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MEDIOAMBIENTE

Sobrevivir al septiembre más negro

  • Los medios áeros estuvieron descargando agua cada cuatro minutos para parar el fuego (EFE)
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ALICANTE.- El mes de septiembre de 2016 pasará a la historia de la provincia de Alicante y de las dos Marinas como el mes más negro por los devastadores efectos de los incendios producidos en dos localidades Xabia y Bolulla, en zonas con un gran valor paisajístico y natural.

El incendio de Xàbia y Benitatxell devoró 690 hectáreas de un paraje natural que separaba los dos municipios. A un lado (el de Xàbia) la zona está considerada suelo de especial protección, al otro, el de Benitatxell, flanqueado por miles de chalets en la conocida como urbanización de Cumbres del Sol. No queda un hueco libre en el Puig Llorença. Hasta los políticos de Benitatxell concentran en su futuro Plan General casi todo el suelo urbanizable en esa zona.

Una colilla mal apagada parece que fue el inicio de un incendio que se produjo un domingo por la tarde en el mirador de Cumbres del Sol, situado en el final de una empinada subida que dirige hacia la urbanización y que tiene vistas al valle que conforman Benitatxell, Xàbia. Al fondo el imponente Montgó, y sus huellas de las llamas unas de este mismo verano, otro hace dos años. El fuego se controló, pero un inesperado cambio del viento y temperaturas que esa tarde rondaron los 38 grados fueron un combustible perfecto para que se extendiera, a pie de calle, miles y miles de árboles que se convirtieron en un acelerador más.

 La noche fue terrible, el lunes por la mañana el fuego ya había devorado todo el paraje de la Granadella, desde Benitatxell hasta las urbanizaciones del sur de Xàbia: esa mañana las llamas aparecían por la parte superior del Tosalet que acoge a numerosos residentes ilustres.

En el otro lado, como siguiendo la carretera el fuego avanzó con la fuerza del viento hasta la misma urbanización Tosalet, la ardua labor de los bomberos impidió que alcanzara viviendas, aun así, alguna fue pasto de las llamas.

El lunes, cinco de septiembre, fueron movilizados 28 medios aéreos, descargaban agua cada 4 minutos, entre ellos un helicóptero extra aportado por la Diputación de Alicante y pilotado por un xabiero, colaboraron en detener el avance de un fuego que ya se había comido un trocito de todos los xabieros: el verde de la Granadella. No fue hasta siete días más tarde cuando se dio oficialmente por extinguido.

Se tardó una semana en dar por extinguido el incendio de la Granadella (EFE)

Más de un mes ha pasado ya desde entonces y los vecinos de Xàbia y Benitatxell empiezan a observar como la naturaleza revive en algunas zonas... aunque todo comenzará a moverse cuando la Generalitat ponga en marcha la mesa de concertación en la que se debatirá -y decidirá- lo que se debe hacer en el paraje, siempre con la recomendación de los técnicos de que hay que esperar un año para dejar que la naturaleza actúe por si sola, para entrar a regenerar. En estos grupos de trabajo están los representantes municipales, los técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente, así como miembros de los colectivos y entidades ecologistas que desarrollan su actividad en la zona.

Mientras tanto, el departamento que dirige Elena Cebrián ya ha tomado las medidas correspondientes para la recuperación, mostrando una especial atención a la zona protegida Natura 2000 (red ecológica de áreas de conservación de la biodiversidad en la Unión Europea) de los Penya-segats de la Marina que se prolonga desde el Cap de Sant Antoni hasta Teulada, y que incluye la Granadella.

Es precisamente la recuperación y que la Granadella vuelva ser verde ya el sentimiento y la necesidad de todos los vecinos de Xàbia y Benitatxell, sin embargo, los expertos lo dejan claro hay que dejar que la naturaleza lleve su ritmo y se adapte a su nueva situación. Joan Sala, vicepresidente de la Agrupación Contra Incendios Forestales de la Marina Alta (Acif) y a su vez presidente de la Junta Rectora del Parque Natural del Montgo, explica esa necesidad de los vecinos, «el ciclo de vida de una persona es de 81 años mientras que en la naturaleza es de 350 años».

