parque temático de la izquierda, en el que conviven y se preparan los mejores regatistas del mundo. 

Y todo lo que hemos oído de Podemos y Guanyar Alacant (EU) son críticas al bulto (sin separar el grano de la paja), indocumentadas, o querer aprovechar el evento (despotricando de él) para arremeter contra el alcalde de la ciudad, Gabriel Echávarri, por su imputación por el denominado Caso Comercio. A algunos se les ha oído más ahora que en las ediciones organizadas por el Partido Popular.

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