Ahora que se acercan las Navidades y las personas con suerte puedan compartir mesa y mantel en comidas familiares, serán inauguradas las tertulias al abrigo del turrón. En ellas siempre son tratados temas de candente actualidad, por eso me temo que en muchas casas se va a hablar del polémico almuerzo, sobremesa y tardeo del anterior presidente de la Generalitat Valenciana.

A estas alturas todos los hogares están cargados de “ventorrólogos y ventorrólogas”, preparados para disparar. Que si se pusieron así, que si estuvieron asá. Pues seguro que esto y seguro que lo otro...

El “Ventorrismo” ha llegado a la Navidad, y me parece una pena porque ello disipa otros temas de mayor importancia. No quiero dejar de lado la seriedad de aquel proceder o la verdadera naturaleza de la moralidad de aquella actuación. Pero este tema, cual pavo de Navidad, no deja de tener cierto relleno de marujeo bañado de licor de machismo.

Lo último que espero es que por culpa del “Ventorro affair” se produzcan peleas y malos rollos en las sobremesas. Además, el asunto es muy serio, tan serio que está siendo investigado en los tribunales.

No me gustaría que se nos olvidaran las víctimas y las poblaciones afectadas, centremos nuestra energía en ellos. Por ejemplo, yo he trabajado y trabajo en los hospitales públicos a los que pertenecen la mayoría de esa población y no vendría mal que tanto el gobierno central como el valenciano destinaran capital para construir nuevas instalaciones y que los pacientes dispongan de habitaciones individuales, por ejemplo. ¿No dice el nuevo presidente de la Generalitat que le importa mucho las víctimas y las poblaciones que han sufrido la Dana? Pues aquí le dejo una buena propuesta, molt Honorable Pérez Llorca, por ejemplo, el hospital Universitario Dr Peset, que pertenece a la Generalitat.

También me temo que en la mesa se servirá la situación actual de España, donde, hace ya siete años vino Pedro Sánchez y su equipo, a salvarnos de la corrupción y a mejorar el bienestar social. Yo creo también mucho en las matemáticas y hoy en día, la corrupción, los casos de acoso sexual y la pobreza e inseguridad ciudadana se nos están multiplicando en función exponencial. Para mí, no está cumpliendo su promesa y la sociedad lo está pagando.

Por ese motivo, aunque se sirvan como viandas todos estos temas candentes, tanto en las cenas como en las comidas de estas fechas, en verdad, son calorías vacías.

Les aconsejo pues que empiecen temas de conversación constructivos. Cómo podríamos arreglar esto o cómo podríamos ayudar en lo otro. Desde al prójimo que tenemos al lado, hasta al que está necesitado afuera. Acordémonos de las familias que han perdido a seres queridos tanto en la Dana como en otras situaciones calamitosas. Pongamos un cubierto al ausente. Curémonos las heridas mientras comemos jamón curado y deseemos paz también para las personas veganas. Que no nos entre el “ventorrillo” y nos constipe a modo de mal ambiente, y por favor, dejemos también a ese restaurante en paz, yo el primero.

Felices Fiestas y Feliz Navidad.