El anuncio realizado ayer por la Generalitat, en el que aseguró que se van a invertir 180 millones de euros "fruto de un modelo de colaboración público-privada" para el desdoble de la CV-95, desde Orihuela a Torrevieja, ha despertado más preguntas que respuestas en torno al proyecto. El conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, dio a concoer el proyecto, que plantea el desdoble en cerca de 25 kilómetros.
En duda quedan algunos tramos como el que discurre por Los Balcones, a la entrada de Torrevieja, y en el que no existe espacio físico para este desdoble debido a la cercanía de las viviendas, que se cuentan por decenas, al carril actual. Lo mismo ocurre, como explicó a Alicante Plaza el alcalde de Orihuela, Pepe Vegara, con el tramo que afecta a la pedanía oriolana de Correntías. "Se están estudiando las posibilidades pero el compromiso está. El conseller nos trasladó que las primeras licitaciones estarían para final de esta legislatura“. Es decir, para 2027. Antes, habrá que realizar los correspondientes estudios previos, como el de viabilidad económica o impacto ambiental. Este último determinante debido a la cercanía de parajes como las salinas de Torrevieja o el Embalse de La Pedrera.
Vegara reconoció que lo de ayer es "una primera toma de contacto" pero aún quedan muchos flecos por cubrir. En cuanto al modelo de concesión, el Consell ha descartado que se pague por el uso de la vía, por lo que será la Generalitat quien pague a la empresa encargada de construir la vía. Sin embargo "no nos ha detallado mucho el modelo de concesión, eso aún está en el aire", apunta el regidor oriolano.
El alcalde oriolano sí dio algunos detalles técnicos del proyecto que no anunció el Consell, como que la velocidad máxima de la vía crecerá hasta los 100 kilómetros por hora, acortando así los tiempos entre la conexión de Orihuela con Torrevieja, que ahora superan los 45 minutos y que, en periodo estivakl, pueden llegar hasta una ahora. "Con esta nueva velocidad podríamos hablar de tiempos de poco más de 20 minutos", destacó Vegara.
Por tanto, los alcaldes consultados por este diario se debatían ayer entre la auforia de ver más cerca un proyecto que lleva tres décadas en el aire y la incredulidad y la prudencia a la hora de cantar victoria. Desde San Miguel de Salinas, representantes municipales trasladaron su cautela a la hora de tomar en serio este anuncio. "Está todo en el aire y por ahora es solo humo", señalaron.
El conseller destacó ayer que el proyecto responde a una demandada de ayuntamientos y ciudadanía durante décadas, lo que permitirá "reforzar la vertebración del territorio y dotar de infraestructuras que mejoren la capacidad y la seguridad vial en la comarca”. Además, el titular de Infraestructuras explicó que, aunque la tramitación es larga, “el compromiso del Consell es tener acabado el proyecto antes de que finalice la legislatura, además de que esté aprobada la Declaración de Impacto Ambiental y que la licitación de la concesión esté en marcha”.
La actuación es muy importante para mejorar la movilidad y la calidad de vida de los ciudadanos, “especialmente teniendo en cuenta el aumento exponencial de población en época estival, que pasa de 370.000 habitantes en invierno a más de 1,2 millones en verano”, ha incidido Martínez Mus.
A la reunión también ha asistido el secretario autonómico de Infraestructuras y Transporte, Javier Sendra, y la directora general de Infraestructuras Viarias, Mª José Martínez Ruzafa. Allí, según el conseller, se ha tratado de “adaptar lo trabajado hasta la fecha a las necesidades de cada municipio”.
Características del proyecto
La propuesta de la Generalitat consiste en el desdoblamiento de la CV-95, que pasará de un carril a dos por sentido, así como la construcción de variantes para sacar el tráfico de los municipios por donde discurre la vía (Orihuela, Bigastro, Jacarilla y San Miguel de Salinas).
La carretera CV-95, que conecta Orihuela con la costa de Torrevieja, tiene 26,5 kilómetros de longitud. Se trata de una vía convencional con un carril de circulación por sentido, que atraviesa o bordea numerosas localidades. Esto agrava los problemas de capacidad y seguridad vial, en especial en el entono del casco urbano de Orihuela y en Torrevieja, donde la CV-95 es una calle más de una urbanización.
En esta línea, Martínez Mus ha recordado que, “en los últimos 8 años, la Generalitat ha carecido de planificación de las infraestructuras necesarias para el progreso de la Comunitat Valenciana”. Y ha asegurado a los alcaldes de la Vega Baja, que, sin embargo, “este Consell mantiene el compromiso de dotar a esta comarca de un eje bien integrado en el territorio, seguro, eficiente, conectado y con proyección de futuro".