Sala subrayó que hay que dejar actuar a la naturaleza «durante un año» y entonces se puede intervenir, no obstante explica que  la vegetación del Mediterráneo -la que ardió en el incendio de Xàbia-Benitatxell- «está acostumbrada a que haya incendios y por eso hay algunas especies pirófitas», es el caso del pino que mientras arde se abren sus piñas y lanzan las semillas al aire para reproducirse.

Por ello, este experto apunta que en «dos o tres meses» habrá cientos de pinos pequeños en todo el bosque de la Granadella, igualmente otras especies como el margalló recuperarán la vida. Sala destacó también el papel que tendrán en la regeneración natural las aves, por ello comentó que no habría que cortar los árboles y tirarlos todos, sino que habría que dejar algunos para permitir que la avifauna nidifique y se convierta en otra forma de aportar semillas (y materia orgánica) para el terreno quemado.

Otro de los aspectos sobre los que hace hincapié es la lluvia. Tan necesitada en la Marina Alta y que puede ser muy perjudicial para una zona que ha sido arrasada por un incendio.

En la recuperación se va a prestar una especial atención a la zona  protegida Natura 2000 de los  Penya-segats de la Marina

Así, espera que los fenómenos de precipitaciones que se produzcan durante estos próximos meses no lleguen a ser torrenciales, porque en ese caso la primera capa de tierra se irá «directamente a la cala de la Granadella». Es en esa capa donde están las semillas. En cambio, resulta muy beneficioso para el terreno quemado lluvias de pequeña dimensión y sin intensidad fuerte.

El experto cita como ejemplo de esto que poco después del incendio del Montgó en 2014, se produjeron fenónemos de lluvias intermitentes que contribuyeron a crear el manto verde que ahora, dos años, después ya tiene de nuevo el área de Les Planes o Les Rotes en Dénia.

Pero también Sala pide un poco de responsabilidad a todos los vecinos y visitantes, ya que la acción del hombre puede perjudicar el proceso de regeneración natural, «los vecinos que se acerquen a la zona que no se salgan de las sendas y caminos que ya existen», el mero de hecho de andar por el terreno quemado puede ser una traba para la recuperación del verde. Asimismo, solicita que nadie acuda allí a reforestar por su cuenta.

El fuego de la Granadella llegó hasta las urbanizaciones (EFE)

Su experiencia en el frente

Sala junto a otros 30 voluntarios de Acif-Marina Alta formaron parte del amplio equipo de Bomberos, brigadas forestales, brigadas de la Diputación de Valencia, Protección Civil de toda la comarca y los cuerpos de seguridad, que hizo frente al fuego de la Granadella.

Según recuerda fueron horas muy intensas de trabajo en el que la asociación se pone a disposición del director del incendio. En un primer momento los voluntarios de Acif acudieron al mirador de Cumbres y trabajaron para el control del foco inicial. Cuando rebrotó, desde el Puesto de Mando Avanzado les enviaron a la entrada de la senda que conecta la urbanización Cumbres del Sol con la zona de Cansalades en Xàbia.

Creada hace 20, Acif nació como una asociación de voluntarios para la prevención de los incendios, tiene vocación comarcal, pero cuenta con extensiones en otras cuatro localidades de la provincia de Alicante (Alcoy, Albaida, Torrevieja y Salinas).

Eso les ha llevado a crear una federación y a tener una relación especial con el Consorcio Provincial, aunque también les obliga a estar en continua formación y ahora que se acaba la temporada los voluntarios realizarán un curso formativo de 70 horas para ponerse a la altura de las brigadas forestales de la Generalitat, Valenciana, sólo una cosa les diferenciará, que ellos no cobran.

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