Faltaban los espías rusos. Putin ha bautizado 29155 la Unidad GRU que ha mandado a Barcelona. Qué cachondo. Elsa Pataky ayuna. Enrique Soriano abandona À Punt. Empar Marco se toma el último trago a solas. Carlos Mazón quiere a Mónica Oltra. Paco Sanguino, líder del Frente Sanguinista, del PSPV-PSOE y del corazón de media izquierda indígena, va ganado sin pantallas, acomodoradores ni sillas, la batalla del cine Ideal. Luis Barcala, cualquiera de los cuatro que existen y son, levanta el puño -aunque uno de de ellos ve un garfio y una vela- y, tambaleándose sobre los bidones de ron, respira hondo, se hace un selfi y lanza contra la lluvia y y el frio helado un alarido que paraliza el bajel pirata al que ha convertido la ciudad de Alicante. ¡Este es mi cortijo!. El alcalde y señorito de Alicante Distrito Digital huele a sangre en la oscuridad.
Y no es porque presienta el catamarán de Greta Thunberg. No. Ni porque olfatee la opilación de Sonia Castedo ni la de Miguel Ángel Pavón que, nunca, nunca se van. Tampoco es que le preocupe lo más mínimo que le pida más cash del tesoro público para vestuario la vice Mari Carmen Sánchez, de Cs. No. Barcala, animado por las luces de navidad de Madrid y Vigo, va a muerte contra los vecinos y contra el tardeo.