Opinión

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El interior de las cosas

Redención

Publicado: 28/04/2025 ·06:00
Actualizado: 28/04/2025 · 09:08
  • Grafiti de la artista italiana LAIKA, en las proximidades de la Basílica de San Pedro
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Desde el pasado lunes de Pascua hemos sido inducidos por un circuito energético de difícil retirada. La potente imagen y comunicación, la concentración de medios periodísticos, la permanencia de la información durante una semana, los protocolos y grandeza del Vaticano componen un espectáculo de un magnetismo impresionante. La muerte del Papa Francisco, el día después del domingo de Resurrección, ha captado el interés mundial, atrayendo hasta Roma a centenares de miles de fieles que han querido despedir al Papa que vino del fin del mundo, el Papa cercano, amable, decente, el Papa que quiso ser la voz de los excluidos, invisibles y vulnerables, de los inmigrantes, de los más pobres, de las víctimas inocentes de las guerras y de las hambrunas.

 

Ha sido el Papa de la diplomacia y de las periferias, en sus 47 visitas apostólicas a 66 países ha priorizado los lugares olvidados del mundo, las zonas de conflicto, ha visitado a los más desfavorecidos y ha llorado por las niñas y los niños de Gaza, por todas las víctimas del genocidio israelí. Ha visitado, entre otros países, Irak, Sudán del Sur, Congo, Cisjordania, Ucrania. En Belén rezó ante el muro de separación levantado por Israel, apoyando públicamente la creación de un Estado palestino soberano. Durante su visita a Polonia, optó por el silencio en el campo de concentración nazi de Auschwitz, destacando la memoria como antídoto contra el odio. Ha visitado la isla de Lampedusa para reivindicar justicia social frente a la muerte y exclusión de los inmigrantes y ya no tuvo tiempo para visitar Canarias.

 

Foto: ARTUR HERAS

 

La Iglesia no se mueve, a pesar del mandato de un Papa franciscano progresista que puso en el centro de la pederastia a las víctimas, maldiciendo a los pederastas y pidiendo perdón por los abusos cometidos por sacerdotes de numerosos países. También ha sido el Papa que ha comenzado a hablar de la mujer y su inclusión en la Iglesia, y ha respetado la homosexualidad. Ha sido, asimismo, el Papa que ha emitido numerosos mensajes contra el fascismo, los fanatismos y totalitarismos, contra la tiranía del dinero… Pero todo esto no significa casi nada, no significará una lógica continuidad a la hora de nombrar al nuevo Pontífice. La geopolítica que describe los mapas actuales avanza sin piedad hacia la ultraderecha. Y Trump (que acabó sentado en la primera fila del funeral del Papa Francisco) está al frente de una extensa lista de dirigentes, entre otros, como Le Pen, Salvini, Orbán, Meloni, Abascal o Milei -que llamó Lucifer al Papa- que ya están moviendo sus fichas dentro de los movimientos más conservadores y ultras de la Iglesia.

 

El calor se ha instalado entre nosotros, y así sea. Ayer, domingo, el Parque Ribalta estaba espléndido para pasear y gozar de la primavera plena. Mientras, en Gavarda se celebran sus fiestas mayores de Sant Vicent, tronando toda la Ribera Alta. Castelló también celebra las fiestas del Carrer Sant Vicent y hoy en València es fiesta para conmemorar al santo predicador de dedo en alto, viajero y autor de numerosos milagros.

 

Foto: RENÉ MAGRITTE

 

Mi vecina Carmen ha seguido en directo toda la semana dedicada a la muerte, funerales y entierro del Papa Francisco. A ella le gustaba este jefe de la Iglesia, aunque ella no es practicante ni muy creyente. Dice que sus palabras eran como aire fresco para la juventud y una dura crítica contra los señores malos del planeta. Ayer mi vecina cocinó canelones, yo aporté una ensalada de pollo, lechugas, manzana, zanahoria y cubierta de una estupenda salsa casera. De postre fresas con nata, todo del colmado del estimado paquistaní de la esquina. Comimos pensando en el Papa Francisco, en el gran poder de la Iglesia, en el Vaticano, la Capilla Sixtina y el Cónclave. Brindamos con nuestras copitas de Absenta Segarra, de Xert, porque los cambios y pasos de Francisco continúen. Y así sea.

 

Buena semana. Buena suerte. 

 

 

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