ALICANTE. Caramba, un alicantino ¡Virrey de México! Nada menos. Ahora se lo cuento. Seguro que se ha quedado tan sorprendido como yo cuando supe de él. Persona con carácter, no se arrugaba ante nada, fuera quien fuese el enemigo o el contrincante, tanto si este era un aguerrido militar, un ejército rebelde, un cruel pirata o el pueblo llano con excesivas ganas de diversión cuando él velaba por sus designios. Ya verá a qué me refiero. Como todo, es bueno empezar por el principio. Nació en Alicante el 20 de noviembre de 1733 en una familia hispano-irlandesa de reconocido prestigio, nobleza e influencia en aquella ciudad de principios del siglo XVIII.
Félix Berenguer de Marquina y Fitz-Gerald, que así se llama el protagonista de esta crónica, fue militar, matemático, marino, explorador, además de muchas más cosas que le narro en seguida, a ver cómo se lo resumo. Permita que destaque lo más llamativo de su biografía. Y tenemos quien nos lo cuenta. Mire, el cronista provincial Gonzalo Vidal Tur nos dice de él que “consignamos dos cargos que le acreditaron, a la par que, de bizarro marino, de excelente gobernante: el de Capitán General de las islas Filipinas y el de Virrey de Nueva España. En el primero venció repetidas veces a los temidos joloanos y mejoró notablemente la administración del archipiélago; y en el segundo, al mismo tiempo que introdujo útiles medidas administrativas, dedícose al mejoramiento de las costumbres, harto relajadas en su tiempo en algunos pueblos del Virreinato de México, rico florón entonces de la Corona de España”.