NOVELDA. Desde el Castillo de la Mola de Novelda, se vislumbra la columna vertebral de la provincia de Alicante: el río Vinalopó. Sus aguas saladas, escasas en gran parte de la comarca, se dejan ver en este punto y emergen, además, en forma de pequeños lagos con propiedades exfoliantes (els Clots de la Sal). A su vez, el Vinalopó da nombre al valle semidesértico que, desde hace siglos, sirve de paso natural entre el interior y la costa. No obstante, el espacio que antes ocuparon la vía Heraclea (construida por los griegos) y la vía Augusta (la más importante del Imperio Romano) es ahora atravesado por la línea de tren Alicante-Madrid.
Las condiciones del terreno, bastante árido, lo convirtieron en un lugar sin apenas recursos, por lo que salir adelante en esta zona fue tarea ardua. Sin embargo, la población noveldense consiguió atesorar con el tiempo tres grandes riquezas naturales: la uva, el mármol y las especias. La primera se ha hecho un hueco en el mercado por tratarse de la variedad aledo, la más tardía y, por tanto, la más consumida en Nochevieja. Por su parte, la piedra extraída en las canteras comarcales se transforma en las más de 60 fábricas de mármol ubicadas en Novelda —entre ellas, Levantina—, desde donde se exporta al resto del mundo. Y en lo referente al azafrán y las especias, la marca líder en el sector, Carmencita, también tiene su sede en la ciudad.